La Ofrenda.

Corrió apresurada necesitaba respuestas, si Areusa quería recuperar su magia por completo, está vez no podría usar el mismo método.

Llegó a la habitación donde estaba la jovencita pelirroja, estaba inconsciente y aprovechó esa oportunidad para acercarse y examinarla mejor.

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—Oh alteza así no, el movimiento debe ser ligero, cómo plumas al caer, no apresurado como viento otoñal.

—Danica que aburrida eres es más divertido bailar como mejor salga, es más emocionante que solo seguir los pasos del uno, dos, tres tan monótono del vals dime ¿Qué no te dan ganas de intentar? —empero la princesa dando algunos giros, que hacían elevar la falda de su vestido color melocotón.

La mujer entorno los ojos cansada de las constantes ocurrencias de su alborotada alumna —pues la verdad que no alteza, es usted un ejemplo para todas las señoritas del reino, ellas admiran a la princesa de Alkarya elegante, grácil y refinada y con esos pasos de bailes tan grotescos parece usted una vulgar gitanilla sin clase y mucho menos porte  —reprendió la mujer de ojos cafés.  

—Que aburrido —espetó la princesa, inflando sus mejillas, para luego desparramarse hastiada de sus lecciones en el mueble tras ella—, para ser reina pensé que solo era necesario hacer bien las cosas, ser justo y velar por el bien del reino —soltó Merliah con fastidio.

—Eso es lo primordial princesa pero no es todo, para jactarse de ser un buen monarca debe tener conocimiento, ser siempre un ejemplo a seguir y siempre, pero siempre tener recato etiqueta...

—Mis padres no son así y el reino los quiere —refutó Merliah con desinterés, cuestionando el punto de su institutriz.

—Jovencita tu madre y tu padre me pidieron hacer de ti una señorita refinada, pues deben prepararte para  tu futuro papel —respondió Danica perdiendo su paciencia, con la testaruda princesa.

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—Eras tan terca, por todo siempre llevándome la contra justo como...

—Mi madre —finalizó la oración Areusa entrando a la  habitación—, dime algo Danica ¿Qué haces aquí? No me digas que...

—Realmente es a tí a quien buscaba mi flor, quería hacerte una pregunta —habló la castaña acercándose a Areusa.

—Vienes para advertirme del hechizo de Arella  —respondió Areusa sin interés.

—Si mi flor es a eso a lo que vengo usted podría cometer un error y matar a la chica; si eso pasa usted no podrá recuperar su...

—Puedes estar tranquila Danica no forzaré a la muchacha, tengo otro plan para ella, además desde que dejé el excedente de magia puedo dormir mejor —comentó Areusa esbozando una suave sonrisa.

Danica miró confundida a la que  alguna vez  fue su protegida —¿De qué hablas Areusa? —empero Danica curiosa por una respuesta.

—La chiquilla será un obsequio, una ofrenda por eso debemos cuidar de ella —caminó hasta la inconsciente princesa tomándole del mentón para examinar su rostro era tan parecida a su padre pero con rasgos delicados, hizo a un lado su flequillo tocó su frente con la punta de su dedo y al hacer contacto una pequeña luna creciente, de color celeste  se dibujó en ella.

—La marca de Tisha —musitó Danica acercándose sorprendida a su protegida que aún estaba frente a la princesa Merliah—. Areusa dime ¿Por qué esa niña tiene la marca de la bestia de nueve colas?, ¿es su recipiente? —empero Danica exaltada—, no es imposible en tanto tiempo ya lo habría notado, además ahora que no tiene ese colgante también lo hubiera notado.

Areusa volvió su vista a la muchacha, luego soltó una risa burlesca que comenzó a confundir más a Danica y la pelinegra disfrutaba la angustia de Danica.

—No seas ingenua está mocosa para mí mala suerte, no tiene a ese zorro dentro de si, pero tiene otra cosa que las bestias amarían, tiene la sangre del zorro de nueve colas, cuando está bastarda fue engendrada mi hermano aún era recipiente de Tisha por lógica la pequeña Merliah nació con su marca, la chiquilla es indirectamente hija de Tisha y cuando yo libere a las bestias ofreceré a la chica como ofrenda; las bestias odian a Tisha y podrán vengarse de su descendencia maldita.

Danica no asimilaba aún la perversión de Areusa, su madre no era así «Darius pagaría su abandono sentenciando a su descendencia», incluso a ella misma le aterraba el proceder de su sobrina Areusa.

—Quita esa cara Danica, me haces sentir como si yo fuera un monstruo, solo quiero que las bestias obedezcan en caso de algún imprevisto ojo por ojo, diente por diente, habría usado a Damián pero ya su hija está aquí y eso me ahorra mucho trabajo, además si ya la pequeña  está aquí debemos aprovechar —dijo Areusa con simpleza—, por cierto pon una barrera las cuentas atrapa Hadas, ya dejarán de hacer efecto y hay que darle libertad a la niña, no quiero tenerla atada —dijo la pelinegra saliendo de la habitación.

Danica invocó la barrera y salió de la habitación, aún sorprendida por lo que su sobrina dijo —a Sabrina no le hubiera gustado que fueras así querida flor, tu madre no descansa tranquila con tanta maldad en tu corazón Areusa —dijo Danica yendo cabizbaja y a paso lento a su habitación

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Veía a su madre parada en el mismo lugar, hace más de una hora, tomando una manta de la cuna de la más pequeña de sus hijas.

—Gael tesoro ve a descansar yo me encargo de tu madre —dijo Rosella tomando del hombro a su nieto—, no has dormido nada anda yo me encargaré de Melodía.

—Abuela Ro no quiero dejarla sola —respondió el rubio—, mi padre tampoco está mejor...

—Creeme yo mejor que nadie entiende a tus padres, el dolor que sienten no tiene comparación, no es fácil que arranquen a un hijo de sus padres —dijo la duquesa de Howl dándole una sonrisa a su nieto—, prometo asegurarme de que tú madre coma y se recueste un rato, lo prometo.

—Esta bien abuela Ro pero solo un momento, vendré más tarde —dijo el muchacho saliendo de los aposentos de su madre.

—Escuchame Melodía debes descansar —dijo sería la duquesa en cuanto el principe salió de la alcoba—, Merliah estará bien no permitiría que lastimen a Clover.