Relato de un valiente

8. Mi querida Payon

En una de las murallas de la ciudad, específicamente la del oeste, se hallaba una entrada secreta que conectaba con varios túneles esparcidos por el bosque de Payon. Dichos túneles se crearon tiempo atrás como método de evacuación en caso de un ataque de asedio exitoso por parte del enemigo, sin embargo, nunca fueron utilizados, haciéndolos caer en el olvido.

Un par de árboles y muchos matorrales cubrían el acceso a la entrada del muro, por lo que era difícil encontrarla, y si alguien lo hacía y avanzaba por la red de túneles, existía la posibilidad de perderse y toparse con criaturas del bosque, llevándolo a un inminente final. A pesar de eso, un chico logró domar tales peligros a base de cautela y paciencia, pues desde que lo descubrió años atrás, su curiosidad le animaba a investigar día tras día.

Después de salir de clases, iba a su casa y vaciaba su mochila para guardar una navaja, un pedernal, una pluma de peco (criatura de gran tamaño parecida a un pájaro, cubierta de plumas y con un pico muy colorido), tinta a base de vegetales, muchas hojas, y un pequeño candelabro con una vela dentro, entonces se dirigía a la entrada secreta. Cuando llegaba, tomaba el pedernal y la rozaba contra la hoja de la navaja para provocar chispas que encendieran la vela y así tener visión dentro del túnel. Una vez dentro, avanzaba con precaución, y cuando aparecía una bifurcación, regresaba y lo apuntaba en sus hojas para crear un mapa, porque si lo hacía dentro del túnel se arriesgaba a cualquier peligro mientras mantenía la guardia baja. Esto lo hizo varias veces, y si se topaba con alguna amenaza, tomaba otro camino o terminaba la expedición del día si así lo consideraba.

Con el tiempo se familiarizó tanto con los trayectos que ya no necesitaba el mapa, y fue entonces cuando llegaba al final de los túneles. Ahora debía explorar las salidas, las cuales terminaban siempre en el inmenso bosque de Payon. Para ubicarse, se subía a un árbol y miraba a lo lejos en busca de su ciudad cubierta de murallas descomunales. Una vez hecho esto, utilizaba su vista entrenada para calcular la distancia, luego usaba la posición del sol y su perspectiva de la ciudad y así anotaba en el mapa el punto en el que se hallaba. Repitió este proceso con el resto de lugares hasta que un día se topó con algo diferente.

Una choza de madera, totalmente podrida, se asentaba en medio del bosque, cerca de la salida más lejana del laberinto de túneles. Con mucha curiosidad, el chico intentó escabullirse dentro, pero en el momento que abrió la puerta, toda el lugar se vino abajo. Entre el humo de polvo y el ruido de la demolición, el chico corrió a un arbusto, esperando por alguna criatura. Media hora después, salió y se escabulló entre los escombros en busca de algo valioso o interesante. Para su sorpresa, encontró un viejo diario en mal estado.

Tomó el libro y lo abrió, no podía entender algunas palabras ya que el idioma no era del todo igual, tenía reglas gramaticales en desuso y había símbolos extraños. El chico intuyó que el diario fue escrito varios siglos atrás y agradeció que todavía podía leer lo suficiente para saber lo que dice. Quería leerlo ahí mismo, pero a favor de la lógica, lo guardó en su mochila y regresó al túnel. Llegando a casa, al anochecer, sacó la vela del candelabro y lo puso sobre la mesita junto a su cama, tomó el libro y se recostó.

"Desde niño fui obligado a ir a la guerra, las batallas eran largas y extensas, pero sobrevivía a duras penas gracias a la valentía y sacrificio de muchos. Cuando terminaba la lucha, un nuevo enemigo aparecía y comenzaba de nuevo. No podía descansar... todavía a veces paso noches en vela por los recuerdos de mis compañeros siendo devorados frente a mí. Intenté ayudarlos, pero en el momento de la verdad, mis pies corrieron en sentido contrario hacia los arbustos, obligándome a esperar hasta que todo acabara. Cuando vi la oportunidad, salí corriendo a la ciudad".

"Los guardias de la entrada me identificaron y me llevaron a cuidados médicos. Entonces preguntaron sobre mi escuadrón, intenté explicarles pero no podía hablar, estaba pasando por ese recuerdo una y otra vez. Al menos ellos pudieron entender lo que significaba, porque uno de ellos se fue a toda prisa, iba a informar sobre nuestra derrota".

"Lo malo de la guerra es que no deja descansar, por lo que poco después me asignaron a un nuevo escuadrón. Todavía tenía una lucha interna, no me acomodaba con mis compañeros. A pesar de eso, me trataron muy bien. Creo que sabían sobre mi trauma. Al final, logré hacerme amigo de un buen chico, se llamaba Gisli. Alegre, fuerte, y sobretodo valiente. Nunca vi una expresión de duda en su rostro. Si tan solo me hubiera dado cuenta, no estaría muerto".

"En nuestra última misión nos asignaron a explorar un sector del bosque porque se sospechaba de una base enemiga. Ni siquiera llegamos a la zona cuando nos rodearon los guerreros de Morroc, hijos del desierto. Sin opción de escape, sacamos nuestras armas y peleamos con todo el furor de la batalla. Para nuestro pesar, eran más y más habilidosos, un instante después, una lanza atravesó mi abdomen y caí inconsciente".

"Por alguna clase de suerte maldita, logré sobrevivir. Con un esfuerzo enorme, intenté levantarme sin sacar la lanza para no desangrarme. Mi escuadrón estaba muerto entre ramas y sangre. Percibí el cuerpo de mi querido amigo Gisli, su frente estaba atravesada por una espada. No hace falta decir cuanto vomité. A duras penas logré regresar a la ciudad, los mismos guardias me vieron llegar y con cuidado me cargaron hasta la enfermería. De nuevo, era el único superviviente del escuadrón".

"Mientras me recuperaba, rumores de lo sucedido empezaron a expandirse por la ciudad. La gente comenzó a odiarme porque creyó que yo era un egoísta traidor capaz de entregar a mis compañeros con tal de sobrevivir. Me dolió mucho enterarme de esto, nunca traicionaría a mis compañeros, no otra vez... Pero ellos no me creyeron. Pronto fui interrogado y sentenciado a trabajo forzado, no les importó que fuera un niño".



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En el texto hay: fantasia, aventura epica, accion

Editado: 24.05.2021

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