7:48pm
Cuando abrí la puerta de mi casa Apolo entró corriendo escaleras arriba. En la mañana lo había dejado con Dany, luego ella se unió a una estúpida aventura para buscar a Hunter, quien había desaparecido por completo en las montañas que rodeaban la zona de los Midnight. Por suerte para mi hermana nuestro padre sólo la castigó de la misma forma en que lo había hecho con Hunter anteriormente.
Dany era la pequeña joya de nuestra familia, la hembra más joven de los Schmit por ahora, y era mi hermana menor, pero también una completa tonta. Por un momento creí que la perderíamos cuando durante largas horas no encontrábamos el paradero de ella, Luke o de los demás.
Finalmente nos topamos con ellos cerca de Mountain Village cuando volvían.
Luego nos reunimos en la casa de Ahron para discutir lo que había sucedido. Jack dio una explicación realmente lógica y que se ajustaba a lo que yo creía de Hunter, y sin embargo no podía confiar en mi primo. Jack aseguró descubrir a Hunter planeando algo en contra de nosotros, algo sobre asesinar a los alfas actuales de nuestra manada y luego enfrentar al alfa heredero para matarlo también.
Según atestiguó Jack, Hunter lo había estado planeando todo desde hacía mucho tiempo. Y aunque claramente mi padre, Ahron y yo dudábamos potencialmente de las palabras de Jack, tuvimos que cederle el beneficio de la duda puesto que Hunter había escapado como muestra de su rebeldía.
Cuando todos se fueron Ahron me volvió a pedir que no le hiciera daño a Grace. Jamás podría hacerle daño, no a mi Séil, la razón de mi existencia.
Detecté el predispuesto olor de Grace desde la sala, ella había escuchado el ruido de la puerta y ahora se había puesto alerta. Mi casa entera olía a ella, no había forma de olvidar que Grace estuvo aquí. Por lo que más me valía convencerla de que este era su hogar.
Pero, ¿cómo le haría para convencerla? El miedo mezclado con el desconcierto también inundaba mis fosas nasales. Para los humanos siempre era un shock reconocer nuestra existencia, no era de extrañar que Grace considerara el estar mal de la cabeza, Ahron fue nuestro pequeño experimento, antes de él no ha habido ningún otro humano en este país que se enterara de que en la reserva IronFang había algo más que gente exclusiva.
Subí en busca de Apolo, pero lo encontré con la nariz pegada a la rendija de la puerta de mi cuarto, donde estaba Grace. Entonces comenzó a rasgar la puerta con su pata y gimió.
No hubo respuesta desde el interior.
—Grace—intenté abrir la puerta pero le había pasado el pestillo desde adentro—. Abre la puerta, no te haré daño.
Apolo volvió a rasguñar la puerta y a gemir, luego ladró como si estuviera dolido por el rechazo de Grace.
—Por favor.
Cuando me alejé de la puerta, un segundo después Grace la abrió sólo un poco para dejar pasar a Apolo.
Respira, tienes que controlarte, me recordé mentalmente. Genial, desplazado por mi mascota, nuestro futuro como pareja se veía turbio. ¿En qué momento consideré bueno adoptar un perro?
—La puerta de la derecha es un baño, puedes bañarte si quieres, usa el agua caliente—avisé, y no pude reprimir un suspiro de resignación—. Te haré de cenar.
Supe que Helen le había traído comida en la tarde, pero seguro estaría hambrienta ahora. Me metí a la cocina y comencé a preparar un sofisticado platillo. Con sofisticado me refería a recalentar la lasaña que mi madre me había traído el día anterior.
La fiesta del cumpleaños de Gavin había sido cancelada por lo que había ocurrido hoy, la mayoría estaba desilusionado, pero sólo podíamos concentrarnos en un problema a la vez. Mañana sería la celebración de los nuevos lobos y nada podía arruinar la oportunidad que tenía con Grace.
Cuando terminé en la cocina subí al cuarto.
Toqué varias veces la puerta y esperé.
—Grace, no puedes pasar toda la noche sin comer—le dije cuando no recibí respuesta—. Tan sólo, ¿podrías comer lo que dejaré aquí en el piso? No entraré, lo prometo.
Como le dije dejé el plato en el piso justo frente a la puerta, entonces caminé hasta el final del pasillo para meterme en otra de las habitaciones y esperé. Cuando escuché la puerta de mi cuarto abrirse lentamente me llené de entusiasmo, al asomarme el plato ya no estaba en el pasillo.
Me senté en el piso frente a la puerta de mi cuarto a la espera de que Grace decidiera salir de esa burbuja, de la cual me excluía. De sólo pensar que ella estaba acostada en mi cama y sin mí me hacía calentar de una forma en la que a Grace no le gustaría verme. Apolo se estaba quedando con lo que es mío y ni siquiera entiende el lenguaje humano. ¿Este era algún castigo impuesto para el siguiente alfa?
El refinado olor al shampoo de Grace se metió en mi nariz, olisqueé el ambiente antes de abrir los ojos para despertar de mi siesta, es ella.
Cuando abrí los ojos me encontré con la petrificada mirada de Grace que se asomaba por la puerta abierta, su hermoso y largo cabello negro le caía por los hombros y sus rosaditos labios estaban entreabiertos. A pesar de que todavía estaba presente el miedo en su olor, su mirada estaba arrobada de genuino asombro.
Ella me creía atractivo y me deseaba, lo sospeché desde la primera vez que la toqué y lo confirmé cuando la besé.
—Grace…
Ella parpadeó como si hubiera salido de algún tipo de trance y se apresuró para cerrar la puerta pero estiré mi pie y le impedí cerrarla. Sin embargo intentó con todas sus fuerzas cerrar. Me levanté del piso e hice a un lado la puerta. Por la fuerza de mi empuje Grace cayó al piso de trasero.
La angustia reflejada en su rostro casi me rompe el corazón, me dolía que me temiera. Pero las cosas habían tomado un rumbo inevitable y ahora lo había descubierto.
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Editado: 20.01.2022