Purple Eye [cada Jueves Nuevo Capítulo]

Él no es lo que parece

Hoy me desperté a las cuatro de la mañana gracias a mi ansiedad causada por lo que sucedió el día de ayer. Creo que fue demasiado en un sólo día... Todo parecía estar a la perfección, hasta que esa asquerosa enfermedad arruinó todo... arruinó a la ciudad, arruinó a todas las familias... ¡ESE MALDITO ARRUINÓ MI VIDA Y LA DE TODOS!

Quizá deba calmarme... esto no es de ayuda en esta situación... horrible situación.

Me encuentro esperando a Bill sentada en el sillón de la sala de mi casa. Quedamos vernos aquí a las 10:00 a.m., para poder hablar sobre su supuesto avistamiento de su padre.

Desde que desperté, empecé a esperar a Bill sin mostrar paciencia. Lo he esperado durante seis horas sin mover ningún solo dedo. No sé ni cómo le hice para no hacer nada durante esa cantidad tan larga de tiempo.

Todo este tiempo, lo que único que he hecho es ver el reloj que está en la pared frente a mí. Tic, tac, tic, tac, el reloj emitió su hipnótico sonido. Noto que son 10:10, ¡ya debería de haber llegado!

Mi paciencia se agota, así que prendo la televisión para poder tener algo de diversión. Comienzo a escuchar las noticias. "Las clases se van a cancelar hasta que el gobierno de Sevy City pueda solucionar este problema causado por El Puprop. Se les recomienda quedarse en la comodidad de su hogar hasta nuevo aviso, gracias”.

"De todas formas no iba a ir a la escuela", dije, dentro de mi cabeza.

Tocan el timbre, ¿será Bill? Me levanto del sillón para abrir la puerta. Ciertamente, es él. Lo invito a entrar y se sienta junto a mí en el sillón.

—Entonces... ¿Viste a tu padre, Bill? —Pregunté, queriendo investigar.

—Así es.

—Pero eso es imposible, tú lo viste morir.

—Sé que es una locura, pero yo vi su rostro, ¡sé que es él!

—Eso es prácticamente imposible...

—¡Sé que era él!, sólo que... tenía algo raro... sus iris eran color rojo, en vez de café, como usualmente.

—Que raro... ¿Recuerdas cuando me enfurecí contigo?

—Sí... Creí que no lo volveríamos a mencionar... —Bill bajó su cabeza mientras descendía el volumen de su voz.

—Pues, por un instante, tus iris también se convirtieron en rojas.

—¿En serio?, en realidad, no recuerdo esa parte de mi vida con claridad.

—Que extraña es toda esta situación.

—Así es esto... Tendremos que vivir con base en ello; es el sentido de la vida, desde mi punto de vista.

—Sabes... deberíamos ir ahora a hablar con el Purple Man, eso nos ayudaría para entender mejor lo que en realidad sucede.

—Sí, deberíamos ir ahora.

—Está bien, ahora que pasó aquello... Mi único propósito es encontrarle explicación...

Me levanté para poder ir a la Purplace, pero antes, me hice un sándwich improvisado para desayunar en el camino; ya que no había comida nada y estaba abruptamente hambrienta.

Salimos de mi casa y caminamos directo al centro, donde se encontraba la Purplace.

Llegamos al fin. La Purplace tiene aspecto futurista: de hecho, es un cubo colosal que está flotando en el aire y está pintado con total pintura morada. Sobre la puerta principal, se encuentran unas letras pintadas de color blanco que dicen: "Purplace". Hoy no es miércoles, así que la puerta está completamente cerrada.

Tocamos la puerta y esperamos unos cuantos minutos. Un hombre abre la puerta; tiene aspecto joven, piel blanca, pelo negro y una barba que parece sin rasurar desde hace dos meses. Lo más llamativo de él es que sus iris son morados, pues es un Purple Man.

—¿En qué les puedo ayudar? —Él aparentemente hombre amable nos pregunta.

—Sabe... Tenemos razones para creer que todo esto de El Puprop tiene basta relación con la religión purplácica, y por aquello quisiera preguntarle algunas cosas. ¿Le parece bien? —Bill responde a la pregunta del Purple Man.

—Claro, pueden pasar. —El hombre nos dejó pasar, mostrando su amabilidad con una gran sonrisa; una que puede ser falsa o tal vez no.

Dentro de la Purplace, nos encontramos con una sola mesa gigante con un mantel morado; la mesa tiene cien sillas exactamente. El piso, el techo y las paredes tienen un color blanco puro. El suelo está tapizado con mosaicos hechos de mármol blanco y con ciertas manchas nítidas color café oscuro. Al final de la Purplace, hay una mesa con un mantel blanco; sobre ésta, podemos encontrar una gran variedad de comida y bebida. Y por último, lo más sobresaliente, es que en la pared frente a nosotros hay un ojo gigante con el iris color morado, que simboliza a nuestro dios: Purple Eye.

El Purple Man nos llevó a una habitación secreta detrás de la pared frontal; en ella, había un escritorio algo antiguo que tenía un tallado de Purple Eye. Él se sentó en una de las sillas y nosotros le seguimos.

—Entonces... ¿Qué preguntas quieren hacerme? —El Purple Man preguntó curioso.

—De acuerdo, ¿cuál es su nombre?

—Mi nombre es Peter Walker.

—Está bien, Peter. Las preguntas tienen como fin recabar datos sobre la religión purplácica, con el propósito de investigar sobre lo sucedido con el virus de El Puprop.



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En el texto hay: dioses, muerte y sangre, suicidio y depresion

Editado: 06.08.2020

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