Quizá lo debería aceptar

Capitulo 2: ¿No me recuerdas?


—Parker...—volvió a llamar, ella no hacia más que mirarlo ¿Es que acaso no lo recordaba?—¿No me recuerdas?—frunció el seño ofendido ¿Alguien se había olvidado de él? Era un golpe duro para su ego

Por la mirada perdida de la muchacha casi podía afirmarlo—Soy yo—lo volvió a intentar—Tailer Keison, es imposible que me hayas olvidado—pronuncio aturdido

Ni una mujer lo había olvidado. Nunca. Bueno él no la veía de esa forma pero aún así que no lo recordará era... insultante.

—Nadie puede olvidarme

Amatista tuvo que reprimir una sonrisa. Seguía siendo tan egocéntrico como lo recordaba. Talvez si seguía actuando así se cansará y la dejará en paz. Sí. Haría eso.

—¿En serio no te acuerdas de mí?—pregunto con recelo mientras hacia muecas con el rostro—Soy yo Tailer, nos conocimos en el colegio, Decimo año—aclaro—Nada—se llevo la mano al mentón—diploma, examen, plagió, creído, egocéntrico, engreído ¿Nada te suena?—preguntó con preocupación en los ojos, luego de una corta sonrisilla que ella no puedo esconder, el alivio volvió a su cuerpo—te acordaste—menciono con alivio al ver la sonrisa burlona en el rostro de su amiga

Okey. No pudo. Ignorarlo era... demasiado complicado. Nunca fue buena en eso. Podía o pelear por tres horas seguidas con él o reír a carcajadas hasta más no poder, pero ignorarlo simplemente nunca fue capaz.

—Por un momento creí que había pasado algo malo, por suerte sigo siendo inolvidable—menciono alardeando como siempre

Amatista rodo los ojos. Aunque esa parte de él era odiosa, aún así lo extraño—¿Qué haces aquí?—preguntó de improviso dejando de lado el titubeó, la Amatista que él recordaba no titubeaba, la Amatista original nunca lo hacia, pero la masa boba y blanda que se volvía cuando lo tenía cerca sí, esa masa boba y blanda debía desaparecer o al menos estar encerrada bajo siete llaves, tenía practica en eso

—¿Me estás echando?—más que indignación, había diversión en el tono—Yo creí que esos días habían quedado en el pasado

Ella rio un poco—No del todo, pero responde ¿Qué haces aquí? No me digas—Amatista se llevo la mano a la boca—¿Viniste por el puesto de conserje?

—De hecho sí—mintió con burla—por eso te estaba buscando, oí que fuiste la mejor tallando baños, pensé que me podrías dar unas lecciones—aviso con una risa burlona

—No me hace gracia—hablo Amatista con una delegada línea en los labios

—Había olvidado lo amargada que eras—comentó avanzando junto a las zancadas que la castaña daba, sino la conociera tan bien hasta pensaría que estaba enojada—Te cortaste el cabello—añadió para romper el silencio—te queda mejor que esas greñas a lo que llamabas cabello—provocó

Ella le hizo una mueca. Sin duda no había cambiado. Ella tampoco había cambiado—A ti tampoco te queda mejor eso que llevas en el cabello

—Te gustaba como lo tenia antes—aseguró

Amatista detuvo su avance. Giró su vista hacia el cabello de Tailer unos segundos—No—aviso volviendo su vista hacia los ojos del joven—Demasiado tú para mi gusto

Una escueta sonrisa apareció en el rostro del sujeto—Nunca has sido buena mintiendo, Parker. Admítelo me extrañaste

Amatista reanudó su paso. ¿Lo había extrañado? Cada segundo de su mísera existencia ¿Se lo diría? Prefería ser guillotinada a hacerlo—Admitiré...—un suspiró de resignación salió de sus rosados labios—que extrañe pelear contigo

—Acéptalo—menciono con las manos en los bolsillos—algún día babearas por mi

—Claro—hablo con sarcasmo—igual que tus cien novias imaginarias—mocionó dedicándole una mirada de lastima

—¿Celosa?—interrogó con una sonrisa socarrona

—¿De ti? Ja—imito una risa—yo se que tienes demasiada confianza, pero eso es demasiado hasta para ti—aviso como si realmente lo creyese

—Tienes razón—¿Amatista había oído bien? Ella podía contar todas las veces que él se lo había dicho con la palma de su mano y todavía le sobraban dedos—soy demasiado para ti—eso la trajo a la realidad

—Eso no es lo que quise decir—aclaró, literalmente era lo contrario a lo que quiso decir

—Eso fue lo que yo escuche—se encogió de hombros mientras mantenía la vista en una que otra empleada del lugar, sabía que no era para lo que vino, pero eran atractivas y él era solo un hombre

Una astillita de disgusto se colocó en el interior de Amatista. ¿De verdad? Tailer no podía mantener una conversación sin desviar su vista a otra mujer. ¿De que se molestaba? Era su culpa por enamorarse de alguien mujeriego. Tailer nunca lo oculto, el nunca oculto ninguno de sus defectos. Ella no tenía nada que reprochar. Ni siquiera era su nada. Amigos. Era la palabra más apropiada para definir lo que tenían.

—Eres un idiota—aseguró Amatista—varias de ellas son practicantes

Una risa incrédula fue la respuesta que Tailer le dio. ¿De verdad Parker lo conocía tan bien? Idiota. Con cualquier otra persona se hubiera ofendido. Pero era Parker. Parker podría decirle cualquier cosa y no se ofendería, al contrario, lo divertía.

—Tu jefe debe ser esos opresores que les gusta dejar todo el trabajo a sus empleados—supuso al ver la aquellas practicantes se movilizaban de un lugar a otro con diversos papeles entre las manos, ahora que lo pensaba Parker tambien llevaba unos documentos en los brazos

Le dedico una corta mirada. Bueno se trataba de Parker, lo más probable es que ella le haya obligado a su jefe a darle más trabajo. Parker era una de las personas más fanáticas al trabajo que había conocido. Tan solo verla trabajar para Tailer era cansaba. No es que fuera flojo. Solo tenía otro ritmo de operación.

Tailer desvió su mirada. La mayoría lo criticaría por no ayudarla. Tailer la conocía lo suficiente como para saber que solo empeoraría las cosas.

—No lo es—contesto—es buena persona—con ella era buena persona—siempre me ha tratado bien

Tailer levanto una ceja. ¿Lo estaba defendiendo?—¿Le agarraste cariño?—pregunto algo aturdido




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