Purple Eye [cada Jueves Nuevo Capítulo]

El Misterio Paternal

CONTINUACIÓN LUNES 12 DE SEPTIEMBRE:

Bill y yo salimos de la cafetería; era de suma importancia llegar lo más rápido posible al manicomio donde mi padre y el de Bill yacen.

Estamos caminando en dirección al centro psiquiátrico. Debería decir que más bien estamos trotando; mejor dicho, corriendo.

Durante el camino, Bill y yo comenzamos una conversación.

—Y Bill... ¿Entonces a tu papá le sucedió lo mismo que al mío?

—Así es, él comenzó a hablar sobre un montón de estupideces sobre Purple Eye, tal como tu padre.

—Esto no puede ser una simple coincidencia... debe ser algo más.

—Sí... debe serlo.

—Sea lo que sea, debe estar relacionado con nuestra religión.

—¿Por qué lo piensas?

—Porque enloquecieron diciendo muchísimas cosas sin sentido sobre Purple Eye, Iris y Eyelashes.

—Puede ser... aunque creo que sólo son estupideces porque su cordura se hizo ausente.

—Puede ser... tenemos que averiguarlo cuanto antes, para eso vamos al manicomio.

—Cierto.

—¿Y hace cuánto tiempo que tu padre está ahí, Bill?

—Ayer. Al suceder, quise contactarte al instante, ya que me percaté que fue lo mismo que sucedió con tu padre.

—Claro.

Llegamos por fin al manicomio. Este lugar tiene aspecto terrorífico. Básicamente, es un edificio antiguo, construido en 1822. Está hecho de grandes bloques de ladrillo, aunque tremendamente sucios; ya hasta adaptaron otro color.

La entrada es una reja oxidada y con picos en la sima. Sobre la valla metálica, se encuentra un arco con el título: "Centro psiquiátrico Sevlor Lara", escrito con letras metálicas ya con óxido de hierro sobre ellas y con algunas letras ya caídas.

Sevlor Lara es el fundador de Sevy City, de hecho, "Sevy" es el diminutivo de Sevlor. Como te podrás dar cuenta, el título del manicomio hace alusión al fundador de nuestra hermosa ciudad.

Bill y yo entramos llenos de temor y desconfianza. Ambos no habíamos entrado allí desde hace años, ni siquiera yo entré cuando mi padre enloqueció y llegó aquí.

Nunca lo visité.

El interior era totalmente desigual al exterior. El suelo, las paredes y el techo eran totalmente blancos, sin señal de alguna mancha o suciedad. Todas las personas en el interior tenían uniformes totalmente blancos. Todos los muebles estaban pintados con total pintura blanca.

"Se ve que lo remodelaron" pensé para lidiar con la sorpresa de encontrar que el interior era totalmente diferente al exterior.

Con tanta blancura, sentí un destello repentino de luz que por poco me deja sin vista.

—Bill, ¿a quién visitaremos primero?

—Supongo que a tu padre, no lo has visto en mucho tiempo.

—Está bien.

Nos acercamos a la recepción.

—Buenas tardes. —Dije sonriendo para mostrar educación.

—Buenas tardes. ¿Qué se le ofrece?

—Quisiera visitar a Arlo Jowsy.

—Claro, síganme por favor.

La mujer que atendía en la recepción se levantó y caminó hacia un pasillo que en la parte superior tenía un letrero que decía "Pacientes". Por raro que parezca, me preguntaba desconfiada el porqué nos autorizó tan fácilmente la visita, pues —que yo sepa— debe haber pruebas de que somos familiares o, al menos, sus amigos.

Nos llevó caminando por ese pasillo hasta el final del corredor, la habitación de mi padre.

Bill y yo entramos y la mujer de la recepción cerró la puerta tras nosotros.

Mi padre estaba viendo a la ventana de su habitación, sin emoción alguna. Parece que el tiempo que ha estado en este luminosamente terrorífico lugar lo ha destruido con delicadeza y lentitud... No puedo evitar sentir pena por él, a pesar de todas sus... cuestionables acciones.

—Hola, padre. —Dije viendo al suelo, queriendo evitar que nuestras miradas se crucen.

—¡HIJA! —Mi padre gritó corriendo hacia mí, para después abrazarme.

—Hola... —Las palabras salieron de mi boca sin enfatizar alguna emoción positiva, seguía rencorosa.

—¿Qué? ¿Acaso no estás feliz de verme? — Preguntó mi padre, algo decepcionado.

—La confianza y el amor no se pueden comprar...—Aclaré, mostrando mi notable incomodidad.

—¿A qué te refieres, hija?

—Tú empeoraste a nuestra familia, literalmente ahora está peor. ¿Y a pesar de ello esperas que esté feliz por verte? — Mostré mi molestia en grande.

[...]

—Lo siento mucho hija... No debí meterlos en esto, sin embargo, puedo prometer que es cierto lo que dije y lo que sigo diciendo. ¡Tienes que creerme!

—Bueno, de hecho, estoy en duda de si creerte o no; ya que me han sucedido varios hechos que puede que llegue a creer en aquella hipótesis.

—De hecho, es mejor que me creas ahora, ya que Purple Eye está en camino... El ciclo se repetirá...



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En el texto hay: dioses, muerte y sangre, suicidio y depresion

Editado: 06.08.2020

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