CAPÍTULO 9
1 de febrero
19 días para que se vayan a Bahrein.
19 días para que probablemente se olviden de mi.
19 días para que ese beso no signifique nada.
El miedo que siento es grande, no se porque esta inseguridad pero solo se que si esto llega a pasar no se que sera de mi.
Después de ese beso mis sentimientos solo dieron un gran salto de felicidad al saber que son correspondidos, pero hay una parte de mi, bueno mas bien una parte de mi cerebro que no me deja de decir que cuando el aborde ese avión todo será nada.
En estos momentos me encuentro tirada mirando a la nada, sin querer levantarme.
No tengo ganas de absolutamente nada, lo único que quiero es dormir y comer chocolate, pero no me quiero parar a ir a comprar chocolate, así que solo me quedaré con las ganas.
Estar acostada en la cama es una terapia para mi, pero también es una acción que me destruye.
Estar sin hacer nada, sin una distracción solo me hace pensar y pensar, lo que hay veces que me llega a hacer llorar y me pone peor.
— ¡Ade! — gritan — mujer bella dónde estás y porque no te has reportado!
En estos momentos me estoy odiando por haberles dado una copia de mi departamento.
— Aquí esta mujer bella — entran a mi habitación de una manera en que si yo no supiera que son ellos juraría que son ladrones — ¿porque tu hermoso rostro está lleno de lágrimas? — pregunta — ¿a quién tengo que matar?.
Uriel es una persona a la cual es un poco difícil de entender pero facil de querer y admirar, el me hace reir muy fácil, me hace sentir segura de mi y segura de que tengo en quien confiar.
— A mi cerebro — susurro
— Oh no — jadea horrorizado — esto amerita chocolate, dulces y mucho helado — dice — ya vengo, me la cuidad.
Ese era Uriel, siempre queriendo animar, él sabe que comiendo se arregla todo.
Sabe que con eso yo podré estar más tranquila y bueno él también debe de querer, siempre quiere chocolate.
Eros no dice nada solo se acerca y se acuesta a mi lado, él es hacia, no habla mucho en estos momentos pero si demuestra su apoyo.
— No se como consolar pero quiero que sepas que sea lo que sea que esté pasando por tu cabeza me lo puedes decir, en estas semanas que hemos estado juntos — dice — juro que te has vuelto en alguien muy importante — susurro mirándome a los ojos para luego abrazarme.
No se, no se si confiar, no se si contarle que me aterra que el se valla, que se olvide de mi.
Lo único que puedo hacer es enterrar mi cabeza en su pecho y llorar, llorar desconsoladamente.
— Yo.. yo tengo miedo — confieso — tengo mucho miedo Eros.
No puedo seguir guardando más esto, tengo miedo y se siente jodidamente bien decirlo.
— Qué es lo que te atormenta amor,¿a que le tienes miedo? — pregunta.
— Que me olviden cuando se vayan — mi voz se corta — que cuando te vayas ese beso quede en nada, que todo lo que siento por ti no signifique nada para ti, que yo no signifique nada para ti.
— Creo que mi beso no te aclaro todas las dudas — gruñe —, Ade, para mi tu eres todo, nose en que momento te volviste todo para mi pero, en verdad quiero algo contigo, juro que ni aunque me borre la memoria me voy a olvidar de ti, quiero en unos meses llevarte al paddock agarrada de mi mano y cuando me pregunte quien eres dicir que eres mi novia — dice —. Te haría mi novia en estos momentos pero quiero hacerlo bien, quiero que nos conozcamos y llevarte a una cita antes de irme, hablar, bromear, jugar y muchas cosas más.
— En verdad quieres todo eso? — pregunto levantando mi cara par poder verle a los ojos.
— Quiero eso y más, pero no te voy a decir porque no quiero asustarte — bromea.
Confío en él, no sé por qué pero lo hago.
No se en que momento nuestras cabezas se juntaron tanto que nuestros labios se rozaban y creaba sensaciones jodidamente hermosas en mi.
— ¿Puedo besarte? — pregunta.
No le respondo pues me inclino un poco para poder probar sus labios otra vez. Este beso que a diferencia al primero que nos dimos el cual transmitió cariño, este transmite deseo y pasión, mucha pasión.
Este beso no solo me transmite deseo y pasión, sino que me hace sentir más segura, tanto de mi misma como de lo que tenemos.
No sé en qué momento cambiamos de posición, pero estar encima de él mientras nos besamos me hace sentir como una puta diosa. Sus manos recorren mi cintura hasta mis caderas donde su agarre se hace más fuerte.
Sus labios sobre los míos, es una sensación con la cual me puedo volver adicta.
Este hombre besa jodidamente bien.
No tengo ni la mas minima idea de cómo pensar o cómo procesar esto, solo se que me encanta y no quiero que acabe nunca, esto me hace sentir completa como si él fuera esa pieza que me falta para ser feliz y satisfecha.