Relatos de un cazador

2.1

Capítulo 2.1

Esto es… desagradable.

 

Cuando entre a la habitación mi hermano estaba en la cama, yo fui a una silla y me saque mi armadura menos mi casco y vi mi herida, creo… que tomare una de las pociones de mi hermano, creo que entenderá, gaste pólvora para nada, él tenía 8 pociones, que tenga 7 no creo que lo mate.

 

Al tomarla vi lo que la poción hacía en mi cuerpo, la carne se juntaba mientras se quemaba… no sé cómo definirlo, la piel por encima se cerraba poco a poco y al final comenzaba a arder, el proceso dolía por el calor y sentir tu carne cerrándose mientras se quema, ¿el humo debe ser por el calor o la carne?

 

Mi visión se sentía cada vez más borrosa y mis ojos lagrimeaban por mis bostezos.

 

Volví a ese lugar, seguía frio como casi siempre, solo me senté, esperando a que pasara algo, no se escuchaba nada, podía ver, pero solo había oscuridad. Pasado un tiempo no sucedía nada, yo me levante y camine en línea recta, esperando alguna voz, algún cuerpo o algún recuerdo, pero, no había nada.

 

La oscuridad de aquel lugar me rodeaba y abrasaba, la niebla había desaparecido, la bola roja y el dragón también, las leyendas dicen que los humanos fuimos creados por los dioses, así como ellos fueron creados por los grandes dragones inmortales, hay muchos dioses de distinto tipo, buenos, malos, neutrales, todos pertenecientes a algo.

 

Los dioses dotaron al mundo con la luz y el calor cuando crearon el sol, y crearon las lunas para decirnos cuando descansar, Aldous y Einar, los primeros en nacer.

 

Dicen que ellos fueron los que crearon el sol y las lunas, las lunas se hicieron a semejanza de sus ojos, Aldous dio la inspiración a su hermano de la luna verde, la más grande y él fue la inspiración de la luna roja, un poco más pequeña, pero más brillante y que con la luz del sol ilumina nuestras noches y nos brinda descanso, los relatos dicen que las hicieron para los dragones, antes de ellos el mundo era oscuro y frio.

 

Los ojos luna nacemos en eclipses, en ese momento en que la vida se detiene, muta a los niños, en ese momento en que Aldous y Einar pelean a muerte el mundo se detiene y los bebes que nacen de aquella batalla nacen malditos, destinados a ser monstruos que solo piensan en sangre y matar, cuando un maldito nace, se sacrifica.

 

Madre nos decía que, al nacer gemelos, mi hermano y yo, no nos mataron porque pensaron que la maldición era más leve, padre murió cuando éramos pequeños, a los 5 o 6 años comencé a trabajar en los establos, mi hermano ayudaba en otros lugares, no me duele recordar eso, era feliz y ayudaba a madre.

 

A los 5 años madre nos enseñó a cazar a ambos, nos enseñó a usar una espada y a luchar con cualquier cosa que tuviéramos en la mano, ella era del norte donde hombres mujeres y niños pelean… intento defenderse, pero luchar contra un grupo soldados es imposible, ¿si la hubiéramos ayudado seguiría aquí? Fui un cobarde al no luchar y me arrepiento todos los días de eso, vi todo lo que le hicieron.

 

Madre nos dijo que nos quedáramos bajo el suelo y que no saliéramos hasta que ella nos sacara, estuvimos 4 días allí, la tierra de ese lugar tenía nutrientes y se podía comer así que no sufrimos inanición, tomamos agua de un frasco roto en la casa, madre estaba muerta, tenía cortes en todo su cuerpo.

 

Cuando la sujetaron la escuche llorar.

 

Cuando la desnudaron la escuche suplicar.

 

Cuando la violaron la escuche pedir piedad.

 

Cuando la mataron la escuche llorar y pedir perdón a padre y a nosotros.

 

Ahora el recuerdo no se proyectaba, solo estaba en mi cabeza, rondando en lo más profundo de mi, recordándome porque sigo vivo, no por placer, dinero o aventuras, 9.

 

nueve fue el número, mi hermano mato a uno así que solo son ocho, los recuerdos de eso están grabado a fuego en mi cabeza.

 

Todos morirían, los mataría y observaría sus rostros, todos y cada uno de ellos.

 

Les hare dudar en todo lo que creen, les hare suplicar en lo que creen, les hare pasar un infierno personal y los matare, Hare que rueguen a los dioses por compasión.

 

Los hombres, los bastardos, se pueden casar y pueden volverse padres… pueden sufrir.

 

Los hombres tienen plegarias, arrepentimientos y dudas… yo, no tengo nada.

 

Seré lo último que verán en su vida.

 

Y no puedo titubear en ningún momento, no puedo morir antes de matarlos a ellos.

 

Sentía el toque de un guante en mi hombro, cuando desperté vi a mi hermano frente a mí, tocaba mi hombro mientras en su otra mano tenía la botella vacía de la poción.

 

“Hmm, perdón, supongo.”

 

“No, entiendo porque me la robaste, ¿duele?” él dijo eso mientras tocaba mi hombro.

 

“no tanto, aunque sigo preocupado de que sea venenoso.”

 

“recogí el arma con la que te atacaron, no es venenosa, no te preocupes. Por cierto ¿Qué te ataco?”

 

“una especie de reptil u hombre lagarto, tenía el tamaño de un niño pequeño.”

 

“no sabría decirte lo que es.”

 

“hace mucho no hablábamos ¿no?” yo miraba su cara que era parecida a la mía solo que él tenía una cicatriz en su labio.

 

“tú has hecho misiones de cacería y recolección a lo tonto, y cuando llegabas venias solo a dormir y te ibas más temprano antes de que yo despertara.”

 

“soy productivo.”

 

“y te deshidrataste y casi te mueres de la forma más tonta, muy productivo en verdad.”

 

“cállate.”

 

“vamos a por comida… y agua, no queremos que repitas aquel error.”

 

No dije nada, me limite a asentir con mi cabeza, al bajar había gente en la cocina, ¿siempre es así a esta hora? La chica del gremio estaba durmiendo apoyada en sus brazos mientras su compañera revisaba unos papeles.



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En el texto hay: seinen, violencia, luchas

Editado: 06.07.2021

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