Los científicos cayeron al suelo como rocas. Hiro se encontraba solo. Con suerte podría enviar a uno a su mundo original, pero los otros enseguida lo volverían a atrapar y, cuando eso sucediese, se asegurarían de que nunca más volviese a invocar a Asthar.
A pesar de la caída, los científicos se recuperaron y rodearon al niño. Uno de ellos le dio una bofetada tan fuerte que lo echó al suelo. Y cuando lo apuntó con un arma, su compañero lo detuvo.
En efecto, a Hiro se le resbaló el transmisor y, con pesar, vio cómo sus enemigos lo levantaban y lo metían en un cofre aislante del contacto humano, junto con los demás transmisores.
…
Cuando Gustavo fue para anunciarle a Mariana que terminó de cocinar, la encontró de cuclillas al suelo, llorando desconsoladamente.
Fue a ver si se trataba de alguna nueva etapa depresiva. Cuando ella lo vio, lo tomó del cuello de la camisa y le suplicó:
Gustavo la tomó de los hombros y la empujó de espaldas al suelo. La zarandeó violentamente hasta lograr calmarla.
Mariana no respondió. Gustavo comenzó a jadear después de ese grito. Era la primera vez que lo veía descontrolarse de esa forma, expresando sus verdaderos sentimientos. Recordó las visiones y se dio cuenta de que eran imágenes que Asthar le proporcionó para que se percatara de los sentimientos de su hermano, amigos y novio. Todos hacían lo posible por ayudarla y apreciaban su valentía y coraje en la “Puerta dimensional”. Para Gustavo, Mariana era la persona más importante del mundo. Y como su familiar, se odiaba a sí mismo por abandonarla y no apoyarla en sus sueños. Hiro la veía como una hermana mayor. Y al no tener buena relación con su hermana de sangre, encontró en ella el refugio y la confidencialidad que solo los hermanos podían darse. Jaun pensaba que Mariana era una mujer formidable, capaz de darlo todo por la persona que amaba. Y Sorlac apreciaba su osadía y perseverancia, cualidades que lo atrajeron de ella y lo enamoraron. Pero sentía que no debía interponerse en su vida por lo que, en la última vez que se vieron, prefirió mantener la distancia. Incluso se propuso a cortar la relación a lo sano, para poder seguir cada uno con la misión de vida de sus respectivas dimensiones.
Gustavo se levantó y le dio la espalda. Sacó de su bolsillo el transmisor y, sin mirarla, le dijo:
Gustavo activó el transmisor y fue a la “Puerta dimensional”. Se apareció delante de Sorlac y Jaun, que aún seguían atados y sin poder moverse ni un centímetro.
Gustavo tomó la bomba y, de un solo tirón, lo arrojó lo más lejos que pudo. Al hacer contacto con el suelo, estalló.
Gustavo les explicó lo ocurrido antes de ingresar a la “Puerta dimensional”. Y como lo único que entendió fue que Mariana perdió el transmisor y Hiro estaba en peligro, decidió investigar.
Gustavo lo miró fijamente y le preguntó:
Sorlac se sonrojó y le respondió:
Gustavo se dio cuenta de que Sorlac realmente amaba a Mariana. Pero aún no lo aceptaba. No podía evitarlo, eran celos de hermanos.
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Editado: 31.03.2023