Reencarné en Cdm

Capítulo 1 un instituto nuevo

Se suponía que era una tarde como cualquier otra, aunque tenía un gran plan en mente. Tenía una lista de películas pendientes y este apenas era el primer día de las vacaciones de dos semanas que me habían dado en el trabajo. 

Enchufé la computadora para ver Netflix y algo hizo corto circuito. El foco estalló en pedazos, la computadora echó humo y yo caí muerta. 

Tenía pendiente reparar la conexión eléctrica, ya se había quemado la heladera cuando usé el aire acondicionado, pero no imaginé que moriría electrocutada. 

Pensé en el cielo y el infierno, en volverme un fantasma e incluso en que la muerte solo fuera el final, sin más que la nada eterna. Pero la verdad fue incluso más fantasiosa de lo que ninguna religión pudo pronosticar jamás. 

Desperté en una habitación que me resultaba demasiado familiar, naturalmente no era mi casa pero aún así cada cosa ya la había visto antes. Me levanté de la cama hacia el espejo sobre la cómoda y cuando vi mi reflejo entendí todo. 

¿quién era la mujer del reflejo? Como si no la conociera tan bien como a la palma de mi mano. En frente mío tenía a la maldita Sucrette. 

Sucrette era el apodo que el fandom le había  dado a la protagonista de mi juego otome favorito cuando tenía 15 años, "Corazón de Melón".  Era un juego simple, tenías a cinco chicos atractivos en el instituto, elegías a uno, cumplias misiones y vivías una dulce historia de amor. Divertido ¿no? 

La razón por la que supe tan instantáneamente que estaba dentro del juego es por que una de las cosas más emblematicas de la jugabilidad es la personalización del personaje principal. Se le podía poner ropita linda, cambiarle el color de ojos, cabello y hasta de piel. La muchacha que me devolvía el espejo era la versión básica de la Sucrette con cabello largo y castaño, ojos verdes, piel pálida y como si fuera poco llevaba el pijama blanco básico del episodio 1, con un estampado en el pecho que decía "amour sucre", el nombre original del juego en francés. Yo era la maldita Sucrette básica. 

¿cómo y por qué? 

Miré a mi alrededor como estupida, cada detalle del juego estaba ahí. Desde la cama, la cómoda, el espejo, la consola de los minijuegos sobre la mesa, junto con el diario y el inconfundible celular de Sucrette, era un modelo muy viejo, rosa con tapita, como la mayoría de los celulares en 2010, fecha en la que se creó el juego. Hubiera seguido explorando pero desde afuera de mi habitación escuché una voz femenina que no conocía. 

— Lynn, cariño. ¿Ya estás despierta? Ven a desayunar. 

La propietaria de la voz se alejó tarareando una canción que se repetía durante los promocionales del juego. Lynn Darcy era tecnicamente el verdadero nombre de la protagonista, pero en realidad ningún fan le llamaba así por que también se le podía personalizar el nombre, aunque tal parece que ahora la posibilidad no está disponible para mí. Ahora era Lynn Darcy. ¿Darcy? Creo que es la primera vez que me pongo a pensar que tal vez la creadora sea fan de orgullo y prejuicio. 

Prometo que estoy intentando no volverme loca con esto, pero honestamente no puedo tomarlo con seriedad ¿Cómo podría? Estoy 99.999999% segura de que estoy en coma ahora mismo por la descarga eléctrica y este es solo un sueño reconfortante. Tiene sentido por que CDM (corazón de melón) era mi lugar seguro, donde me refugiaba cuando volvía de la escuela después de un mal día. Eran sus personajes los que me hacían sentir amada cuando alguien me rompía el corazón o sus tramas bobas las que me distraían de mi soledad. Dentro de corazón de melón me sentía como una adolescente normal que va a la escuela, se enamora y tiene problemas como los exámenes o que ropita ponerse para su primera cita. Por un rato no era yo misma y no estaban todos los malditos problemas de la vida real. 

Volvieron a golpear la puerta y la misma voz me llamó esta vez un poco más alto, sacándome de mis pensamientos. 

