Después de un viaje eterno de 14 horas y una escala en Londres, logre llegar al aeropuerto de Inverness. Mi padre me esperaba junto con su esposa Yvaine.
- Moira, que gusto me da verte hija- Yvaine me abrazó de manera calurosa como era su costumbre.
Explicare un poco.
Mis padres se conocieron en Londres, mientras mi madre estudiaba de intercambio un año en Oxford y mi padre hacia su maestría ahí mismo. Mi padre era el típico escocés fornido, cabello pelirrojo y ojos verdes. Se enamoraron, se casaron y se volvieron padres en menos de dos años. Todo era miel sobre hojuelas, hasta que notaron que sus mundos estaban por completo separados, empezando por el océano atlántico. Cuando yo tenía un año de edad se divorciaron, sin tanto drama por fortuna y yo me quedé a vivir con mi padre, para tener mayor estabilidad.
A lo que quiero llegar es que mi forma de ver el amor no está maleada, ya que a pesar de tener una relación fallida, mi padre se volvió a casar cuando yo tenía 5 años con Yvaine, quien es como mi segunda madre, además de que es la persona más tierna con mi padre.
Yo quería aspirar a esa clase de amor, pero no, debía de complicarme la vida con aquellos dos hermanos que hacían que todo se saliera de contexto.
Luego de recuperarme un poco del jet lag, Yvaine me llevo a dar la vuelta por Inverness mientras realizaba algunas compras.
- ¿Cómo van las cosas con Jared? te oías muy contenta ahora que hablamos por última vez. De hecho creí que lo traerías.
- Discutimos algo fuerte mamá, el...bueno al parecer le conflictua más de lo que acepta estando sobrio el que yo haya estado saliendo con su hermana en el pasado. - hice una mueca sin poder evitarlo
- Así que estás huyendo- susurro divertida- pues me alegra que vinieras, te extrañamos mucho aquí.
- Yo también los extraño y también me da nostalgia cuando estoy allá sola.
- regresa, digo, puedes vivir por tu lado y solo visitarnos, pero incluso podrías tener a tu padre más tranquilo, sabiendo que cualquier emergencia, puedes acudir con nosotros, Cuando entraste en depresión, tu padre tenía demasiado trabajo y temió que hicieras...
- ¿qué me suicidara? Nunca pasó por mi mente si eso te relaja. Y no pretendo volverme a dejar caer de la misma manera por nadie. Amo a Jared, pero yo soy primero esta vez.
Mi padre estaba encantado de tenerme en casa y tan era así que cuando le avise que tomaría el siguiente vuelvo a Inverness, intento decorar mi recamara en 14 horas que duraba mi vuelo. No fue su mejor idea, pero debo decir que me enterneció su detalle.
Luego de dos días, decidí revisar mis redes sociales, pues mi teléfono había muerto desde que había tomado el avión.
Tenía más de treinta mensajes de ambos hermanos. Los mensajes de Liz comenzaban siendo hirientes, hasta que llegaron a tener un tono de preocupación. Jared era el que tenía un tinte más desesperado, sin embargo solo revise que no hubiera algo de urgencia y volví a cerrar sesión. Eran mis vacaciones y no quería agobiarme más de lo que ya estaba.
Pase los días visitando ciudades aledañas a Inverness, fui a montar, como era nuestra tradición, mi padre y yo fuimos a un tour que describe la leyenda del monstruo del lago Ness.
- Moira, debo de confesar que me encanta tenerte aquí, pero hija, no creo que debas de venir solo cuando estás huyendo.- me miró seriamente- me llamo Liz, le dije que no estabas aquí, pues tus razones has de tener para no querer que sepan tu ubicación, pero debes de aprender a lidiar con tus problemas.
- Lo sé, pero necesitaba pensar las cosas sin la presión de tenerla a ella o a él esperando una resolución de mí.
- Moira, no quiero que tengas una historia de amor como la de la abadía Sweetheart, es más, ni siquiera te pido que estés con la misma persona toda la vida. Como tu padre que soy, te exijo que seas feliz, con quien quieras, pero feliz. No podría tolerar ver esa mirada triste de nuevo.
- Amo a Jared, pero no estoy dispuesta a estar con alguien que no me acepta con todo y mi pasado...
- y ¿Liz? ¿Qué hay con ella?
- Ella...me hace ser una persona más atrevida y valiente- sonreí con cariño- pero también es capaz de derrumbar mi mundo, pues me conoce demasiado bien.
- esto es como el yin y el yang. Ellos harían juntos la persona perfecta para ti.- comentó entre risas mi padre.
- pero no creo que aguantes que tu única hija tenga una relación poli amorosa padre.
- yo soy el menor de tus problemas, sospecho que esos hermanos te matarían si se los propones si quiera.
- Ni yo sé si estaría dispuesta a una locura así. Mi vida amorosa ya es bastante complicada teniendo una pareja a la vez.
- ¿a quién elegirías? Al caos, a la incertidumbre, a lo inesperado, pero a la vez peligroso o lo seguro, amoroso, pero a la vez algo rutinario.
- ¿No hay algo en medio de eso? Algo que solo sea amor, sin importar todo lo demás.
- Si eso quieres, tendrás que seguir buscando, pues no lo encontraras en donde estas mi amor.
- Algo como lo tuyo y mi segunda mami.
- Pero para llegar a eso, tu adorada madre y yo primero tuvimos que equivocarnos y aun así nada te garantiza encontrarlo. Ya vez, ella paso su vida buscándolo y murió antes de encontrarlo.