9
Red p.v
Nunca me imaginé que algo así pudiera pasarme, uno nunca espara ser la vía de escape de alguien, de algo, mejor dicho, de una relación. Nathan, estupido Nathan, no está bien usar a otros solo para salir de una desastrosa realidad, ¿sabías?.
—Yo quería dejarla... pero no podía, ella era tan desesperante. ¡Está loca, me amenazó!.– lo miré con lágrimas en los ojos.
—Había millones de personas aquí Nathan, cualquier chica hubiera querido salir contigo, pero me usaste a mi, confié en ti como nunca lo había hecho con nadie.
—Red...– intentó acercarse pero me aparté.—¿Podrías escucharme?
—Vamos, di lo que tengas que decir...– él se sentó en mi cama.
—Creo que eres la persona que más me conoce, y siento mucho haberte mentido. Me gustas, realmente me gustas, pero no te amo. Es verdad que al principio... al principio solo me llamó la atención tu belleza, sabes que soy un estupido superficial, y claro que quería acostarme contigo. Pero a medida que te iba conociendo me di cuenta de que era algo que ya no quería hacer, no quería que algo tan bello como tú fuera arruinado por alguien tan miserable como yo.– me senté a su lado, a una distancia decente.—Summer es alguien muy manipuladora, me tenía harto con sus actitudes, claro que quería dejarla, pero ella me amenazó con suicidarse, y yo no quiero cargar con una muerte en mi consciencia.
Me limpié algunas de mis lágrimas.—¿Y decidiste usarme como una distracción?
—No era mi intención, salir contigo era un reto, y eso me emocionó. Claro que no quería meterte en todo este drama. Y lo que tuvimos fue lindo por un tiempo pero me di cuenta de que nunca llegaríamos a tener algo más, al menos de mi parte.
—¿Por qué dejaste que me humillaran?
—Yo... no lo sé, soy un tonto, lo sé. Solo te voy a pedir que no nos volvamos a ver.
—Lo dices como si fuera fácil, talvez para ti lo sea, pero no para mi. No creo que pueda reponerme de esto, no en un tiempo.
—Eres la persona más fuerte que conozco Red, lo harás.– él seguía mirando al frente, inexpresivo, al igual que yo.—No quiero que sigas recibiendo más de mi mierda. Hablaré con Summer, ella no volverá a meterse contigo.
—Nunca me habían humillado tanto como hoy.– toqué mi mejilla, aún podía sentir la mano de Summer en ella.—Así que ahora soy oficialmente la perra que se metió con un chico con novia.
—¡No fue así!
—Pero ellos no lo saben... no quiero volver a hablar de esto. Ya me quedó claro lo que debo hacer, lo que tú debes hacer. Y por favor, no me arruines más de lo que ya estoy. No me busques, yo no lo haré, y no hagas algo estupido que manche más mi imagen.
Debí haberlo sabido. Él no iba a dejar a Summer por alguien como yo, en realidad, él no la hubiese dejado por nadie, simplemente no podía. Y el hecho de que yo quisiera mantenerlo todo en privado le hizo este juego más fácil, y como usualmente pasa, siempre soy la que pierde.
Nathan y yo "salimos" durante las vacaciones de verano, algo conveniente para él. Summer había ido de vacaciones a Los Ángeles, y él estuvo todo el tiempo aquí, mintiéndome, haciéndome creer que me quería, cuando solo fui su vía de escape, una distracción. Diría que fue un amor de verano, pero sería mentira.
Sé que se preguntan que pasó luego, no es una historia linda de contar. Al día siguiente fui al colegio. No iba a dejar intimidarme por nadie. Pero en realidad, fue peor.
Recordarlo me hace mal.
—¿Qué pasa?
Cuando entré al colegio claro que no se me hizo desapercibida las miradas sobre mi, sabía que algo así iba a pasar, pero todo se hizo más rudo. De repente los murmullos y risas se hicieron más ruidosos. Supe que no era solo por el incidente de ayer.
Tenía razón.
—¿Quién hizo esto?.– grité mientras tomaba una de las fotos que estaban pegadas por la pared.–¿Quién fue?
En las fotos estaba besandome con Nathan, y había fotos en las que estábamos en momentos bastantes comprometedores. Pero eso no era lo peor, había fotos de mi sin sostén, y ni siquiera me da la cabeza como para pensar de donde salieron. Era una recopilación de fotos en mis momentos más privados.
—Encima te haces la ofendida, quien sea que haya sido hizo muy bien, así todos se dan cuenta del tipo de persona que eres.– miré a Summer, ella se estaba divirtiendo de más con todo esto.
¡Esto es tan estúpidamente cliché!
—¡No me conoces!.
—Nadie que sea bueno se metería con el novio de otro.– miré a Nathan, quien estaba a su lado, él bajó la cabeza.—¿Estás llorando?. Ay, pobrecita.
Toqué mi mejilla, y así era, las lágrimas bajaban de manera incontrolable por mis mejillas, ni siquiera me dio tiempo de reaccionar cuando empecé a sollozar.
Todos me miraban de manera divertida, y aún cuando no fuera así, me sentía de esa manera. Era el blanco de la broma de todos, y no sabía como manejarlo.
—¡Dijiste que no me arruinarías!.– le grité a Nathan, cuando me miró lo único que podía ver en sus ojos era diversión.—¡Eres un asco!
—La única que da asco aquí eres tú. Espero que hayas aprendido la lección, cariño, nadie toca lo que es mío.
—¡Estás loca!.– mi único instinto fue correr, pero de un momento a otro mi cuerpo chocó contra el frío piso. Miré hacia arriba, Olivia me veía burlonamente, se marchó de ahí no sin antes darme una mirada de asco. Ni siquiera tenía fuerzas como para levantarme, me quedé ahí, llorando ante la mirada de todos. Podía escuchar sus insultos, sus palabras hirientes, sus burlas. No había nada bueno aquí, nadie venía a ayudarme, nada.
Lloré hasta que sentí unos brazos alrededor de mi. No abrí los ojos, no quería ver a la persona. Solo seguí llorando.