11
Red p.v
No sé como llegué a este punto, pero de repente tenía a Gael frente a mi, bueno, en realidad yo estaba frente a su auto. Expectante por lo que ocurriría a continuación.
—¿Por qué crees que iré contigo?.– lo señalé de forma inquisitiva.
—Porque ahora somos amigos...– dijo tranquilamente.—Además, ¿por qué caminar cuando se te da la oportunidad de ir en auto con un apuesto chico?.
Rodé los ojos y me senté en el asiento del copiloto.—En realidad no tengo ganas de discutir. ¿Harás esto todas las mañanas?.
—Claro, siempre es bueno tener compañía...– lo miré dudosa.—No eres una carga para mi si eso es lo que piensas, me agrada la idea de ir contigo todos los días al colegio. Además solo vives como a una cuadra, ¿cuál es el problema?.– dijo mientras ponía en marcha el auto.
Miré por la ventanilla y me tomé mi tiempo para responder.—Nos conocemos de días, y siento que no es correcto que me tome este tipo de atrevimientos, no necesito que hagas esto por mi...
—Sé que no lo necesitas, pero quiero hacerlo. Hay una gran diferencia entre querer y necesitar; por ejemplo, ahora quiero comer pizza pero no es algo que necesite.
Reí. —Sí, yo también quiero comer pizza...– suspiré.—Dices que has vivido aquí desde hace tres años, ¿cómo es que nunca te he visto?, porque si lo he hecho, no lo recuerdo. ¿Ya me conocías desde antes?. Bueno, esa pregunta es tonta porque seguro con todo el drama con Nathan...
—¡Red!.– rió.—No lo sé, de todas formas no eras muy sociable, te he visto varias veces desde mi llegada, pero siempre estabas sola. Y bueno, con todo ese drama, mejor ni hablemos...
—¿Viste las fotos?.– pregunté abruptamente.
—Yo...
—Claro que lo hiciste, todo el colegio lo hizo.– aparté mi mirada de él y la posé en la carretera.—Entonces también has leído todo lo que se dijo de mi en internet...
—No todo lo que está en internet es cierto.
—Lo sé, pero es difícil cuando tu nombre se hace viral en twitter y hay miles e personas insultandote. Había personas que ni siquiera conozco, personas que nunca había visto en mi vida diciendo que había tenido sexo con ellos, cuando en realidad solo...– rápidamente dejé de hablar.
—¿Solo qué?.– él giró su cabeza para verme un momento y rápidamente volvió a mirar al frente.
—No es nada.– rodé los ojos.—El punto es que sea o no cierto todo lo que se dijo de mi... solo no es lindo ver como eres la burla de todos, no es lindo leer comentarios denigrantes hacia tu persona y hacia tu familia. Espero que comprendas que es demasiado peso para una persona, nadie tiene derecho a desestabilizar tu salud mental.
—Tienes razón, independientemente de si es cierto o no, nadie merece cargar con el peso de las humillaciones y maltratos.
Lo miré por unos segundos, Gael tiene un perfil muy lindo, diría que como el de un Dios griego.—Así es.
Él sonrió.—Entonces, ¿por qué no tienes teléfono?.
—Lo rompí.– me miró sorprendido; miré al frente, ya estábamos por llegar al colegio.—Lo tiré por la pared, luego al suelo y por último lo pisé. Ya sabes, lo normal.
—¡Eso es tan raro!.– dijo riendo. Sonreí.
—Estaba muy frustrada, y necesitaba una forma de liberar todo. Llámame loca, pero eso realmente funcionó.– e encogí de hombros.—¡Por cierto!, ¿cómo es eso de que conocías a mi padre?. Esta pregunta no me dejó dormir, y cuando tuve la oportunidad de salir de dudas no lo aproveché.
—Ya lo sabes, tu padre y el mío son compañeros de trabajo. A veces voy a visitar a papá o a ayudarlo un poco; Tom siempre es muy amable y a veces... se supone que no lo diga, pero a veces jugamos ajedrez.
No pude evitar reír.—Dios, eso es tan raro. Y realmente no quiero saber más sobre la extraña... ¿amistad?... bueno, lo que sea que tienes con mi padre.
Cuando aparcó el auto, rápidamente bajé de él.—¡Oye, quería mostrar mi lado caballeroso abriéndo la puerta por ti!.– me regañó al salir.
—No necesito que me lo demuestres, sé que lo eres. Aunque no estoy segura hasta que punto.– empecé a caminar dejándolo atrás. Gael rápidamente llegó a mi lado.
—Tengo filosofía, y sé que tú también estás en esa clase.
—Buen trabajo de investigación... primero me gustaría ir al baño, ya que llegamos con 15 minutos de ventaja.– efectivamente se notaba que llegamos un poco temprano, no había tantos alumnos. Ambos nos adentramos al colegio, ignorando cualquier mirada que nos regalaban.—Es enserio, necesito ir al baño, ¿vas a seguirme o qué?.– dije mientras me daba la vuelta para confrontarlo.
—No... pero pensé que querrías que te acompañe, ya sabes, que espere afuera.
Sonreí.—Dios, eres un encanto y agradezco tu intención, pero estaré bien, no te preocupes por mi. Enserio, gracias.
Él levantó sus manos en señal de rendición.—Está bien, está bien. Te veo en la sala.– sin más se despidió de mi; apresuré el paso hasta el baño.
Una vez allí, y después de haber hecho mis necesidades, salí del cubículo y me lavé las manos. Rápidamente dirigí mis pasos hacia mi primera clase del día. Todo el camino iba de manera normal, de no ser porque de repente alguien me jaló del brazo y me pegó contra la una de las paredes.
—¡¿Cuál es tu puto problema?!.– dije alterada mientras apartaba a Nathan de mi.
—Yo estoy bien, en cambio tú te ves un poco estresada.–acarició un mechón de mi cabello.—Sabes, el rosa se ve tan lindo en ti.
Aparté su mano rápidamente.—¡No me toques!.
Sonrió cínicamente.—No decías eso cuando estabas en mi cama.
—¡Ya cállate!.– dije irritada.—¿Qué es lo que pretendes?
—Red, Red, deja de ser tan prejuiciosa.
—¿Por qué crees no lo sería contigo?.– rodé los ojos.
Se cruzó de brazos.—Sabes, siempre he pensado que la manera en la que ruedas los ojos es tan sexy.
—Deja de decir estupideces.– dije mientras caminaba lejos de él. Me tomó del brazo e hizo que chocara contra su pecho.