— cariño, apurate o llegarás tarde a tu primer día en el instituto. 

El primer día era el capítulo 1. Un capítulo más de introducción que otra cosa, pero si era verdaderamente el juego, en el intituto aguardaban los tres primeros personajes ligables, listos para hacer su introducción en mi vida. Respiré profundo para calmar mi emoción, solo quería saltar y gritar de felicidad. No tenía ganas de pensar en mi vida real y si mi cerebro quisiera que pensara en el mundo real no hubiera creado todo esto. Quizá suene estupido pero diablos si, quiero seguir con esto y me importa un bledo como estén las cosas afuera, este era mi maldito sueño cuando tenía 15 años y voy a disfrutarlo carajo. 

Tal vez los ojos me brillaron al ver el armario, por que corazón de melón era tanto un juego de citas como un juego de moda y detrás de la puerta del armario podía esperarme el cielo con toda la ropa hermosa que con años y esfuerzo había conseguido comprar. Tanto los conjuntos de los eventos especiales, como los atuendos episódicos y premios por recargas que hacía con el celular. Me atreví a abrir ese armario de mis sueños y sentí como si a mi alma se la hubiera llevado el diablo y solo quise tirarme al piso a llorar. ¡no había nada! Ni un vestido, nada. Tantos años ahorrando los "Golds" gratuitos que daban todos los días por conectarte, completando todos los eventos, jugando la lotería y gastando dinero real para recargar con mi celular. Dios, la cantidad de mensajes que envié de adolescente, nadie me devolverá ese dinero nunca. 

No tenía nada para ponerme y aunque el primer capítulo técnicamente se hace en pijama, me negaba rotundamente a ir por el intituto de mis sueños vestida como una inadaptada. 

Originalmente había tres atuendos predeterminados para el primer día de clase, pero solo estaban disponibles al final del capítulo para conseguir la imagen de recompensa. Diablos. 

Me miré al espejo otra vez, Sucrette era muy bonita, casi tanto como para olvidar que llevaba un pijama. Quizá la camisola y los shorts podrían pasar desapercibidos, pero estoy segura de que las pantuflas destacarían. Maldita sea. 

Apoyé mi mano sobre el espejo y la superficie brilló mostrándome mi carnet de estudiante. Mi instituto ficticio se llamaba "Sweet Amoris" y el carnet lo dejaba bien claro en letras rosas. Debajo tenía mi foto y especificaciones. 

Nombre: Lynn Darcy
Estado: en línea
Número de imágenes: 0
Mejor lovometro: Ninguno
Capítulo: 1
Días de juego: 1 

Era justo como en el juego, impresionante. Cuando me alejé del espejo sentí un peso en el bolsillo de mi short, metí la mano y encontré el mismo carnet que había aparecido en el espejo, pero esta vez en un tamaño adecuado y de plástico brillante. Guardé mi carnet y busqué por la habitación. Esta vez toqué la computadora que originalmente debía llevarte al foro, pero la única información dentro era la guía detallada para atravesar el capítulo sin problemas. La cerré, nunca me gustaron las guías por que se sentían como hacer trampa. ¿Cuao es el chiste de un juego de opción múltiple si seguís las respuestas correctas? 

Salí de la habitación y bajé las cortas escaleras hasta la cocina que en el juego no había visto jamás. Tenía un diseño particular y colorido, no parecía ir a tono con nada de lo que había visto de la casa de los padres de Sucrette. En la mesa de la cocina me esperaba la tía Agatha tan extraña como era. No es sorpresa para ninguna jugadora que Agatha, la tía de sucrette, es un poco excéntrica. Se supone que aparece vestida de hada en alguna locación random del instituto y te regala algún elemento decorativo o incluso ropa. Es esa clase de personaje recurrente. Pero una cosa es verlo en una pantalla y otra es tener a una mujer en sus 30 disfrazada de hada, me refiero a que con alitas de alambre y todo, sirviendo el café. 

Me senté a la mesa y me llevé una tostada con mermelada a la boca, la tía Ágatha me vió comer con una sonrisa boba en el rostro. 

