No existe un día que no encuentre un lugar oscuro dentro de mi cuerpo, dentro de mi mente, dentro de mi forma de ser.
Todos mis pensamientos son abstractos, actúo más rápido de lo que me toma darle forma, por eso me siento un hombre lento, pero no lento de movimientos.
Si antes de actuar pudiese darle forma a los pensamientos, mi vida estaría un poco más acomodada, aunque si pensara antes de actuar, con lo lento que soy para darle forma, los actos estarían notoriamente retrasados, y lo más probable es que cuando actúe ya sea tarde o ni siquiera actúe por miedo a actuar, por miedo al miedo.
Por eso pienso que quizás actuar antes que pensar y después intentar emparchar los actos sea mi mejor manera de vivir. Sé que lo mejor es llegar a un equilibrio justo, el equilibrio necesario para actuar sin pensar cuando se deba actuar sin pensar y pensar sin actuar cuando se deba hacerlo.
Soy demasiado lento y está lentitud de mis pensamientos cada vez se hace más notable, no sé si es porque con los años me pongo más lento o si con los años me despierto y me doy cuenta de lo lento que siempre fui.
Lo único que hoy tengo claro es que te extraño sin tenerte y no recuerdo ni un segundo sin haberte extrañado, es como si te conociese desde que nací, como si toda mi vida te hubiese extrañado.
Algún día no seré tan lento, o no me daré cuenta de la lentitud de mis pensamientos y acaso sea un poco más tolerante. Ese día, tal vez, extrañarte ya no sea una adicción, ya no sea nada o ya sea todo.