Capítulo 5

No tenía ni una idea de porque una estudiante estaría hablando con un maestro sobre hacer que golpearan a un chico, ¿no se supone que es a la última que persona que debería decírselo?

Pero lo más importante ¿que hacía el profesor Greese encerrado con una estudiante en la sala de maestros?

¿Qué tenía que ver el profesor Greese con la golpiza del misterioso chico Daven?

¿Tenía una relación con la chica?

¿Y porque yo me hacía estas preguntas?

Gracias a estas incógnitas, no pude prestar ni más mínima atención a clases desde que pose mi nervioso trasero en el asiento del salón que era como un tipo foro, creo que Caleb tendría que explicarme. De nuevo. 
De lo que si me di cuenta es que el profesor no me quito la mirada de encima y eso solo me ponía aún más nerviosa, pero no tenía porque, ya que ellos no se dieron cuenta de que andaba yo de chismosa y los escuche por casualidad, ¿cierto?

Si no acaba ya la clase comenzaría a trepar las paredes o algo por el estilo.
Unos quince minutos después sonó el timbre que señalaba el fin de la clase, poco me falto para empujar a la rubia frente a mi que caminaba más lento que una tortuga coja.

—Señorita Darrow, podría darme un minuto por favor.

Demonios.

—Lo siento profesor, pero tengo prisa.—Hable tan rápido que dudé que me entendiera.

—No tardaré lo prometo.

Mi corazón comenzó a latir demasiado rápido, a este paso me desmayaría, lo cual sería bueno, así ya no tendría que hablar con él.

Desmayate.

Desmayate.

Desmayate.

Greese al ver que daba los pasos muy lentos él se acerco para quedar justo frente a mi.

—Solo quería preguntarle, ¿qué era lo que hacía fuera de la sala de maestros? —Su mirada era muy seria, se veía incluso tenso, esto comenzaba a darme muy mala espina.

—So-solo pasaba, y-y ya solo eso. —Quería golpearme en la cabeza con bate de beisbol por titubear.

—Esta bien, no tiene nada de que preocuparse, solo quería asegurarme de que entendiera que nada estaba pasando ahí, ¿de acuerdo? —Se acerco mucho más a mi, tanto que sentía su aliento moviendo mis cabellos, yo baje la mirada. Esto no estaba bien.

—De acuerdo. —Susurré pero sé que fue capaz de escucharme.

—Bien. Sería una pena que hubiera un problema, ¿no lo crees, Zoey? —No me gusto como hizo que sonara mi nombre, él rozó con la punta de sus dedos mi brazo y me tense de inmediato, mis alarmas se encendieron como si un fuego estuviera dentro de mi. Definitivamente no estaba bien.

—¿Ya me puedo ir señor Greese? —Alce la mirada aun temblando, cualquiera lo golpearía para defenderse por lo que estaba haciendo pero midiendo mis posibilidades de llegar muy lejos, ya que era obvio que él era más fuerte que yo y que Drew Greese era el sobrino del director de la institución Greenworn, no había oportunidad de que me creyeran sobre el comportamiento que estaba teniendo conmigo.

Salí corriendo de ahí con mi bolso apretado contra mi, atropelle a medio alumnado pero eso no me detuvo, quería solamente salir de ahí antes de volverme loca.

Hace unos mese atrás cuando recién había entrado a esta Universidad habían algunos rumores sobre el profesor Greese metiéndose con sus estudiantes, las acosaba y al final decía que él no hacía nada que eran ellas quienes se le lanzaban, obviamente le dieron peso a su palabra y a las alumnas que acecho terminaron como mentirosas, nada volvió a hacer igual para ellas.

Me sentí terriblemente mal por ellas, todo lo que pasaron para que al final nada cambiara y el profesor siguiera igual.

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Llegue a casa y estaba completamente sola, deje las llaves en el pequeño mueble y me lance al sillón como una tortilla al sartén.

No paraba de pensar que haría  ahora, no podía actuar como si nada hubiera pasado con el profesor, no me podía meter en problemas, necesitaba terminar mis estudios para establecerme bien económicamente y ayudarle a mi familia, he hecho muchos sacrificios para llegar hasta donde estoy, puede que a veces no lo parezca pero esto es muy importante para mi.

Después de darle tantas vueltas al asunto de lo que había pasado decidí que lo mejor era dejarlo pasar, a comparación de Drew yo no era nadie al lado de él y de verdad que no quiero tener problemas, así que ya esta, será tema olvidado. Solo espero que el profesor también lo deje pasar.

Tenía poco tiempo para prepararme e ir a trabajar, así que dejándome de tonterías comencé a apurarme. Treinta minutos después me encontraba de salida de mi departamento, al cerrar la puerta note que al frente habían algunas cajas empacadas afuera.

Habría nuevo vecino.

Un chico de pelo muy rubio salió por la puerta para tomar una caja y volver adentro. Hace casi tres meses que nadie vivía ahí, antes había una chica algo siniestra, pelo negro corto, llena de perforaciones y algunos tatuajes, casi no hablaba con nadie, una vez lo hizo conmigo. Me dijo que pronto me iluminaria o algo así, la verdad es que fue super extraño.

Esperaba que el nuevo vecino no fuera otro rarito.

Volvió a salir pero aun sin mirarme así que di un paso adelante llamando su atención.

—Hola. —Salude.

—Hola. — Dijo secamente.

—Así que eres nuevo ¿eh? —Le sonreí tratando de aligerar el ambiente.

—Es bastante obvio ¿no lo crees? —Con la caja en las manos levanto una de sus cejas.

—Hmm, soy tu vecina, vivo aquí en frente. —Señale con mi mano mi puerta.

—Si, lo se, te vi saliendo de ahí. — Contestaba demasiado tosco, estaba comportándose muy grosero cuando yo solo quería ser amable.

—Bien. —Le volví a regalar una sonrisa tensa para parecer amable pero en realidad quería arrojarle esa caja que tenía por la cabeza.

—Bien.

Dio media vuelta y cerro rápidamente la puerta sin importarle que aún hubieran cajas suyas afuera. Mire la puerta indignada.

Maldito.

Algo molesta —y tal vez también avergonzada —por el comportamiento del nuevo vecino me dirigí al trabajo, cuando llegue ya todos estaban ahí. Incluso Megan llego primero que yo. Como ya era viernes abrimos un poco más temprano para los que planeaban comenzar el fin de semana un poco antes, los viernes eran los mejores no solo significaban dos días de descanso de las clases sino también una muy buena paga.