En mi casa no hay machismo

Durante el comienzo de la movida #NiUnaMenos mi abuela afirmaba para comenzar un debate "En mi casa no hay machismo", luego de esta frase clavo la mirada en la mesa esperando a que la "atacara" junto a su predicción. Falló y aún un año después no he contestado esa afirmación de su parte, pero ya no me aguanto.
Abuela mía, cuando tenía trece años y comencé a desarrollarme en tu casa me sugirieron de que no me apurara, que no me entregará fácil a los chicos para no ser una 'putita' mientras que a mi primo a mi edad se le sugirió 'dale masa a todas y disfrutalas que la juventud es corta'. Cuando cumplí quince me preguntaron si ya sabía hacer todas las cosas de la casa porque si no ningún hombre me iba a querer mientras que a los varones de la familia se les lava y cocina todo porque '¿Cómo puede ser que un hombre lave platos habiendo tantas mujeres?'. Cuando tenía quince años me obsesione con mi peso, me decían que estaba gorda y que así no le iba a gustar a ningún hombre, así que comencé a vomitar. Llegado un momento un tío me dijo que ya no tenía forma "se te fueron las tetas y el culo nena, pareces un palo vestido" había incluso llegado a dormirme ahogando el llanto en la almohada porque pensaba que ningún hombre me iba a querer. Cuando cumplí dieciocho me dijeron también en tu casa que si seguía sin acostarme con nadie me iban a creer tonta, me iban a dejar o peor - según tu asombro y tono película de terror - me podían creer lesbiana. No abuela ser lenta o cuidar tu cuerpo no te hace ser lesbiana, ni te convierte en ilegal, no te lastima, es solo respetar tu cuerpo y sus tiempos, así como disfrutar de tu sexualidad saludablemente no te hace un gato o una putita. 
El error está cuando creemos que las cosas pesadas las carga el hombre y los platos los lava la mujer, está cuando te horroriza ver a tu nieto jugar con la prima a las muñecas o a tu nieta jugar con camiones pensando que eso define el futuro de los menores en la nieta "machona" o en el nieto "mariposon". El problema está cuando inculcamos que la opinión de otros sobre nuestro cuerpo o sexualidad es más importante que la nuestra, cuando tu forma de ver y amar tu cuerpo se nubla por lo que diga el resto, cuando creemos que satisfacer a un hombre o un estereotipo social es más importante.