Habían pasado dos semanas desde la partida de Liz y yo solo salia lo necesario de casa. Mi padre insistía en que volviera a casa, pero ni de eso tenia humor.
Jared, el hermano de Liz llamaba constantemente, supongo que intentaba saber algo de su hermana.
Sin embargo le había evitado, pues el no sabia la profundidad de la relación que habíamos tenido ella y yo, sin contar que él y ella eran muy similares físicamente y lo que menos necesitaba era un recordatorio de su ausencia. Sabia, ademas que tediar que contestar a sus preguntas una vez que decidiera verle
Luego de darle vueltas al asunto, decidí enviarle un correo electrónico a ella que decía lo siguiente;
"Liz;
Podría decirte mil cosas, buenas y malas, sin embargo no es el caso. Pero creo que merezco saber el porqué.
¿Por qué te fuiste?
¿Porque te cansaste de mí?
¿Porque dejaste de quererme?
¿Por qué ella?
¿No merecía una explicación en persona?
Me trataste como un juguete, pues de nuevo fui una princesa a la que acostumbraste a tus mimos y atenciones, pero conforme el tiempo paso me fuiste abandonando y dejando a un lado, dejándome lejos de tus planes y visiones.
No sé si leerás mis palabras, pero de la misma manera que te amé, con la fuerza con la que me aferre a ti, ahora te dejo ir, pues justo en este instante me toca ser egoísta a mí, pues te permití herirme hasta que te saciaste.
Libero tu ser de mi sentir, para ser feliz, si tu residual amor"
Me habría encantado que todo lo que le escribí fuera cierto, pero mi alma estaba tan fragmentada que todo lo que me quedaba era unir los pedazos a base de recuerdos felices a su lado.
Paso una semana del correo cuando recibí su respuesta, que termino de quebrar mi esperanza.
"se lo débil que eres emocionalmente y lamento que la estés pasando mal.
Sin embargo agradezco me quites esta culpa de los hombros, pues así podre iniciar este nuevo viaje sin tener círculos abiertos.
Te deseo buena vida
Lizzi "