Capítulo 2

Aquellos ojos de un color impresionante la miraron con asombro, la chica frente a ella estaba muy arrepentida por no haberse fijado y haber derramado por completo su sopa sobre Zoey, ambas no habían dicho ninguna palabra y varios alumnos las miraban, algunos sin interés y algunos otros con burla, en especial la mesa del fondo en la cual parecía que prestaban más atención de lo necesario.

—Y-yo de verdad lo siento mucho, no fue mi intención solo...—Miro con más atención a la chica y se dio cuenta de que era una compañera de clases no recordaba bien cual pero si que la conocía, entonces reparo en su aspecto, parecía que no se encontraba bien estaba algo desaliñada y sus ojos algo rojos como si al parecer acabara de llorar.

—Deberías tener más cuidado. —Zoey trato de no armar una escena, había sido un accidente así que respiro y trato de calmarse. Con sus manos tomo su blusa para estirarla y así que no se pegara más a su piel.

Alzo su mirada para buscar a sus amigos, los cuales ya la habían visto y se levantaron para ir hacía ella, Zoey dio media vuelta para dirigirse a los baños y tratar de limpiar un poco su blusa, la tallo con un trozo de papel y se miro al espejo se veía  algo cansada y en realidad así se sentía. La puerta se abrió mostrando a sus amigos, Caleb entro si importarle que eran los sanitarios para mujeres, lo único que esperaba era que no lo encontrarán ahí porque tendrían problemas.

—¿Estás bien? —Holden fue la primera en hablar.

—Si, solo han tirado algo de sopa sobre mi. —Tire el papel al bote de basura y los miré.

Caleb no perdio la oportunidad para burlarse—Bueno, te hizo un favor no se te veía bien. —Lo mire mal y él solo levanto las manos queriéndose hacer el inocente. —Solo decía. —Suspire y salimos del baño.

—Y bueno que era eso tan importante que tenías que decirme. —Solo espero que haya válido la pena la verguenza.

—Te diré solo si prometes que vas a estar tranquila, ¿bien? —Okey, esto no me gustaba para nada Holden se veía demasiado seria y preocupada.

—Lo prometo. —

—Elliot llamó. Él regresará Zoey. —En ese instante sentí mi garganta cerrarse y mi boca secarse, no lo podía creer, me imagina todo menos esto, aquella persona que tanto anhelaba ver desde hacía más de medio año regresaría y yo no sabía como reaccionar.

—¿Lo dices enserio? —Mi voz salió más como un susurro.

—Por supuesto que si, yo no jugaría con algo como esto. —Sus ojos me miraban a todo momento.

—¿Cuándo? ¿Cómo fue que te dijo? ¿Pregunto por mi? ¿Qué más te dijo? —La llene de preguntas que ni yo misma me entendí pero era la emoción de saber que Elliot regresaría aún después de lo que había pasado.

—Aun no lo sabe bien tal vez en unos tres meses, no lo se... y Zoey... él... no... —Hizo una pausa que me desconcertó. —Él no pregunto por ti. —Pude  ver algo de pena en su mirar, ella sabía lo mucho que me costó recuperarme después de la partida de Elliot.

—¡Oh! ya veo, hmm creo que me iré a casa, luego los veo chicos. —Comencé a caminar a lo largo del pasillo de la univeridad, ellos no intentaron detenerme porque sabían que lo que más necesitaba ahora era espacio.

Al salir por las puertas el viento movio unos mechones de mi cabello interponiendolos en mi vista, los aparte y mientras avanzaba a mi viejo auto note a una persona sobre el —Mas bien a costado— era un chico con un cigarro entre sus dedos, desde mi posición no podía verle el rostro pero por su postura podía ver que lucía muy relajado.

Cuando me encontraba a tan solo unos pasos de él, alzo la mirada para encontrarse con la mía inspeccionandolo, inhalo una última vez de su cigarrillo y lo tiró para despúes pisarlo. Lentamente dejo salir el humo ingerido por su boca haciéndolo lucir misterioso y a la vez atractivo. 

Su manera de mirarme como si pudiera ver a traves de mi me inquieto mucho nunca lo había visto antes, puesto que de haberlo hecho antes lo recordaría —ya que era sumamente atractivo, lo cual no viene al caso— pero no me resultaba familiar.

–Lo siento. –Fue lo primero que salió de su boca, lo cual me descoloco porque no sabía exactamente porque se estaba disculpando.

–¿Qué?, ¿porque te estás disculpando? –Metió sus manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones y se despego de mi auto.

Con su mano hizo un ademán para señalar mi blusa que había olvidado que tenía una gran mancha color marrón.

–Por lo de la blusa. – Su voz ronca y demasiado varonil estremecieron mi cuerpo, traté no mostrarme nerviosa.

–¿Qué? Pero si tu no fuiste quien...–Me interrumpió.

–No, pero la chica que te empujó lo hizo porque yo lo ocasioné. –

–Vaya, así que te gusta tener el protagonismo. –
Sonreí de lado y cruce mis brazos. El sarcasmo se hizo presente en mi frase y eso a él pareció provocarle vergüenza y enojo a la vez.

Me resultaba extraño que se disculpara y más por algo sin importancia.

Bufo y volteo a mirar a un costado de la universidad, creo que mi comentario si que lo molesto.

–Bien. –

Eso fue todo lo que dijo para después  caminar a paso apresurado a una parte del estacionamiento. En cuanto a mi, me subí al auto y emprendí mi camino a casa.

Que tipo tan más extraño.

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Me encontraba acostada en el sofá de la sala acurrucada en un montón de mantas y almohadas viendo una película.

El viaje más largo

No entiendo porque no puedo conocer a alguien como Luke Collins y ser feliz, pero no, la vida no puede ser tan fácil, tenía que enamorarme del primo de Holden , ese que después me dejo. Era un tipo encantador, amable, el mejor de la clase. Su padre era un muy reconocido empresario y también era un donador de la Universidad Greenworn

Todo lo que una mujer busca en un hombre. Pero tenía un defecto. Uno muy grande.  

Complacía en todo a su padre.
No me tomen a mal, el problema no es que obedeciera a su padre, el problema era que siempre le pedía cosas que él no quería hacer y Elliot anteponía su felicidad todo por ser el hijo perfecto. Un ejemplo de ello era que la carrera en la que estaba no era lo que él quería, Elliot le atraía más lo artistíco pero el gran Andrew Russel no quería un hijo "mediocre"