Querida -no tan querida- Muerte

16. La mansión

01/01/1876

Querida Muerte:

Querida -No tan querida- Muerte

En este momento es de madrugada, así que ayer, hace tan solo un par de horas vi algo que me dejó aterrado. Estaba en una reunión debido al año nuevo, al ser una persona bastante privilegiada (como me considero) tengo la libertad de poder estar en lugares importantes, justo como en el que estoy ahora, escribiendo en la oficina de esta mansión. 

El dueño de esta mansión lo conozco hace bastantes años, cuando yo era solo un muchachito, pero ese no es el tema Muerte ¿Que te debe de importar eso? Lo que quiero decir es que conozco a la servidumbre del lugar, conozco cada uno de sus problemas personales aunque ellos no lo sepan, por lo que no me sorprende lo que pasó hace tan solo un rato.

Habían pasado solo veinte minutos desde el momento exacto del año nuevo, así que me tomé el atrevimiento de bajar para desearle un feliz año al mayordomo al cual le guardaba un poco de afecto, pero no lo encontré en su oficina, supuse que estaba festejando junto al resto de empleados en el patio trasero, así que dispuesto a regresar a la fiesta principal en el gran salón, para que fuera más rápido debido a mi dificultad al caminar, decidí entrar por los pasillos "secretos" de la mansión, solo para encontrarme una sorpresa.

Estabas de espalda a mi, así que decidí seguir adelante, quería preguntarte muchas cosas, pero empezaste a correr. Lo único que pensaba era maldecir mis piernas, aún así tomé fuerzas para seguirte, diste la vuelta en una intersección en forma de "T" fuiste por la derecha, en un par de segundos ví al mayordomo de espaldas a mi, no notó mi presencia, pero tú estabas detrás de él, quería advertirle sobre su futuro, pero noté como sus manos estaban llenas de sangre, y esa misma se escurría por el suelo, tu tocabas su hombro y le diste unas palmaditas, pensé que estabas por llevártelo, y que eso significaba un "Bienvenido" pero en realidad era un "Bien hecho".

Había un muchacho en el suelo, su cabeza había sido golpeada con un martillo que se encontraba en el suelo, ahí todo afecto por el mayordomo se había esfumado, pues noté que tenía una sonrisa en su rostro.

Querida -No tan querida- Muerte ¿Cómo puedes ser tan cruel?

 




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