Querida -no tan querida- Muerte

15. Estanque

28/11/1875

Querida Muerte:

Querida -No tan querida- Muerte

El día de ayer estaba en una excursión en un lugar parecido a un campo, pero no lo era tanto... A las afueras de la ciudad. Caminaba tranquilamente admirando el paisaje, hasta que nos cruzamos con un estanque, habían varios peces nadando por todas partes, mi reflejo se veía, pero detrás mío alcancé a ver tu brazo, giré mi rostro atemorizado pues estabas por empujar a un hombre, apreté mi agarre a mi bastón, intente verte la cara pero no me fue posible, al ver tus intenciones intente detenerte, o advertirle, pero no fue posible. Aquel hombre cayó al estanque porque lo empujaste fuertemente, hiciste que cayera hasta lo más profundo del estanque, todos quedamos impactados ante lo que pasó, pero más yo que pude ver que fuiste tú quien lo hacías.

Pensé que era el momento de despedirme de aquel buen hombre que a pesar de no conocerlo me empezaba a generar culpa su partida, pero de repente él salió del agua, tenía en sus manos un maletín que apestaba, uno de oficina, pero bastante grande, todos corrieron a ayudar al hombre, pero yo decidí abrir el maletín... Era una persona descuartizada, cortada en pedacitos, aún habían pedazos de piel grandes, asustado me alejé.

Hoy, Muerte, me he enterado que esa persona era el primo desaparecido de aquel hombre, así que uní cabos sueltos. Quisiste que encontrará sus restos... ¿Por qué? ¿Tienes compasión acaso? Me pongo a pensar él porque fui escogido para esto, temo por mi vida, temo por todos, incluso por ti.

Querida -No tan querida- Muerte, que susto me has dado.

 




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