Tu sonrisa seguirá siempre en nuestros corazones,
Así lo firma tu epitafio y así seguirá por siempre,
En la piedra,
en el corazón de la gente,
En el recuerdo de quienes no te olvidamos,
En el pasado, futuro o presente.
Huella que llora por donde sangra,
Felicidad inerte al recordarte,
Procesión de bromas, entierro de miradas,
Es lo que ha quedado al irte,
Mientras se suicidan segundos cada instante.
Es lo que ve el sol en cada alba,
Lo que el gato calla, el ruiseñor canta,
y, junto al romancero y Lorca:
La luna en la fragua.
Ahora los besos son las flores,
Y los abrazos el viento,
Las sonrisas el verano,
Y la añoranza, el invierno.
Mi padre, mi maestro,
Quién junto a mamá me enseñó
Lo que consigue el esfuerzo.
Mis victorias también son tuyas,
Celébralas desde el cielo.