Lunes 8 de Octubre del 2018— 16:40.
Una sensación de frialdad recorrió su espalda, podía sentir la acidez en la punta de su boca y como el aire salía y volvía a sus pulmones, como si se despertara de algún sueño pesado, abrió los ojos y lo primero que pudo percibir fueron las noticias de la televisión, seguía vistiendo su uniforme del colegio y la luz del sol aún no desaparecía. Todo ello lo hizo percibir un『dejá vú』.
—Guh...odio este ácido sabor.
Cuando pudo darse cuenta de en que lugar regresó, todos sus recuerdos vinieron a él.
—¡¿Qué día es?!
Girando su cabeza como loco, Dylan buscaba su celular y al『Reloj del tiempo』, ambos objetos eran necesarios para poder salvar a María y también para verificar la utilidad de 『Revenir』.
—Con que allí estabas.
Recogiendo al artefacto y su celular que estaban sobre y debajo de la mesa, Dylan miró la fecha del día, resultando ser el mismo día en el que María moría.
—¡Esta vez si te diré la verdad! Aunque... ¿ella recordará lo que le dije hace un momento? En ese sentido... ¿seremos amigos como antes? Tendría que probarlo...
Con dudas sobre si aún seguían reconciliado con María, Dylan caminó presuroso hacía su casa, bajó con toda la agilidad posible y tocó el timbre de este.
—¿Sí?
Sacando su cabeza, una María media somnolienta apareció, llevaba su polera azul y sus jeans negros, la misma ropa que había vestidos las dos veces pasadas. Tragando saliva y evitando sonar nervioso, Dylan suspiró.
—¿Todo bien? ¡Como siempre!
Intentando sonar confianzudo a María, Dylan dio pequeños golpecitos en el hombro de María mientras ella solo se quedaba anonadada y con una expresión seria. Eso fue más que suficiente para que Dylan percibiera que aún seguían sin hablar.
—¿Qué quieres? Vienes de la nada y actúas como si fuéramos amigos de por vida, ¿estas loco? Por favor vete de aquí o llamaré a mis padres, ¿sí?
Enojada y ahora con una mirada totalmente fría, María le dejó en claro lo que Dylan no quería creer, él no viajó al futuro en esa『dimensión』, ella no era la misma María que la perdonó o eso era una gran posibilidad.
Eso no es suficiente...
—Pero ¿acaso no te acuerdas? ¿Lo que pasó hace unos 6 años?
Insistiendo a lo que quería creer, Dylan persistió.
—¿De qué hablas? ¿Cuándo me dejaste sola después de que mi madre muriera? No sé, no me acuerdo haber conversado con alguien en esos días, siempre estuve yo sola.
Con una respuesta que volteó por completo todas sus expectativas, Dylan no podía decir nada más, incluso si en ese momento le decía que ella podría morir, era más que probable que María no le creyera.
—N-no creo eso, ¡si hablamos! ¿Entonces cómo y por qué ahora actuamos como si nada?
—Realmente eres el peor. Incluso quieres creer que hablamos, tú me abandonaste, te fuiste a quien sabe dónde, en esa época cuando más necesitaba tu ayuda, la única persona que, aunque sea estuvo allí, fue Mateo, ¿y ahora me vienes con que tú estuviste allí? ¡LÁRGATE! ¡NO TE QUIERO VER! ¡NUNCA!
Con lágrimas en los ojos, María dio un portazo en la cara de Dylan y se fue corriendo a su casa. Dando la peor actuación posible, él solo le quedó allí unos minutos, sin decir nada, sin oír nada, con una mente en blanco, no procesaba todo lo que había pasado.
—Ah...
Cuando reaccionó, tocó nuevamente el timbre de María, sabía que fue un error lo que había dicho, sabía que ella no lo perdonaría; sin embargo, quería ser sincero y decirle todo lo que había sucedido en el pasado y poner las cosas claras. Tocó y siguió tocando el timbre, varias veces durante varios minutos, pero nadie abrió la puerta.
—N-no... ¡No jodas! ¡Abre la puerta! ¡¡MARÍAAAA!!
Gritando eufóricamente, Dylan golpeó la puerta, todas las personas en la calle lo veían como un extraño o incluso un orate, pero él seguía insistiendo, hasta que luego de unos minutos, Roberto llego.
—¡¿Qué haces Dylan?!
—¡Roberto! ¡¡¡Ayúdame a abrir esta puerta! ¡Hay un maldito asesino que intenta matar a María! ¡Rápido!
Totalmente agitado, Dylan seguía empujando su hombro contra la puerta, no paraba a pesar de que Roberto lo sostenía de los brazos.
—¿Cómo puedes asegurar eso? ¡Ella puede estar dormida! ¡Deja de hacer un escándalo!
Con una voz fuerte y potente, Roberto se colocó frente a la puerta y bloqueándola, evitó que Dylan siguiera con lo que hacía.
—¡No seas tonto Roberto! ¡Ya no queda tiempo! ¡Maldición!
Sin poder más, Dylan corrió de allí y se fue directo a su casa, subió las escaleras y sin pensarlo dos veces, agarró el『Reloj del tiempo』volvió a presionar『Revenir』.
Lunes 8 de Octubre del 2018— 16:42.
La misma sensación de acidez y asfixia atacaron el cuerpo de Dylan, sin importarle el dolor, nuevamente se volvió a levantar. El mismo noticiero, la misma sala, el mismo lugar donde estaban su celular y el『Reloj del tiempo』, otra vez viajó al pasado.
Intentémoslo de nuevo, pero esta vez...
Dejando todas sus cosas en la sala, Dylan salió corriendo a la casa de María, acostumbrado de ver las mismas personas pasar, el mismo carro acelerar y también de tocar nuevamente el timbre de la casa vecina.
—¿Sí?
Con la misma pregunta que realizó en el bucle pasado, María sacó su cabeza por la puerta y cuando terminó de pronunciar esas palabras se quedó congelada en su mismo sitio.
Editado: 09.12.2020