Era el año de 1987, un 6 de septiembre para ser exacto, el día en el que una tragedia ocurría en el popular y conocido sector El Limón, en la ciudad de Maracay, fuertes lluvias que azotaron el estado durante algunos días, desbordando el cauce del rio “El limón” provocando así un deslave de sedimentos desde los cerros del parque Henry Pitier, eran la una de la tarde de ese día, y aquella desgracia natural dejo un saldo de aproximadamente 100 muertos y más de 300 desaparecidos bajo el lodazal sin precedente que arropo las faldas de la montaña, cubriendo también un gran tramo de la carretera que va desde el sector afectado hasta la población de Ocumare de la Costa y sus hermosas playas.
Yo tenía apenas 5 años de edad cuando ocurrió tal catástrofe, así que mis recuerdos son vagos, pero, al pasar los años, miles de historias fantásticas y terroríficas de apariciones, fantasmas y gritos en la noche, por todo el trayecto de la carretera, comenzaron a surgir producto de la superstición y creencias en espíritus y otros fenómenos de esa índole, tan adornadas y llamativas, no digo que sean puro invento, pero tampoco asevero su credibilidad, por lo que solo me limitaba a disfrutar de la creatividad de los supuestos “Testigos” de aquellos acontecimientos del mas allá o de las historias que algunos conocidos escucharon de un tercero.
Casualmente más de 30 años después, me preparaba para viajar a las playas paradisiacas de Ocumare de la Costa, por lo que nuevamente luego de un par de temporadas sin ir, volvería a recorrer la famosa carretera de la tragedia, en verdad me emocionaba el viaje, una hora y media de camino me separaba de disfrutar unos días de relajación y disfrute en las arenas cálidas y el mar, mi esposa me acompañaba en el entusiasmo que tenía, pues habíamos planificado durante meses estas vacaciones, lo necesitábamos.
Al fin llegaba el día, estaba oficialmente de vacaciones, por lo que el resto de la tarde me dedique a confirmar los detalles del viaje, como la casa que habíamos alquilado para pasar la temporada allá, llamando al dueño para confirmar que llegaríamos mañana a primera hora o más tardar mediodía, salir a comprar los víveres que nos hacían falta, dejar las llaves a mi tío para que le echara un vistazo al apartamento, entre otras cosas, ya para el final de la tarde todo estaba preparado, ahora esperar mañana y a disfrutar.
Lamentablemente por algunas circunstancias que se escapaban de las manos, no pudimos cumplir con el horario que nos planteamos, mi esposa estaba algo molesta y con razón, tendríamos que esperar a mañana para viajar, pero hacerlo sería perder el alquiler de la casa, por lo que luego de discutirlo, decidimos partir de noche, así que siendo las 8:30pm partimos, llegando al inicio de la carretera media hora después, hacia una noche nublada, pero la luna de vez en cuando asomaba su forma, iluminando todo.
Como era de esperar, la carretera estaba sin iluminación, y a pesar de ser temporada alta, pocos vehículos transitaban a esa hora, debo aclarar que, dicha vía cuenta con dos canales vehiculares con el tamaño justo, es decir, es una carretera estrecha, era lógico pensar que muchos viajeros no se atrevían a manejar con condiciones tan adversas y arriesgarse a caer por alguno de sus desfiladeros, así que estaba atento a la vía mientras mi esposa hablaba, su tema era justamente de los cuentos sobre apariciones de fantasmas y luces extrañas a los lados del camino, un poco imposible ya que en más de la mitad de la carretera hay de un lado la pared montañosa y del otro lado el vacío de los barrancos.
━Por Dios Carmen, ¿En serio crees esas cosas? Son algo exageradas ━le respondía ━ La imaginación de las personas a veces es, increíble.
━Puede que sí, Luis, pero son historias llamativas, sobre todo cuando estas recorriendo los lugares donde se originaron, como por ejemplo ese lado de la carretera llamada “La nevera” ahí es donde más apariciones han sido reportadas, gente que se aparece a los que viajan de noche, ¡Qué miedo!
Mi esposa se dejaba llevar por la emoción de las leyendas y justamente íbamos llegando a ese lado de la carretera llamado así, simplemente era una curva amplia donde del lado de la montaña había una salida de agua como una cascada, creando un pozo donde las personas paraban a bañarse, por supuesto que a esa hora lo único que se veía era poco gracias a las luces de la camioneta, y el sonido de los animales nocturnos que se mezclaban con el del viento que soplaba y el ruido del motor, por lo que sin problemas pasamos el “fantasmagórico” lugar.
Una pareja iba caminando por el lado de la montaña, a esa hora y con tal oscuridad era una locura, al verse iluminados por la luz de los faros voltearon, jóvenes ambos, iban vestidos con ropa deportiva algo anticuada, y nos hicieron seña para que nos detuviéramos, a primera vista se veían personas normales, tuve que detenerme por la insistencia de mi esposa.
━Buenas noches ¿Qué hacen caminando a estas horas por aquí? ━pregunte directo, no pretendía durar mucho rato ahí expuesto ━ ¿A dónde van?
━Buenas noches, nos accidentamos más arriba y bajamos a ver si conseguíamos algo para llamar, pero no conseguimos nada, ¿Podría llevarnos hasta nuestro vehículo? Está a cinco minutos de aquí.
Acepte y se montaron en los asientos de atrás de la camioneta, no daban mala espina, y la conversación fue agradable, eran una pareja de novios y venían de lejos, Barquisimeto más exacto, al igual que nosotros tomarían unos días de vacaciones en la playa, justo como había indicado, a los cinco minutos llegamos a una recta donde pidieron bajarse, no sé si sería por la oscuridad reinante pero nunca vi ningún carro aparcado en ningún lado de la carretera, pero por mis prisas para continuar no le di importancia.
━Muchas gracias por traernos, nosotros seguiremos esperando, ¿Podría hacernos un favor? ━Asentí con la cabeza a lo que el joven saco un papel de su bolsillo ━ ¿Puede llamar a mi mama, decirle que estamos bien que no se preocupe?