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Red p.v
Cuando nos sentamos a merendar todo fue como lo había planeado, lo pasamos entre risas y uno que otro regaño. Cuando el teléfono de Gael volvió a sonar, este se disculpó y se retiró por un momento. Papá y Luke no le dieron importancia, pero yo sí, no sabía por qué. Estaba ansiosa y algo ida pensando en él, en como se veía preocupado con la llamada que recibió hace rato y como de la nada cambió su semblante al ver de quien se trataba esta última llamada. Mi preocupación se hizo presente cuando de repente la puerta se cerró. Los que quedábamos en la mesa nos miramos confundidos, no esperé a que alguien pudiera hablar cuando ya estaba dirigiéndome a la salida.
---No tenía idea de que fumaras...
Gael, que se encontraba parado en la oscuridad se dio la vuelta y, a mi, por un momento, me costó respirar.
---Tengo algunos malos hábitos.
Dijo simplemente mientras volvía a dar una calada a su cigarrillo. Me quedé parada observándolo, todo en él era lindo, su cabello, sus ojos- que en ese momento se veían más oscuros- incluso su sonrisa burlona cuando tiró la colilla del cigarrillo.
---¿Estás bien?.- él no respondió, solo se encogió de hombros.---Te veías algo preocupado hace rato y ahora también, y no sé porqué pero creo que tiene que ver con esas llamadas; y tengo el presentimiento de que solo fumas cuando estás nervioso o preocupado. Corrigeme si estoy mal.
---Vaya... no estás del todo mal. Son asuntos familiares, nada de lo que deba preocuparme. Solo necesitaba un poco de aire y ya sabes, sentí la necesidad de fumar. Espero que eso no signifique un problema para ti.- negué con la cabeza.---¿Te gustaría dar un paseo conmigo?
Pensé, pensé y pensé y después asentí. Fui a avisarle a papá y este insistió en que lleve un abrigo, así que para darle el gusto fui corriendo a mi habitación y tomé mi pequeña mochila y guardé en él algunas cosas que consideré que me servirían. Tomé una chaqueta y cuando me encontré frente a Gael, este sonrió. Que más da, él siempre sonríe, como si no tuviera algo mejor que hacer.
Durante los primeros minutos los dos íbamos en silencio, él estaba sumamente concentrado en la carretera, yo solo veía a los autos y casas por las que pasábamos. Cuando menos me di cuenta ya estábamos saliendo de los vecindarios para entrar al centro del no tan pequeño pueblo, todo en Ashland era más lindo de noche, las luces estaban al tope y la muchedumbre iba de un lugar a otro. Sorprendente para ser lunes. Gael me miró y sonrió, no sabía la razón, igual le sonreí.
---¿Quieres que pongamos música?
---¡Claro!
Él presionó unos botones y luego las primeras melodías de "serve the servants" inundaron mis oídos.
---Creo entender que a ti te gusta un poco mucho Nirvana.
---Puede ser...--- dije divertida.---Es una de mis canciones favoritas, gracias.
---También me gusta la banda pero creo que me gustas más tú.- no pude evitar reír escandalosamente.---Bueno, bueno, ¿no me crees?.- negué divertida.---¿Por qué no podrías gustarme?.
---1, porque nos acabamos de conocer y 2, porque no creo ser tan atractiva.
Ahora fue él turno de Gael para reír.
---1, el tiempo no importa y 2, eres preciosa, créeme.
Respondió de la misma forma que yo. Estaba acalorada, de repente, me sentía avergonzada.
---¿Y qué se supone que deba hacer con esa información?
---En realidad nada, solo me gustas y ya.
Asentí, me sentía un poco agobiada y confundida. De repente hasta necesitaba sentir el aire por mi cara.
---¿Podrías abrir la ventanilla?.- él hizo lo que pedí. Sentir el aire chocar contra mi rostro era reconfortante.---¿Sabes que lo que acabas de decirme me descolocó?.
----Supuse que algo así pasaría. Pero tranquila, no tienes que decir nada, ni ahora, ni más tarde. Cuando quieras y sientas lo mismo, talvez.- asentí no tan convencida.---Te invito a cenar, ¿aceptas?.
---Me parece bien. ¿Pero podría ser yo quien te invite a ti?. De alguna forma me siento en deuda contigo, ya sabes, a la mayoría del colegio no le agrado pero a ti sí, y eso es mucho.
---¿Qué te parece si ahora invito yo y la próxima tú?. Y no deberías pensar en eso, no puedes caerle bien a todo el mundo y está bien. ¿Te gustan los tacos?.
Asentí sonriente. ¡Genial, los tacos me encantan!.
Durante los próximos minutos la música de Nirvana era lo único que sonaba de fondo. Gael tarareaba las canciones y a veces yo también. Condujo hasta un local de comida mexicana, era de lo más bonito. Los colores verde, rojo y amarillo resaltaban en el lugar y las rancheras que sonaban de fondo le daban el aspecto más mexicano que podría tener.
---¿Cómo es que no conocía este lugar?. Es de lo más genial.
Le comenté a Gael una vez que nos tomaron los pedidos. Estábamos sentados junto a una ventana, lo tenía frente a mi y podía verlo perfectamente.
---Es casi nuevo, solo lleva funcionando poco más de un mes. Créeme cuando te digo que sus tacos son estupendos.
---En realidad me cuesta dudar de ti. ¿Vienes seguido aquí?.
Él sonrió, de nuevo.
---A veces vengo con algunos amigos.
---¿Red?
Cuando mis ojos se encontraron con los de Andrew, un escalofrío nada agradable subió por mi espalda. Miré a Gael, él estaba igual o más confundido que yo. Cuando le devolví el saludo a Andrew, llamándolo por su nombre, solo ahí Gael comprendió de quien se trataba. Lo saludó con su característica educación.
---¡Vaya que agradable sorpresa!. Te ves diferente, ¿cómo has estado?.
Claro que me veía diferente, a decir verdad, estaba más delgada, tenía el cabello mucho más corto y ya no tenía granos como la última vez que nos vimos. Contuve las ganas de rodar los ojos. Él también estaba más cambiado, ahora se veía más corpulento y alto, y tenía el cabello un poco más largo.
---He estado bien, ¿y tú?.