Capítulo 2.6
Felicidad.
La niña me miro y abrazo.
“Gracias, de verdad, Gracias.”
“está bien, está bien.”
Los gritos agónicos de fondo se silenciaron, el edificio ardía mientras nos alejábamos.
En la noche acompañados por la tenue luz de una antorcha nos quedamos en el bosque donde había una gran roca que nos protegería del viento nocturno, mi hermano hizo un fuego y yo me senté en la roca, una leve lluvia empezó a caer, los arboles resonaban y los susurros de estos se intensificaban. (no susurros literales, si no como un leve silbido que produce el viento)
“niña, ten.” Mi hermano le dio un trozo de carne seca. “es todo lo que tengo y tú lo necesitas más.”
Mis ojos se cerraron buscando descanso, el canto de unos grillos acompañaba mi sueño cuando sentí un toque en mi pierna, cuando abrí los ojos vi a la niña apoyada en está buscando descanso, no me molestaba ya que se lo difícil que es dormir con miedo a que te despiertes mientras te violan, mi mano izquierda reposo sobre su hombro ofreciéndole calor y protección.
Las leves gotas caían en mi casco y estas resbalaban hasta llegar al suelo, me dormí.
Aquel lugar conocido otra vez, ahora la bola roja y la niebla volvían a estar allí, me quede en mi lugar, sentado con las piernas cruzadas buscando descanso.
“vaya, volviste.” Esa voz relajante, aquella mujer volvió a formarse de la niebla, su vestimenta cambio, llevaba el pelo recogido y su vestido se volvió un poco más largo.
“puedo ver tu rostro.”
“y yo no puedo ver el tuyo, vamos a quitarte aquel pesado casco.” Ella desabrochaba el cinto de mi cuello (el cinturón que ajusta el casco a su cara) y levanto mi casco, mis ojos la miraban y ella me miraba atentamente a mí.
Su cabello era de un negro profundo y sus ojos amarillos me observaban atentamente, su cara me transmitía seguridad, como todo en ella.
“eres muy guapo, deberías de ir sin casco.”
“tú sabes lo que pasa si me quito el casco en una ciudad.”
“si, si lo sé.”
Me acosté en el suelo, buscaba el descanso, ella me brindaba calor.
“te contare una historia para que duermas.”
“esta bien.”
“hace mucho tiempo, en un valle que pocas personas conocen existen grandes dragones con escamas duras parecidas al metal o a la piedra, los dragones en su eterna soledad en el mundo crearon vida, procrearon, de la dragona que pario nacieron 2 niños de piel blanca, pálida incluso, uno era un niño de cabellos rubios y ojos verdes, el otro un niño de cabellos negros con profundos ojos rojos, dicen que sus nombres son Aldous y Einar, esos niños son los dioses primordiales.”
Ella tomo un respiro y siguió.
“aquellos niños al ver el mundo en eterna oscuridad, no era la oscuridad de la noche que te dice que tienes que dormir, no, esta era una oscuridad que te obligaba a estar despierto, la luz no existía, Aldous en múltiples ocasiones intento crear luz, sus primeros intentos se convirtieron en tenues luces blancas que acompañaron a los dragones en sus largos letargos, luego creo luces que podrían iluminar el exterior del valle, muchos intentos fallaron, esos intentos siguen en el cielo, ahora se llaman estrellas, dicen que Einar para animar a su hermano que no podía crear la luz para el mundo jugaba con las pequeñas estrellas, creando dibujos uniéndolas y lanzándolas al cielo, luego de muchos intentos, cuando era adulto consiguió crear una bola que producía constante luz, el lanzo la bola al cielo.”
Ella respiro y tomo una bocanada de aire.
“mientras Aldous creaba el sol Einar creaba lo que marcaría el descanso, dicen que las grandes rocas en el cielo, aquellas rocas están inspiradas en los ojos de ellos, la luna más grande, la verde, está inspirada en los ojos de Aldous, y la luna pequeña, la intensa luna roja está inspirada en su propios ojos, lamentablemente dicen que ellos lucharon a muerte luego de la muerte de la esposa de Einar, el tenia sospechas de Aldous y lucharon, cada vez que la luna roja tapa el sol y la vida muere por instantes dicen que marca cuando ellos luchan.”
Ella agarro mi cabeza y la puso en sus muslos, ella acariciaba mi cabello.
“en aquel momento en que la vida muere los niños nacidos son maldecidos, las lunas se graban en sus ojos y se convierten en Ojos Luna, o malditos, tú y tu hermano nacieron en un eclipse y se transformaron en malditos, la gente del pueblo no los sacrificaron ya que al ser gemelos pensaron que la maldición se disiparía y nunca se revelaría contra ellos, tus ojos contienen los poderes de los dioses en su eterna lucha, eres más poderoso que un humano normal, más rápido, fuerte y resistente, con tus ojos puedes ser aún más poderoso… pero te causa sufrimiento ¿cierto? Tus ojos queman, arden y te convierten en un monstruo que busca sangre para aliviar su dolor.”
De la niebla se formó otra mujer, un poco más baja que ella, pero tenían la misma cara y cuerpo, ella hablo.
“aquella emoción que sientes al matar, siempre lo haces con una terrorífica sonrisa en tu rostro, yo… te contare otra historia del Odio de los malditos. Hace años un maldito, quizás el primer maldito del que tenemos registros, relatan que sufrió una vida de abusos, torturado desde pequeño y obligado a hacer trabajos forzados para poder llevar pan a una familia que lo despreciaba, aquella familia lo obligaba a trabajar la tierra mientras ellos descansaban, su padre lo golpeaba y su madre lo alimentaba con las sobras de su comida, dicen que el odio y resentimiento hacia su familia y los humanos en general se transformaron en una bestia, las heridas y cicatrices dejadas por su padre una noche ardieron en un intenso fuego, dicen que aquel dolor era comparado con quebrarse todos y cada uno de los huesos del cuerpo, de esas quemaduras una horrible armadura de acero negro de dragones se creó, era de noche, él tenía 16 años y ansiosas ganas de visitar a su familia se apoderaron de él.”
Editado: 06.07.2021