Segundo Sueño — Capítulo 2

Cerré la puerta bruscamente, sentía como esas "cosas" intentaban entrar , era casi imposible mantenerla cerrada, miré al niño y en señas le dije que me diera un revólver. 

El pequeño salió corriendo de la habitación, después de unos minutos volvió con el arma en las manos. La tomé casi instantáneamente, de un instante a otro me alejé de la puerta y apunté en dirección a esta, no pude notar ningún movimiento, así que decidí salir lentamente. 

Abrí la puerta lo más despacio que pude, no, no había nada, en pocos segundos tomé la confianza para salir, di el primer paso en la nieve, el viento era insoportable, estaba demasiado helado, sentía como mis pies se congeleaban a pesar de llevar gruesas botas.

Apunté hacia todos lados, asegurándome, las nubes se veían muy lindas dándole un toque especial al cielo, cuando ya estaba un poco lejos escuché como la puerta se cerraba de golpe, primero me sentí extrañada, después intenté abrirla, era imposible.

El sonido que hizo al cerrarse fue muy fuerte, seguramente se escuchó desde lejos.

Sin más opciones tomé el arma con las dos manos e intenté alejarme de allí lo más rápido posible.

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A veces mis sueños tienen errores, simplemente se cambian las escenas, puedo estar en un lugar, pero después aparecer en otro...
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—Yo no iré!! —grite enojada, me sentía completamente desesperada, seguramente moriría a los segundos de salir.

El aire se empezó a agotar en la pequeña habitación.

—Vamos a morir ¿¡Eso quieres!?— dijo desesperado el pelinegro.

—P-pero si nos quedamos aquí moriremos, y si salimos también— agregó una chica con un tono notable de melancolía.

—Es mejor salir que quedarnos a esperar aquí... A morir— dijo serena la pelirroja.

—Está bien... Yo saldré primero— hablé con un tono seguro.

Nadie dijo nada, así que me dirigí a la puerta e intenté abrirla. Pasaron 12 minutos y yo lo seguía intentando, lo peor es que nadie me ayudaba, tan solo me miraban.

—Oigan, ayúdenme ¿o que creen que es muy fácil? —dije con un tono muy molesto -En unos minutos se nos acabará el aire- agregué intentando no respirar mucho.

Una de las chicas se levantó a ayudarme.

Después de unos minutos logramos romper una pequeña parte de la puerta.

—Lo logram- ¿Qué es eso?— dije preocupada al ver que el aire de afuera era de color rojo intenso, además era como una densa neblina, la cual empezó a entrar por el orificio de la puerta.

—¿Q-qué hacemos? —dijo desesperado un chico. 

La "neblina" rápidamente se expandió por toda la pequeña habitación, primero intenté no respirarla, pero mis pulmones no pudieron seguir aguantando luego de dos minutos.

Al respirarla, de inmediato sentí mi nariz arder, no podía respirar, además tenía un nudo en la garganta.

Aquella sensación era horrible, por el desesperamiento puse mis manos en los bordes del pequeño orificio de la puerta e intenté agrandarlo, era imposible y demasiado estrecho.

Me tiré al suelo agotada, ya no podía seguir intentado nada, me hiba a morir ahí, lentamente. Miré a los demás, estaban todos muertos.

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Desperté con un dolor en el pecho, era leve, más que dolor era molestia.

—¿Porqué no puedo tener sueños normales? ¿Porqué todos son trágicos?— hablé para mí misma, me sentía melancólica.

Fuí hasta la cocina y tomé un vaso de agua, por la ventana se podía ver el paisaje de afuera, simplemente era precioso, como estaba en el sur el cielo se veía claramente.

Decidí dar una caminata nocturna, así que tomé una chaqueta, me la puse y me fuí sin despertar a nadie de mi familia.

El camino de rocas le daba el toque final al paisaje, se veía muy rústico y lindo todo. El olor a pasto mojado era genial, y la mini brisa era sumamente agradable.

No quise dar una caminata muy larga, así que cuando volví no había pasado ni una hora, eran las 5: 17 am.

Intenté volver a dormir, lo logré.