Redención

Capítulo 11


Era un día de mierda.

Una mañana de mierda.

Todo era una mierda.

A mamá le daría un infarto si me escuchara, pero eso era lo que pensaba, así era como me sentía.
Preguntarán el porqué y sino, como quiera lo diré.

Me había llegado una notificación de recordatorio de mi aniversario con Elliot, creí haber eliminado todo de él, Holden me había hecho hacerlo para según ella poder avanzar y dejarlo atrás. Mi pequeño secreto era que había conservado una foto impresa con él, no había sido capaz de deshacerme de ella porque ese día era y seguía siendo uno especial para mi, fue cuando baile con él en el mirador, aún recuerdo su gran sonrisa que apuesto que no podía ser más grande que la mía.

El me miraba con esos hermosos ojos azules que brillaban por la luz del atardecer, todo parecía perfecto, él era perfecto.

—Eres mi todo Zoey, y siempre lo serás. —Elliot sostenía con su mano mi mejilla. Habíamos pasado por mucho pero lo importante era que seguíamos juntos.

—Te amo Elliot.

—Te amo Zoey, te prometo que yo nunca te dejaré, trataré de estar para ti cada que lo necesites porque eres la única constante de mi vida y quiero que siga siendo así hasta que tu me lo permitas.—Causo que soltara una risita, adoraba que Elliot siempre me dijera lo que pensaba. Él nunca me mentiría. Era todo lo que quería.

Más que eso, le necesitaba.

¡Yyyyyyyy!

¡¿Adivinen qué?! ¡Si me dejo!

Recordarlo sólo me hacía querer llorar hasta hundirme.

Así era como empezaba todo, mi depresión por la ruptura de mi relación, primero llegaba la tristeza, recordaba todos esos momentos que pasamos juntos, los abrazos, los besos. Todo. Lloraba durante un rato, un muy buen rato. Después venía la ira, me enfurecía saber que le creí todo lo que me dijo, sus promesas y que no pudo enfrentarse a su padre y decirle "no", cuando siempre me decía que yo era la única cosa que su padre no le quitaría.

Por último: indignación, me sentía indignada porque no podía seguir afectando de esa manera mi vida, yo tenía que seguir adelante, conocer nuevas personas, salir con chicos, divertirme —sobre todo eso último —en lugar de estar toda llorosa con el maquillaje corrido acurrucada en una manta en el sillón.

Elliot me dijo sobre que su padre quería enviarlo a Londres a que terminara sus estudios para que después trabajara en una empresa de ahí en la que él era socio. Prometió no irse, pero claramente no cumplió lo que dijo, luego de una semana de haberme dicho eso se fue, sin despedirse, sin un adiós. Desde entonces no hemos vuelto a hablar, yo quería hacerlo, varias veces lo intente porque tenía que saber que era lo que había cambiado pero el nunca contesto y yo después de muchos intentos deje de hacerlo. Si el quería hablar tendría que venir de él.

Miré a mi alrededor, las envolturas de los chocolates que me había comido y mis cosas tiradas en el suelo o por lo menos la mayoría.

Pude ver mi reflejo a través de la televisión en donde pasaba un comercial de esos que promocionaban perfumes que al usarlos tendrías a tus pies a quien quisieras. Puff.

Las personas podían llegar a ser muy estúpidas.

Pero yo era una persona así que compraría uno, solo para estar segura.

Mis cabellos todos alborotados y mal peinados fue lo que más me llamo la atención, parecía que un nido de pájaros vivía ahí, o peor, un animal salvaje.

No era yo, ¿en qué demonios me había convertido? ¿Porqué dejaba que un chico al que no le interesaba me pusiera así? No señor, yo valgo más que eso.

De un salto salí de entre la manta y comencé a recoger toda la basura del suelo.

—¡Por la madre santa! Ya era hora, pensé que esta vez de verdad te quedarías pegada al sofá simulando ser un cojín, porque déjame decirte cariño que no encajas en la decoración —Caleb había aparecido en cuanto le llame, necesitaba de mi amigo que me escuchaba sin querer arrancarme la cabeza como Holden, además no quería que Holden estuviera mal con su primo, no por mi. Él era muy importante para ella.

Había salido una clase antes de mi salida porque no quería estar ahí, rodeada de tanta gente. Yo necesitaba de mi mantita caliente y una buena serie de televisión.

Tenía aun un par de horas antes de irme a trabajar.

—No te pongas en modo "drama queen" por favor —

—No estoy siendo exagerado, haz roto tu récord del mes, la última vez solo fue una hora.

—Gracias, por recordarme que soy tan patética que sigo llorando por mi exnovio cuando de seguro el ahora es feliz.

La almohada que tenía entre las manos la arroje contra el suelo otra vez.

—No quise decir eso Zoey. —Caleb se levanto del sillón cuando se dio cuenta que la había jodido con su comentario.

—No, está bien, todos debemos seguir adelante y yo debería hacer lo mismo pero... — Sentí el ardor en mis ojos de nuevo. —Fue mi primer novio, la primera persona a la que le importaba de verdad, que estuvo conmigo en todo, quien me mostró lo que es el amor. Era una gran persona a la que le dedique 8 meses de mi vida y los cuales fui más que feliz. Simplemente no puedo superarlo tan fácil y verdaderamentenya no se que hacer. —Sin quererlo mi cara ya estaba cubierta de mis lágrimas y Caleb me abrazó para reconfortarme.

Cuanto lo necesitaba.

—Todo estará bien Zoey, solo dale tiempo. Todo va a ser mejor después.

—Creo que siete meses son mucho tiempo. —Dije. Sorbí mi nariz y Caleb rió e hizo que yo lo hiciera también.

—Si, ya lo creo.

Duramos solo un rato más abrazados pero yo tenía que apurarme si no quería llegar tarde al trabajo otra vez.

Ho me había avisado que ella estaría con Ray hasta que sea hora de su turno así que me iría sola de nuevo. Recogí todo el desastre que hice o por lo menos la mayoría, Caleb iba a salir con Cole pero prometió ir a verme al trabajo, yo sabía que la verdadera razón por la que iba era porque él quería que yo le diera tragos gratis.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.