Quedate a mi lado y no te alejes

CAPÍTULO 9

Hubiera querido que las cosas cambiaran pero no era posible, las cosas ya habían pasado y para ser sincera conmigo  misma no quedaba nada más que hacer ante tal.  Seguí mi camino hacia la librería para la cual trabajaba me gustaba estar ahí rodeada de historias, poemas para mí era como adentrarme en un mundo completamente diferente un lugar en el cual me olvidaba de mis problemas - 

-venga llegas más temprano ¿tuviste una  mala semana? - dijo Mía con un sonrisa en su rostro - 

- algo así - dije secamente ante la rubia - me encontré a mi Madre- admití soltando un suspiro - 

- todavía sigue enfadada, creería que después de la audiencia todo se había arreglado al fin al cabo hiciste lo correcto  -  asentí con la cabeza adentrándome en mis recuerdos perdiéndome por completo en como mi propia madre me había llamado a un juicio  - parece que te afecto más delo que debería, venga ve a tu casa que yo te cubro el turno - -

- gracias te debo una - dije antes de salir las horas habían pasado pero mi mente todavía no lo había logrado a notar quede en un estado de Shock fue cuando lo volví a ver Henry - 

-sígueme - dijo casi en un susurro… era imposible  mi mente no quería creerlo sabía que estaba muerto de eso no cabía duda - no me dejaras esperando o si rosa - dijo ofreciéndome su pequeña mano -no dude dos veces en tomarla guiándome hacia la azotea del edificio - 

- que hacemos aquí Henry - pregunte - 

- no es bonita la noche hermana… es relajante como la brisa llega hasta tu piel como si fuera un abrazo - dijo mirando hacia el cielo con desdén - 

- no cambies el tema dime que es lo que hacemos en la azotea - recalque nuevamente - 

- te he estado observando por mucho tiempo veo como sufres día tras día como el alma se te consume ante los recuerdos  no es una bonita forma de vivir mi roza - 

- claro que no es así – negué tratando de convencerlo pero eso era lo que trataba o solo quería convencerme a mí misma de que era así-

- no me mientes a mi, mi querida rosa te mientes a ti misma -dijo poniendo una de sus manos en mi mejilla- en fin yo ya estoy muerto y eso no puede cambiar pero lo que si puede cambiar eres tu  - 

-si estás muerto que haces aquí por que no sigues tu camino hacia el mas haya  - dije viéndolo  en respuesta el mostro una mueca de tristeza - 

- no puedo estoy atrapado en este mundo hasta que me dejes ir por eso he venido te rugo déjame ir – suplico el pequeño

- no puedo Henry - 

- debes dejarme ir te lo pido no puedes estar estancada en la tristeza y el dolor - debía admitirlo cada una de sus palabras eran ciertas me había quedado estancada en la amargura   - ya no te reconozco no sonríes casi nunca… te has aislado por completo donde está la roza que conozco donde se encuentra la chica que tenía una sonrisa chispeante que adoraba las bromas donde esta mi hermana -

 - desapareció en el momento en que desapareciste - admití entre sollozos - que esperas de mí  no puedo hacer como que nada hubiera pasado… hacer como si estoy bien cuando la realidad es otra no puedo simplemente no puedo - 

-va a ser difícil pero lo lograras ese dolor desaparecerá  y solo va a ser solo un recuerdo y nada más y volverás a sonreír  - 

- esta es un despedida - pregunte – por que es lo que parece

-si quieres verlo de esa manera, si se podría considerar una despedida - dijo  con una sonrisa antes de acercarse al barandal y desaparecer  corrí hacia el con la esperanza de que no desapareciera quedándome al borde del barandal mirando hacia las estrellas  -

 - no lo hagas - me di la vuelta para encontrarme a Nahuel corriendo hacia mi alzándome en brazos llevándome hacia la puerta pude verlo en su rostro la preocupación sus ojos cristalizados  el latir de su corazón podría ser que el se preocupara - no te vasto con hacer esto un vez - 

- no quería hacer nada- admití 

- si ese es el caso cual es la razón de tus lagrimas cual es la razón de que te encontraras ahí a estas horas – admitió soltando alguna lagrimas

-no importa que el que hacia ahí en todo caso no seria de tu importancia – argumente tratando de evitar el tema- 

- claro que lo seria - dijo - me dio miedo - argumento - tu ve miedo de que cayeras el hecho de que no volvieras me destruyo -

- no lo merezco, no merezco tu pena o lastima soy un mala persona – argumente recordando aquella noche en la que perdí toda esperanza

 - solo eres un persona a la que le pasaron cosas malas pero no eres una mala persona –dijo -

- mate a una persona -   admití pude verlo se quedo en completo estado de shock bajándome inmediatamente  - no era mi intención todo había pasado muy rápido-

 - como sucedió - dijo secamente como si no pudiera creerlo  

- esa noche acababa de llegar del trabajo apenas había pasado unos meses desde la muerte de mi  hermano y mi familia se desmorono por completo todos cambiamos en especial mi padre el encontró refugio en el alcohol volviéndose agresivo y torpe… nunca sabré cuanto le afecto pero si sabía que esa no era la manera, era un rutina cada vez más frecuente pero esa noche paso de sus límites al entrar volvió a pasar el estaba ahí parado delante de ella golpeándola como nunca antes entre en un estado de descontrol al verla inconsciente cansada de esta rutina agarre el florero rompiéndolo en su cabeza al verlo desplomarse tome a mi madre llevándola al hospital, segundos después de llegar me di cuenta de lo había pasado  volviéndome consiente de mis actos volví a casa para darme cuenta mi padre había muerto ese golpe lo había matado no supe que hacer y simplemente hui… con el paso del tiempo no pude con ese hecho y decidí quietarme la vida fue cuando apareciste, ese día estaba preparada para morir  estaba cansada de seguir huyendo estaba cansada del tormento que vivía día tras día no sabes lo difícil que es lidiar con ese hecho pero tu me diste esperanzas de que podría salir adelante



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En el texto hay: dolor, perdida

Editado: 08.04.2022

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