Luz…
Cámara…
Acción…
“¿Cómo puedes seguir en pie luego de tanto suplicio?”
Addison.
—¡Ah!
Estaba aterrorizada, no tenía salida, solo la sombra de un extraño que había entrado en mi casa. Manos cubrieron mi boca para que no gritara.
Esto sin duda era como uno de esos libros, de esas dos páginas digitales, en los que leo. Seré vendida, como en ese libro Muñeca, me haránactuaroooooooooo como una sumisa hasta perder mi amor propio. No, no cederé y tampoco pienso permitirlo.
Genial, ahora hablo como la protagonista de regalo.
—¡Miserable, enfermo! —con toda la fuerza que tenía lo empujé.
Intentó reincorporarse. Aproveché ese momento para salir corriendo al lugar de la alarma. Si la activo, los vecinos y seguridad de la residencia vendrían hasta donde estoy. Es algo que me serviría para delatar a este secuestrador. Al tomar la manilla de la puerta, mi otro brazo fue tomado hasta dejarme en el hombro de ese chico. Le pegue varias veces pero de nada servían mis reclamos. Observé como en un estante habían algunas cosas. Sujeté un trofeo y le pegue a la cabeza. Éste cayó arrodillado. Me apresure a alejarme, intenté reincorporarme.
—Sin duda,—se comenzó a alzar del piso, escupiendo sangre. —te gusta pelear niña. —su acento, arrastrado en el tono, era italiano.
Me mantuve inmóvil. Pude ver cómo sus ojos se comenzaron a oscurecer, parte de su rostro se llenaba de una sonrisa tan terrorífica. La clara luz de luna y luces de la calle, estaban llegan a esta parte del sótano. Eché mi vista al hombre fuerte y de quijada apretada. Tragué ante el miedo que sentía mi pecho por toda esta situación. Mi cuerpo temblaba al ver a ese hombre aproximarse a mi. Sus puños estaban cerrados y sus labios fruncidos en una mueca.
—¿Qué es lo que quiere? Si es dinero, se lo daré. O si viene a robar, llévese lo que quiera pero váyase.
Tomó mi cara y me atrajo hasta donde estaba. Me analizó, con la poca luz que brillaba ahí, sonrió.
— Zitta, ragazza.
Cállate muchacha.
Intenté huir, me jalo del cabello para que fuera a estar junto a él. Al sentir el filo de una navaja en mi cuello, mi piel se sobresaltó del miedo.
—Visiteremo il mio amico, Ethan—susurró en mi oído.
Así que, ¿Todo esto es por Ethan?
¿Qué clase de amigos tiene este chico para que yo acabara de ese modo?
¿Por qué precisamente me tiene que involucrar en esta horrible situación?
Las luces ya estaban encendidas. Caminé junto a ese hombre, hasta que llegamos a la sala. Miraba con atención el alrededor. Suplique internamente que apareciera. No era nada agradable que este demente me tuviera amenazada. Mis pensamientos estaban centrados en el enfermo de la navaja. Y ahora, en qué apareciera Ethan para acabar con esta muy terrible situación.
—Fatti vedere, bastardo.
Muéstrate, bastardo.
Su tono fue bajo. Media con precisión la situación. Si se llegaba a formar un escándalo no sería beneficioso para ninguno. Puede que los vecinos aparezcan pero, él podría usarme cómo rem para salir ileso.
Dios, ¿Qué lazos existen entre Ethan y este hombre, para llegar a este punto?
—¡Ethan, aparece!—reclamé para que se apresurara de forma inmediata.—por favor.
Las lágrimas comenzaron a aparecer en mi rostro, tenía la navaja apuntando mi cara mientras sonría con tanta oscuridad. No creo que sea ningún juego, esto me estaba asustando mucho. Y más ahora que, Ethan no aparecía.
—Desfiguraré a tu chica. —susurró a muy cortos centímetros de mi rostro.
Sentí como detrás, fue apartado con brusquedad, de mi. Me apresuré a alejarme, corriendo. Tomé con rapidez la lámpara, alzándola. Miré al frente y quedé estática.
¿Esto es lo que eres realmente?
Ethan. Sin duda, no era el que se da a conocer siempre con una sonrisa, y un brillo tan único. Muestra en su rostro y cuerpo, a un ser desconocido y tan oscuro. No sé porque, pero deduzco de cierto modo que, esta es su verdadera naturaleza. Su fruncidas cejas, la potente mirada que podría hacer daño a quien sea.
Eres tú, Ethan. ¿No es así? Ésta es tú naturaleza.
—¡Ethan!—intenté advertirle del hombre que iba a atacarlo con la navaja.
Su cuerpo se movió de forma inmediata. Evadió con precisión la navaja para que no fuera atacado. Con uno de sus puños, atacó su cara de lado. El hombre cayó rompiendo la pequeña mesa, que estaba entre los sillones.
—Non ti lascerò continuare.
No te dejaré continuar.
Declaró, Ethan, usando el mismo idioma que ese hombre. Se encaminó a él, entre ambos comenzaron a golpearse
Necesito salir de aquí, llamaré a la policía, no puedo dejar que esto siga.
Comencé a correr con rapidez, hasta la puerta, mis pasos se congelaron, observé a chicos de ropa oscura que comenzaron a bajar por el portón, y saltar la cerca de mi casa. Mi pecho comenzó a sentir pesadas punzadas, temía por mi vida, iba a intentar entrar pero, mi cuerpo no reaccionaba.
—Addison.
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Editado: 13.06.2023