¿quién @&%# eres?

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Mañana era, según sus padres, “el gran día”. Pero para Carolina era solo el inicio de su pesadilla anual. El regreso a clases.

Iba a empezar último año de bachillerato, es decir 11°, el que consideraban era el más importante de todos, ya que en este corto periodo de tiempo se define tu vida entera: si vas o no a la universidad. Si vas a poder o no estudiar una carrera profesional. Si vas o no poder tener un título sobre tu cabeza. Si vas o no poder ser alguien en tu vida, valerte por ti mismo, vivir cómodo. O de lo contrario, ser un simple mantenido del estado, un vividor, alguien que trabaja solo por temporadas o cuando hubo una vacante urgente libre.

Si, para Caro ese no era un pensar agradable, pero era algo que sus padres le han inculcado desde siempre. Toda su vida ha sido presionada constantemente, para que forme parte del selecto grupo de solo 5 estudiantes que ocupan el tan anhelado cuadro de honor, los 5 primeros puestos en la jerarquía académica de cada salón.

Para ella no es algo complicado lograrlo, es bastante aplicada a sus estudios e inteligente. El problema es que, no solo la presionan para que esté en ese cuadro de honor, también lo hacen para que sea la numero 1 de toda la escuela, y eso es algo que hasta ahora no ha podido lograr, por más que trasnoche estudiando, por más que se devane los sesos aprendiéndose las reacciones químicas y, las diferentes fórmulas para hallar velocidad y aceleración de un objeto en caída libre.

No, ese era su más grande problema. Nada que hiciera la posicionaba en ese puesto tan codiciado por sus padres.

Sabiendo todo lo que le esperaba para este fatídico año escolar, decidió tomarse varias libertades para el último día de sus vacaciones. Salió de su casa desde las 3 de la tarde en su bicicleta, dispuesta a relajarse todo lo que pudiera en solitario, ya que su carga académica y la presión de sus padres, no le daban la libertad de tener amigos y salir a divertirse.

Inicio su recorrido en el centro comercial, donde vio una película de comedia, caminó un rato por los alrededores disfrutando del entorno. Después se dirigió al restaurante que más frecuentaba, donde pidió su plato favorito, lasaña de pollo. Al terminar, se fue a un parque más cercano a su casa y le dio varias vueltas en su bicicleta. Manejarla siempre era una manera de calmar sus nervios, bajar la tensión y estrés que cargaba siempre.

A las 7 de la noche regreso a su casa, y fue recibida por sus padres.

─Hola cariño ─saludó dulcemente su madre, Virginia─ ¿dónde estabas?

─Dando una vuelta en bici ─respondió un tanto extrañada, su madre no era tan cariñosa.

─Ven ─le tendió la mano─ vamos a la sala, tu padre y yo necesitamos hablar contigo.

“Me lo suponía” pensó irritada. En momentos así, salían con discursos más largos que los del mismo presidente.

─Hola princesa ─saludaba su padre, Paul, sentado en su lugar habitual.

─Hola pa ─se acomodó en el sofá justo enfrente de sus padres, y se preparó psicológicamente para lo que se avecinaba.

─Cariño ─empezó su madre─ ya sabes que mañana empiezas el último y más importante año escolar, eso definirá tu futuro.

─Y no está exagerando ─interrumpió su padre─ los resultados que des este año te permitirán ir a la universidad.

─La mejor de todo el país ─continuó Virginia─ y no por el cuadro de honor, eso quedo atrás.

─ ¿Que? ─preguntó Caro atónita─ pero es lo que siempre han querido, ¿no? que este en el primer puesto del cuadro de honor.

─Si, pero este año es diferente ─añadió su padre─ ¿sabes por qué?

─En realidad no tengo idea ─contestó confundida.

─Este año será diferente porque ─explicaba su madre─ ustedes los estudiantes de 11° hacen un examen único casi al final del año.

─Las pruebas saber 11, o examen del icfes ─dijo Paul claramente emocionado.

─Ajá ─balbuceó sospechando lo que le dirían.

─Y… Nos tomamos la libertad de inscribirte en un curso intensivo para prepárate para ese examen ─Virginia sonreía emocionada─ empieza dentro de un mes, las clases serán los sábados todo el día.

“¡No inventes!” pensó Carolina frustrada.

─Y, ¿Qué te parece? ─preguntó Paul.

─Amh… Ps… ─balbuceaba sin saber que decir─ siendo sincera, creo que me quitara tiempo valioso que podría usar para hacer mis deberes del colegio.

─No te preocupes por eso mi cielo ─alentó Paul─ tu puedes con todo esto, para eso te hemos educado.



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En el texto hay: humor, romance, accion

Editado: 03.08.2019

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