¿quién eres? - Observación

Capítulo 35.

El lunes a primera hora, ellas le contaron a Lisy sobre su aventura con el libro de la UESTA.

 

—Así que dieron con el famoso libro, las felicito —dijo Lisy orgullosa de los esfuerzos de Romi.

—Sí, tenemos todo cubierto. A propósito, no vas a creer quienes son los amigos de Vlad.

—¿Tu primo, Vlad?

—Sí —se llegó a frotar sus manos.

—Bueno, cuenta, Romi.

—Vlad es compañero de Gael, quien casualmente conoce a Pitu porque es amigo de… Facho.

—¿TU Facho?

—¡Sí! —gritó tan fuerte que hace eco en la sala vacía.

—Es decir, que ¿lo volviste a ver, Pitu?

—Sí.

—¿Y?

—Y nada —se extrañó Pitu con la pregunta.

—Y todo —comentó Romi emocionada—, se cayó sobre Facho.

—Pero eso no es noticia, no te ofendas, Pitu.

—No me ofendo.

—¿Cómo qué no? —reclamó Romi —, no todos los días te caes sobre un chico en ropa interior.

—¡No! —se sintió que casi se estaba poniendo de todos colores su cara.

—En mi defensa fue culpa de Romi, quien, por ver a Gael solo envuelto con una toalla, gritó y yo salí asustada.

—¿En qué cosa están ustedes dos?

—Pensamos que el departamento estaba vacío, ah, es que no tienes idea sobre lo último, Gael lo comparte con mi primo.

 

Se pusieron a conversar de los detalles sobre aquel reencuentro, cuando no muy lejos de ellas, Santiago junto a Facho caminaban algo perdidos hacia la facultad de administración y negocios, para poder averiguar más información sobre ese documento donde ya todos sabían que habían falsificado su firma.

 

El único que entró a la oficina fue Santiago, quien después de largos minutos pudo verificar que ese documento era falsificado, al menos con sus datos, y, cuando lo leyó, entendió por completo porque Pitu no quería juntarse con él para solucionar las cosas.

 

—Quisiera que me reenvíe ese email y una copia de la impresión del documento, por favor —se mostró irritado con la noticia—, usted comprenderá que esto se trata de la falsificación de mi firma, por lo que debo informarlo a la UESTA.

—El email te lo estoy reenviando ahora, y la impresión está por salir, de todas formas, mi sobrina estudia en la escuela secundaria, y me mantenía al tanto del comportamiento de los voluntarios.

—Entonces, sabrá que ese documento falta a la verdad.

—Lo sé perfectamente, aunque entre nosotros, ya me parecía extraño que ella no tuviera problemas por sus opiniones un tanto radicales.

 

Ah, eso significa que Campanita era conocida en su Universidad por lo mismo, pero un comentario en particular llamaría su atención.

 

—Si no fuera porque tenía que asistir de forma obligatoria, estoy segura de que no se hubiera medido tanto en dar sus opiniones tan abiertamente.

—¿Obligatoria?

—Sí, pero eso es otro asunto, y como ya que ocurrió la expulsión, tuve que mover mis contactos para reintegrarla en un voluntariado diferente, espero que tome conciencia, porque esta es la última oportunidad que le queda posible —la señora habló más de la cuenta sin medir consecuencias.

 

Esto era más grave de lo que él había creído en un principio, en tanto, ya al salir del edificio, se reunió con su amigo y se encontraron frente a frente con Romi.

 

—¿Qué hacen aquí?, ella está en su electivo—se cubriósu cara con un cuaderno que llevaba en la mano como para que nadie la fuera a reconocer.

 

Santiago se tensó, quería hacer muchas preguntas a Romi, porque sabía que era quien podría responderlas.

 

—Vine a aclarar el asunto de mi firma falsificada —dijo él.

—¿Le dijiste que Pitu tiene la fotografía? —casi arrastró Romi a Facho hacia un costado.




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