— mi linda Lynn hoy se ve extra preciosa. 

Tenía que ser una puta broma, ¿que no estaba viendo que llevaba unas putas pantuflas? 

La tía Agatha a pesar de haber tomado forma en carne y hueso, sonaba un poco como un personaje bidimensional y eso me daba escalofríos. 

— Tía Agatha... Tengo puesto un pijama. 

Su sonrisa boba no titubeó. 

— ay mi linda Lynn, yo respeto tu individualidad, causarás furor en tu primer día en el intituto. 

Me golpeé la cara con la palma de la mano, ¿cómo diablos hablo con un NPC? 

— no es que yo quiera usar un pijama, no tengo ropa en el armario. 

La tía se quedó paralizada un segundo con la cara sonriente congelada antes de estallar en risas. 

— ¡Es verdad! Lo siento cariño, llamé a la aerolínea pero aún no han encontrado tu maleta. — bueno, tiene sentido. En el manga de edición limitada explicaba que los padres de Sucrette viajaban al extranjero por trabajo y ella debía mudarse por dos años con su estrambótica tía a su pequeña ciudad costera. La idea de una mudanza repentina, un adulto negligente a cargo y una maleta perdida eran escusas perfectas para tener el armario vacío y llenarlo a medida que pasaban los capítulos. — No te preocupes cariño, a esta hora las tiendas deben estar abiertas, te daré dinero para que puedas comprarte un bonito conjunto antes de entrar a clase. 

La tía me dio un billete de 500 Golds. Golds era el nombre que tenía el dinero del juego y 500 era una increíble suma de dinero, podría comprar tres conjuntos o incluso más. Pero frené a la shopaholic que hay en mí, corazón de melón era un juego muy caro y si aún conservaba alguna de las dinámicas del juego original, en cada capítulo debía comprarme un conjunto de ropa específico para ganar una cita. Si me lo preguntan es un poco machista que tu cita dependa de que te vistas deacuerdo al gusto del chico que quieres conquistar, pero es un juego viejo asique tiene sentido, además eso me daba diversidad para comprar. 

— ¿me llevarás a las tiendas y después al instituto, tía? 

Ágatha sonrió y se levantó del asiento. 

— por supuesto que sí. Pero me temo que solo podré acompañarte hoy por ser el primer día. A partir de mañana irás sola o no llegaré al consultorio a tiempo ¿Eso estaría bien, Lynn? 

Me sabía el camino al instituto como si hubiera estudiado allí de verdad. Sonreí. 

— si, con una vez es sufieciente, no te preocupes. 

La tía me abrazó fuertemente y me dio mil besos en las mejillas. Esta mujer es muy cariñosa pero no me molesta. Salimos del departamento y vi el auto aparcado fuera de la casa, se trataba de una furgoneta con un cepillo de dientes gigante en el techo, como en el primer y único capítulo que le hicieron en formato de animé al juego.
En los costados de la furgonet tenía pintado "consultorio hada de los dientes" y un número de teléfono para agendar un turno. Asique por eso siempre está vestida de hada, no es una loca, es una odontóloga infantil. 

Jamás supe esto, todas en el fandom haciamos miles de teorias fantasiosa y resulta que la respuesta siempre fue así de sencilla. Me pregunto que otras cosas descubriré sobre el juego, cosas que la jugabilidad limitada jamás me mostraría. 

Ya dentro del auto y en movimiento, se me ocurrió preguntar. 

— tía ¿Y mis padres? 

Agatha dobló en la esquina del parque y se adentró en la calle de las tiendas. 

— oh, cariño. Mamá y papá volveran pronto, no te preocupes. Dos años pasarán volando, ya verás. 

