JAKE
Los rayos de sol hacían que el placentero sueño mañanero terminase en ese instante. Marcos se ha levantado antes que yo, su cama esta vacía pero aún sin armar. Rebusco entre la habitación de mi mejor amigo buscando por alguna muda de ropa mía o algo de él, sé que no se enojaría si me ve con algo suyo puesto. Es una remera que creo que le ha regalado su hermana para su pasado cumpleaños lo primero que encuentro y en la esquina de la cama que acostumbro dormir están mis pantalones.
—Buenos días—Saludo cuando entro a la cocina y veo a mi amigo, a su madre y a su prima sentados desayunando.
—¿Y Brenda?—Parece que Marcos me lee la mente cuando pienso en su hermana.
—Me he despertado hace cinco minutos y ya no estaba, supongo que esta en el baño porque he querido pasar y estaba ocupado—Dice una soñolienta Rochi.
—Siempre el mismo problema con Brenda, ¿Qué no entiende que no es la única que vive en esta casa?—Marcos comienza a hablar mientras camina hacia el baño muy enojado—¡Brenda! ¡Brenda!—Comienza a llamar.
—Deja tranquila a tu hermana, por favor Marcos—Isabel regaña a su hijo, pero este no le hace caso.
—Brenda abre, no eres la única que quiere utilizar el baño. ¡Estamos acá todos esperando para usarlo!
Últimamente la relación que yo conocía entre Marcos y Brenda había cambiado demasiado. Supongo que ya no eran aquellos niños que jugaban a todo, pero, por más que ahora la diferencia de edad les hiciera que cada uno esté en etapas diferentes, me imagine que siempre serían los mismos hermanos unidos de siempre, pero son todo lo contrario. Yo si tuviese un hermano creo que sería muy unido, le contaría todo y saldría a todos lados. Siempre he querido un hermano, pero estoy en ese porcentaje de la población que son únicos hijos.
—Ahora que recuerdo me he despertado como a las cuatro y ella no estaba durmiendo en su cama, pensé que solamente había ido por un vaso de agua o a utilizar el baño.
—¿Qué dices Rochi?—Marcos pregunta y vuelve a insistir cada vez más golpeando la puerta con aún más fuerza.
Con miedo.
Mi corazón comienza a latir aún con más y más fuerza cuando todas las piezas se comienzan a unir en mi mente.
«—¿Por qué jamás estaríamos juntos?
—Por qué no eres mi tipo de chica Brenda
—¿Y quién si es tu tipo de chica?
—Alguien que no seas tú.»
«Querido Jake:
Quería escribirte sobre mi día y contarte en lo bueno que estuvo, pero mentiría si diría que tuve un buen día. Es que me he acostumbrado a ser invisible para todo el mundo. Me he acostumbrado a pensarte en silencio, a imaginarte como sería mi vida a tu lado y así saber que mi día va a mejorar. Sabes yo creo que eso es lo bonito de estar enamorada, no importa la situación tan fea que estés pasando, piensas en tu amor y ahí todo mejora. Tu me haces sentir mejor.
Con amor siempre,
Brenda»
«Querido Jake:
Hoy he tenido literatura y hemos estado trabajando con una obra de la cual me gustaría recordar el nombre, pero ahora mismo estoy en recreo y no tengo más que un lápiz y este papel para escribirte como siempre. Como ya he dicho me gustaría decirte el nombre pero estaba en francés el título y no se me da muy bien el recordarlo, te cuento esto por la historia que ese título acompañaba. Era una chica adolescente enamorada, muy locamente enamorada, y él era un señor mayor, mucho más mayor que tú y ambos se enamoraban y él la espero el tiempo que hizo falta, y estuvieron juntos con su final feliz.
Y entonces yo pensé, como si él era aún más mayor que tú la espero todo ese tiempo a ella y tu siendo aún más menor y teniendo más posibilidades, ¿por qué no me esperaría estos dos años que me faltan para ser mayor?
Espero que me esperes, porque yo estoy dispuesta a esperar todo lo que sea necesario.
Con cariño siempre,
Brenda»
«—¡Porque yo no quiero estar contigo Brenda, y no quiero esperarte ni que tu me esperes!»
Recuerdo que le grite aquel día cuando me pregunto sobre la carta que me había escrito. Pero por más que doliera tratarla así yo me sentía vencido. No sabía como explicarle que lo nuestro no funcionaría, que yo no la amo de la forma que ella lo hace.
Corrí hacía el baño mientras todos me observaban sin entender que sucedía. Di una fuerte patada a la puerta y nada, respiro hondo mientras acumulo toda la rabia que siento y doy un nuevo intento. La puerta se abre y es cuando mi mundo se detiene.
Esta Brenda tumbada en el suelo con sus muñecas ensangrentadas. Los gritos de Isabel inundan la habitación, Marcos esta parado en la puerta sin entender que sucede, me observa mientras intento buscar signos de que aún está con vida. Y así es, aún esta con vida.
—Esta viva, Marcos llama una ambulancia—Mi amigo torpemente sale disparado mientras busca un teléfono, yo tomo a Brenda en mis brazos y no puedo esperar a que una ambulancia venga por ella. La subo al auto de Isabel sin tener su permiso antes, es la vida de su hija la que corre peligro y sé seguramente que es por mi culpa.
En que momento mi vida se convirtió en esto, en tener que lidiar con Brenda, en explicarle lo mejor que puedo que lo nuestro nunca va a funcionar. Pero hoy llego a un extremo, hoy se autolesiono. Y yo no quiero lidiar con la culpa. Me duele, me lastima verla así.
Isabel sube detrás sosteniendo a su hija mientras llora sin más no poder y me pasa las llave. Rochi intenta consolarla pero no hay consuelo alguno y Marcos sube de copiloto.