Regalando Amor

Capítulo 3

Este último año ha sido un mundo de giros y volteretas… Claire ha terminado seis veces con el idiota… Y han vuelto las mismas veces. En esos momentos, cuando ella cree que la vida se acaba porque el idiota no contesta sus llamadas, viene a mi cuarto y se apoya en mi hombro, llora y me cuenta su desdicha. (Suspiro) mi corazón es una esponja.

Cuando solo quedan sollozos, se va acurrucando y acomodándose en mi cama… sonríe y me agarra del brazo, dice que soy tan cómodo que podría dormir conmigo siempre., y que por extraño que parezca, solo yo puedo hacerla sentir en paz.

Yo hago una mueca, es perfecto (nótese el sarcasmo) ella se siente en paz mientras yo libero una batalla interna con mis deseos, rayos, que haré con lo evidente en la mañana. Tener a Claire en mi cama, es un sueño largamente deseado, pero no de esta manera. Me tortura.

Me levanté de madrugada, estúpida excitación, como voy a lograr que baje si el objeto de mis deseos está en mi cama y las sábanas cayeron al suelo… Dios veo su delicado cuerpo… Sonrió con malicia. Sus pequeños pechos es  la delicia de mis ojos.
Ella se despierta, bosteza y me mira. Estoy pegado al piso… No puedo caminar, mis piernas no me obedecen.

—¿Qué hora es? 

Las cinco, con treinta minutos, le contesto…

Ella vuelve a bostezar, vuelve a la cama, dice…

Oh ángeles del cielo y demonios del infierno, como puede pedirme que vuelva a la cama, como si fuéramos algo más. Carraspeo y le digo que tengo cosas que hacer. Soy un hombre ocupado.

Claire ríe, eres un niño caprichoso.

Miren, quien lo dice, la más caprichosa de todas.

Para que no siguiera insistiendo y no se despertara por completo y poder ver lo evidente, caminé como un robot a su lado, ella me mira y besa mi mejilla, gracias por ser mi amigo, dice, e inmediatamente me da la espalda, yo soy como un lobo sediento en plena luna llena, un vampiro a punto de ver salir el sol.

¿Conocen esa sensación?… Oh Claire, mátame suavemente.

Unas horas más y podré decir que pasé esta cruel prueba de voluntad.

Por suerte mi mamá, ni mi hermana están en casa, se fueron de viaje por algunos días.

Claire preparó el desayuno, mientras corre de un lado a otro buscando ingredientes… Luce mi camisa que apenas cubre su monte de venus… Yo sonrío, ella me mira y frunce el ceño.— Lucas, no es de buena educación, reírse solo de tus maldades, cuéntame que es tan gracioso. Dime, conozco esa miradita.

—¿Yo?

Fue entonces que comenzó una guerra de cojines… Pude derribarla con tan solo mover un dedo, pero la conozco bien, se molestaría… Entonces la dejé ganar, además, siempre termina sobre mí y eso es más de lo que puedo pedir. Se mueve deliberadamente, tanto que la tomé de la cintura para apartarla, pero me agarró del cuello. —¡Ríndete!.

Yo estoy rendido hace años y ella ni cuenta se da… Más idiota soy yo.

Me mira mientras tomo mi desayuno, respiro hondo, ella pestañea. —¿Está delicioso?

Por Dios, esta mujer nació para que mi corazón penda de un hilo, delicioso es él. Sigue mirándome y ahora más cerca. —Y ahora qué quieres… Le pregunté.

Ella sonríe. —Pronto será mi cumpleaños. ¿Qué me darás de obsequio?

Tú cumpleaños, no lo recuerdo, ¿cuándo es?

Ella hace un puchero.

Yo sonrío. —Aún no lo he pensado.

—Puedo darte algunas ideas.

—Prefiero que no, tus gustos están lejos de mis bolsillos.

Claire hace un puchero, tonto. —Cualquier cosa que me des será para mí un tesoro.       

Rayos, lo hace a propósito para que la culpa me siga y así regalarle algo valioso. Creo que tendré que cortar el pasto de toda la ciudad., encontrar un empleo de medio tiempo, eso o vender un riñón.
Ella me mira con esa típica mirada, cuando quiere conseguir algo.
El otro día, dice, por casualidad pasé a esa joyería nueva, vi un par de aretes fabulosos, también anillos (muestra sus dedos) están desnudos. —Me mira y sonríe—, condenada sonrisa… Definitivamente venderé mi cuerpo.
Y en la radio se empieza a escuchar una canción que dice justo lo que estoy pensando.


“Quiero ser tu canción desde principio a fin, quiero rozarme en tus labios y ser tu carmín. Ser el jabón que te suaviza, el baño que te baña… La toalla que deslizas por tu piel mojada. Yo quiero ser tu almohada, tu edredón de seda. Besarte mientras sueñas y verte dormir. Yo quiero ser el sol que entra y da sobre tu cama. Despertarte poco a poco, hacerte sonreír… Quiero estar en el más suave toque de tus dedos. Entrar en lo más íntimo de tus secretos, quiero ser la cosa buena, liberada o prohibida. Ser todo en tu vida. Todo lo que quieras dar, quiero que me lo des. Yo te doy todo. Me imagino tantas cosas, quiero siempre más…”

Lucas, Lucas ¡Lucas!, otra vez soñando despierto, esa mujer te tiene mal, dime quien es...
Me pregunta con las cejas fruncidas.
Yo carraspeo, está molesta. 

Luego sonrió...

—Déjalo en mis manos, yo seré tu cupido, dime quien es.

—No…

—Insisto.

—No insistas.

—¿Prefieres morir de amor?

—Mejor morir de amor que de vergüenza ante un rechazo.

—Tienes razón.

Respiro profundamente.

—Pero  verás que encontraré a una linda dama para ti. 

Yo la miro y en vez de llorar me pongo a reír… Reír es la mejor opción a la bobada que ha dicho.

Desde entonces comenzó a mirar a las posibles candidatas… Tuve que salir en alguna ocasión con alguna de ellas, por supuesto que mi encanto varonil surte efecto en ellas, pero ya saben que cojeo por Claire.

Todas las mañanas caminamos juntos, son momentos solo de nosotros… Hasta que el idiota de Rubén la volvió a buscar.
 



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En el texto hay: sueños y romance

Editado: 01.07.2023

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