Relatos de un cazador

Capitulo 2

Capítulo 2.

Los matare a todos y cada uno de ellos.

 

Al salir me dirigí hacia la tienda de botánica, llevaba la bolsa de hierbas en mis manos, viendo si alguna estaba dañada por el tosco cuero de aquel recipiente, no había ninguna dañada, quizás sucia por las raíces que llevaban tierra, pero no creo que sea un problema.

 

Al llegar a la tienda abrí la puerta, al abrirla el sonido de una campana me recibió, la primera vez no estaba eso ahí, ella estaba detrás del mostrador y delante de este había un aventurero comprando pociones, el garrote en mi cintura goteaba sangre que caía en el suelo, creando un pequeño rastro por donde caminaba, sería malo si alguno se resiente y me ataca aquí.

 

Ella puso las pociones sobre el mostrador y el las dejo en un morral que tenía en su cadera.

 

Ella me lanzo una botella diciendo.

 

“¿has bebido agua?”

 

El aventurero se despidió y se fue.

 

“no he bebido nada.”

 

Ella dijo mientras tocaba mi casco, su ropa olía diferente, olía a flores, quizás la lavo.

 

“si no tuvieras esto, te golpearía por ser un mal niño.”

 

Yo levante la mirilla del casco, cubría mis ojos y así podría comer y beber.

 

Ella pregunto mientras yo bebía.

 

“siempre ocultas tus ojos ¿tienes algún secreto que no puedes revelar?”

 

Cuando termine de beber baje la mirilla del casco, diciendo.

 

“no…”

 

Ella dejo de tocar mi casco y se puso detrás del mostrador.

 

“¿y que te trae por aquí? Aun es de día y no lo puedo hacer ahora” ella puso su mano entre sus piernas y tocaba “o tal vez…”

 

“vengo por otra cosa, no desesperes.” La interrumpí antes que alguno de nosotros perdiera el control.

 

Ella levanto sus manos diciendo.

 

“es cierto, no puedo hacer eso en el día, cualquiera nos podría ver.”

 

Mi mano temblaba, quizás pera de mis instintos, yo pregunte mientras mi voz temblaba.

 

“¿t-tienes a-algún libro de m-magia?”

 

¿Qué pasa con mi cuerpo? Mi mano tiembla, mi voz también.

 

Ah… mis ojos se encendieron, un grito salía de mi boca mientras yo caía de rodillas y mis ojos quemaban, de mi boca salía sangre, abundante, suficiente para hacer que mi casco se manchara por dentro y fuera.

 

Ella saco mi casco, no sabía cómo me veía sin casco, solo me lo sacaba para dormir y no me veía en espejos, ella se veía asustada, pero a la vez fascinada, la sangre de mi boca salía disparada y mi cuerpo se sentía pesado y caliente, el suelo se teñía de rojo por mi sangre, la última vez que me paso esto fue hace años, mi madre me calmaba tocando mi cabeza… madre…

 

La sangre paro de salir por la boca y comenzó a salir por mis ojos, dolían tanto que arrancárselos comenzaba a parecer una opción para calmar el dolor, ella sostuvo mis manos que iban hacia mis ojos.

 

“no puedes, duerme.”

 

Volví a aquel lugar, ahora ya no había silencio y oscuridad, mis gritos de una época que quería olvidar volvían a mí, la oscuridad fue remplazada con fuego y sangre.

 

Yo seguía de rodillas viendo y oyendo todo, mi cabeza comenzó a recordar cosas que no quería ver.

 

Yo, desnudo, en una sala fría y oscura, mis brazos y cuello encadenados a una pared con la distancia solo para hacer algunas cosas, allí entrenaba para liberarme algún día, pero en esa escena yo no me entrenaba.

 

Mi espalda sangraba mientras me violaban, no puedo evitar verlo, esa escena estaba grabada en mi retina… está grabada a fuego en mi cabeza, recibía latigazos en mi espalda para después de eso ser violado, después de eso llegaba la hija de aquel terrateniente a curar mi espalda, para luego ser violado por ella.

 

Mis ojos sangraban, quemaban y dolían, pero sacárselos sería una estupidez, aquella escena se repetía constantemente, fui un estúpido al aventurarme a vengar a mi madre y ser vendido por los mismos que la violaron, me reiría de mi estupidez, pero no quiero.

 

El fuego ya no me quema y mis ojos siguen ardiendo, creo, que me acostumbre a estar quemándome.

 

Me levante y camine, sin rumbo, aquella mujer, ya no escuchaba su voz ni tampoco veía a aquel dragón, dragón de alma, no lo había escuchado antes.

 

Aquella escena se repetía con cada paso que daba, mis botas son de cuero y están cubiertos de metal, es extraño estar con tanto peso sin que me duela mi espalda o me duelan los pies al caminar, cuando mi armadura se va me siento extraño, estar tan ligero se siente extraño.

 

Después de un tiempo desperté, estaba en la cama y no tenía mi armadura, mis ojos dejaron de brillar, quemar y arder, cada vez que mis ojos ‘explotan’ así mi cuerpo falla, pero mi madre siempre calmaba mis ojos, desde que mi madre no está cada vez que mis ojos hacen eso me desmayo, pero esta vez fue más violenta que las otras veces.

 

Ella no está aquí, debe estar en la tienda, mi antebrazo izquierdo estaba vendado, el corte cerro con la poción, debe seguir abierto un poco, mis manos estaban vendadas con vendas nuevas, mi pecho estaba desnudo y mis piernas solo estaban cubiertas por mis calzoncillos, mi armadura estaba desperdigaba por la habitación.

 

Mi camisa estaba, mi camisa no está aquí, mis pantalones estaban en la cama, cuando me los puse los sentí más suaves, las protecciones de acero estaban por el suelo y poco a poco fui recogiéndolas y colocándolas en mis muslos, eran 2 piezas para cada pierna, se ajustaban con unas correas de cuero por detrás de mi pierna, mi abdomen estaba adolorido, recibir tantos impactos duele más de lo que imaginaba.

 

Mi cabeza estaba tranquila, casi siempre estoy en situaciones estresantes, aquí me siento relajado libre incluso.



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En el texto hay: seinen, violencia, luchas

Editado: 06.07.2021

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