Eso me tranquilizaba, Lynn tiene aproximadamente 17 años, pero yo ya tengo 25 y no podría tolerar que me castigaran, me prohibieran cosas o me quisieran dar discursos de padre. Nisiquiera viví eso en mi propia adolescencia, no me lo voy a aguantar ahora. En el mundo real era una mujer adulta y económicamente independiente desde hace años, por dios. Aunque creo que es un poco hipócrita por que no parecía tener ningún conflicto con todo lo otro que significa ser adolescente, como ir al intituto y no sé, enamorarme de otros adolescentes. Algo que sería un crimen en mi tierra, aunque técnicamente no estoy haciendo nada ilegal ya que mi cuerpo también es adolescente. ¿Pero quién diablos se pone a pensar en detalles éticos con personajes que fueron creados para enamorarse de ti en un juego de citas? Al diablo, solo diviertete. 

Pasamos por las tiendas pero todo, absolutamente todo estaba cerrado. Me quería morir. No podía ir al intituto en putas pantuflas. Pero en mi se encendió la chispa de la esperanza, tal vez así como la tía, los demás personajes no lo noten o no les importe. De eso me autoconvencí, después de todo el primer capítulo se hacía con el pijama. 

Por fin llegamos al sweet amoris, el instituto de corazón de melón. Saludé a la tía y entré temblando como una maldita hoja de papel. No podía parar de preguntarme a quien me encontraría primero y como sería el modo de juego. Tal vez tendría opciones de respuestas optativas como en el juego flotando en la esquina de mis ojos o una barra que indique su afinidad como el lovometro flotando a la derecha de cada personaje. 

Mientras subía los escalones me topé con una chica de cabello negro corto, ropa ajustada, un par de cuernitos salían de su cabeza y de su espalda brotaban unas alas negras de demonio. Era ella, Chinomiko, la creadora del juego. En cuanto la ví se me paró el corazón, era tan hermosa como siempre. Bajó las escaleras, me tocó el hombro y me susurró al odio. 

— diviértete. 

Y luego se fue, solo desapareció en el aire. Tal vez si era un demonio o mejor dicho un dios, la diosa absoluta de este mundo. Abrí la puerta y lo primero que ví fua a la directora, una anciana cascarrabias con el rodete más apretado del mundo. Ella me vió y se aproximó a mi. 

— usted debe ser la señorita Lynn Darcy. Bienvenida al intituto Sweet Amoris. Espero que te acostumbres rápido a tu nuevo instituto. Te sugiero que vayas a ver a Nathaniel, el delegado principal, para verificar que tu formulario de inscripción esté completo. En este momento debe estar en la sala de delegados. 

La directora se fue corriendo con sus múltiples papeles en la mano, parecía muy atareada. Miré a mi alrededor y la primera puerta del pasillo tenía un cartel sobre el dintel que decía: "Sala de delegados". Claro. El primer destino. 

Dentro era justo como en el juego, mesas juntadas formando una "U", sillas rojas, un pizarrón con ideas y tareas para el consejo y un Nathaniel muy ocupado con papeleos. Él era tal y como lo había imaginado. Si tuviera que describirlo diría que es algo digno de ver. Un chico rubio con el cabello bien ordenado, usaba una camisa y corbata como en el juego. Estaba totalmente centrado en su labor, oeyendo unos documentos. Me mordí el labio, estaba tan nerviosa por esto. Pasaron los segubdos y él parecía no notar mi existencia. Era como un pequeño robot apilando documentos sin descanso. La impresión se fue y solo le hablé. 

— ¿Hola? 

Nathaniel dejó los documentos instantáneamente y levantó la mirada. Sus ojos miel se clavaron en mí y sentí la presión sobre mis acciones. 

— ¿si? 

Su voz era clara y amable, pero con autoridad. ¿como una palabra monosilábica me había dado tanta información? No tengo idea. Pero claramente no se presentó ninguna opción de dialogo, no había texto por ninguna parte. Esto era mucho más real de lo que imaginé en un principio, incluso medio entré en pánico. ¿Como diablos sabré que decirle si no tengo opciones? ¿como sabré si lo que le dije le gustó o no si no hay una barra que mida el nivel de atracción que siente por mí? Soy una mujer muerta de 25 años que está teniendo una crisis por que no sabe que mierda responder a un "¿Si?" Que viene de un personaje ficticio.



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En el texto hay: romance, reencarnación, juego

Editado: 05.04.2024

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