48 - Especial * Parte 2

- Hey ¿Me escuchas?- movía de un lado a otro su mano frente a mí, pero yo no podía despegar mi mirada de su rostro - Amanda ¿Me escuchas? - sabe mi nombre. En este mismo momento quiero gritar, pero será extraño ¿no?

- ¿Cómo sabes mi nombre? - pregunté al cabo de unos minutos, con la voz un poco débil. Owen resopló con alivio y me tomó por los brazos para levantarme, aunque al estar ya de pie no me soltó.

- Todos lo saben - aclaró encogiéndose de hombros y con una sonrisa tímida. Típico de él.- ¿Qué te sucedió? ¿Te encuentras bien? ¿Cuántos dedos ves aquí? - alcé una ceja con incredulidad viendo tres de sus dedos ¿Esto es enserio? Mi primera conversación con él es un poco extraña, para ser sincera. Al ver que no le respondí, él volvió a hablar - ¡Oh por Dios! Has perdido la cabeza ¿No es así? Ahora ya no me puedes escuchar ¿Cómo sabrás lo que te estoy diciendo? A ver - comenzó a abrir y cerrar la boca lentamente formando una pregunta: ¿Cómo te sientes?

- Owen, si puedo oírte, gracias por alertarte - podía decir que el color volvió a su cara, se ve tan lindo.

- Creí que... bueno, no importa. Me alegra que estés bien - dijo. Al darse cuenta que aún tenía sus manos en mis hombros, sus orejas comenzaron a ponerse completamente rojas y apartó sus manos con vergüenza - Lo-lo siento, no era mi intención - yo solté una risita y él me miró un rato, yo lo miré un rato, simplemente nos miramos y... nos destornillamos de la risa.- Ya que solo nos conocemos de lejos, debo presentarme como se debe - dijo serio y extendió su mano, yo la tomé - Soy Owen Lander - Lander. Nunca supe como era su apellido, ahora que lo sé, me parece muy familiar.

 - Amanda Risso - dije sintiendo las mejillas calientes ¡Que vergüenza, estoy sonrojada! pero eso no es todo, él también lo está.

- Owensito - escuché la voz irritante de Lauren desde lejos, rodé los ojos y al parecer Owen lo notó, así que aparté la mirada de él.

- Supongo que ya tengo que irme a...- pero fui interrumpida.

- Deja que te acompañe, así me aseguraré de que has llegado bien - no me dejó hablar, solo me agarró cuidadosamente del codo y me guió para entrar al edificio, dejando a Lauren.

- Me estás utilizando para alejarte de ella - le eché en cara, mientras le sonreí abiertamente. Él se rió.

- Lamento que nos conozcamos en estas condiciones.- me guiñó el ojo. Sentí que me desvanecía ¡Me guiñó el ojo! AAAAAAAAAAHHHHHHHHH.

Por dentro estoy completamente gritando, llorando de felicidad, saltando, aunque por fuera solo finjo no haberlo notado, así que solo dije:

- Eres peligroso, Owen Lander.

- Y tú muy hermosa, Amanda Risso. - dijo sonrojándose de nuevo. ¿Verdad que es tierno? Aww - Bastante, diría yo. Mis amigos siempre hablan de ti.

Lo miré anonadada - ¿De verdad?

- Si. - afirmó - Siempre dicen que eres linda, inteligente y de carácter fuerte. Sería muy difícil no notarte. - miraba el suelo mientras me decía todo eso ¡Diablos! ¿Qué está pasando?

- De ti también hablan mucho - le confesé - Dicen que eres guapo, todo un Adonis - puse los ojos en blanco al recordar a mis compañeras diciendo eso de él.

- ¿Y tú? ¿Qué opinas? - preguntó despegando la mirada del suelo para poder verme a mí. Tenía las manos dentro de los bolsillos, quien lo viera diría que parecía uno de esos chicos a los que le llaman badboy *insertando risa maníaca*

Me había encogido de hombros antes de responderle - Opino lo mismo que ellas. También dicen que eres misterioso, frío y reservado, ya no sé que pensar. No lo pareces- dije con una sonrisa.

- Lo soy. Solo que no sé porque me he dejado llevar contigo - se acarició la nuca.

No me había dado cuenta que habíamos llegado a la puerta de mi salón,  justo en frente del estudio de baile.- Fue un gusto conocerte como se debe, Amanda. Ya estaba bastante intrigado contigo - ¿A qué se refería? ¿Acaso él lo sabía? ¿Me había descubierto? No, creo que no. - Nos veremos luego, tal vez hablemos en el proyecto - Cierto, su "proyecto" de enseñar a bailar. No le dije nada, solo asentí con un movimiento de cabeza.

- Adiós - abrí la puerta despacio y a través de los ventanales vi a Owen caminando hacia el estudio, noté como él miró a los lados y se dirigió a los casilleros, exactamente hacia el suyo. 

Fui de puntillas para mirarlo mejor detrás de un muro, estaba leyendo mi nota de ayer, su ceño estaba fruncido, pero luego apareció una hermosa sonrisa en sus labios.

¡Me encanta su sonrisa!