En bellas praderas de un bosque florido donde aun se encontraban los reyes del castillo de la familia fundadora de “Norad” donde se encontraba un joven sencillo, con su lindo aspecto, con su grata personalidad y parecer; hijo del rey, su consentido y único hijo. Tenia de maestro a su propio padre caballero de un poderoso ejercito.
Siempre escribía en sus diarios que se encontraban escondidos en algún rumbo del reino, allí escribió sus sueños, sentimientos y pensamientos además de todas sus creencias en lo común y todo lo que pueda venir del más allá.
En la hora de la tarde, después del sutil almuerzo, salía al patio real con su padre mientras conversaban; se preparaba para el gran día de su caballería, para él día que tuviera que dar reemplazo a el humilde y con gran limpieza el trono de su padre el vigoroso rey de “Norab” un grandioso pueblo, no tan pequeño y desconocido, con grandes habitantes de humilde nobleza, con gran respeto se tomaban las ordenes del majestuoso rey caballero.
- Pedro, hijo mío –Dijo el rey-, ¿Cuándo saldrás a cabalgar conmigo un rato?
- Padre –Respondió-, no pienses que no quiero, si no es que lo que más quiero es vivir en mi triste soledad.
Aunque el joven príncipe era de una linda apariencia que con sus ojos cafés claros como el agua, su nariz curva, su pelo largo color dorado y su gran misericordia que con sus grandes músculos, piel blanca, blanca como la nieve podía domar hasta la más salvaje princesa.
“Quiero encontrar mi felicidad que por más que la busco no la puedo encontrar”, el príncipe dejo de escribir y cerro el cuaderno con apresuro animo, escondió su diario y en marcha a la cabalgata con su padre el rey.
- Vamos padre –dijo pedro.
- No puedo hijo, tengo que arreglar unos asuntos que se me han presentado.
- Bueno no te preocupes padre yo saldré a cabalgar solo.
Había cambiado de opinión, él pensó que le iba a ir muy bien para su formación platicar una tarde junto con su padre el rey que tenia otras ocupaciones más importantes que atender.
El príncipe salió al campo a preparar su caballo blanco, cabalgó por un tiempo muy largo hasta darse cuenta que ya estaba muy lejos del palacio. Amarró al caballo en un tronco que estaba en medio del bosque; esa apariencia de todo el lugar donde se encontraba era escalofriante… Luego de haber estado allí por un buen tiempo escuchó un grito de una mujer, se escuchaba como un grito desesperado.
El príncipe cabalgo hasta el lugar de donde salía el grito, después de rápidamente montar su caballo; en frente de él se encontraba una cabaña con telarañas saliendo de las ventanas, de su chimenea salía humo que no tenia un olor tan agradable. Pedro sigilosamente entró en el lugar y poco a poco se acercaba, luego vio a una anciana con un aspecto muy raro, su pelo desordenado y de lo que se podía ver preparaba en una olla para envenenar a una linda chica que se encontraba amarrada frente a ella…
Esta chica de bella apariencia, con su cabello hermoso color castaño claro, sus claros ojos azules, piel suave y blanca. Tan grande era su belleza que el príncipe se sintió obligado a ayudarla, de inmediato sacó su espada y alguien con gran sorpresa se asusto y con la olla tropezó, cayó al fuego quedando totalmente destruida.
- ¿Esta bien? –Pregunto el príncipe-.
- Si, gracias por salvarme –respondió aquella chica.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Ana –respondió-.
Al responder Ana la segunda pregunta de Pedro alzo la mirada y echó a ver al caballero que la había salvado. En este mismo momento se sintió esa conexión entre sus miradas que quedaron entrelazadas. Ana sin poder decirle más por lo que ya era un poco tarde cuando apareció, la bruja ya le había dado a probar un poco de la poción que había preparado.
Pero antes de cerrar los ojos Ana con su dulce mirada cautivado el príncipe de su belleza y sonrisa sin evitar el deseo le dio un beso que pareció enlazar dos mundos distintos. Él tenía una armadura y Ana la toco y dijo:
- Con esta armadura alcanzaras mucho más de lo que crees, todo lo que quieras lo tendrás solo piensa en lo que deseas y se te hará realidad.
De inmediato toda la armadura se torno color dorado volviéndose toda la armadura de oro. Pero ya era tarde, sus ojos ya habían cerrado, el príncipe rápidamente por su triste angustia dejó el cuerpo solo y abandonado después de todo…
………………
Pasado 3 meses después de lo sucedido había llegado el gran día de la caballería, el príncipe pasó un buen rato, luego con su armadura dorada entra lentamente por la puerta real mientras su padre desesperado se encuentra en el trono esperándolo para la coronación.
Su padre lo nombra fiel caballero del ejército del reino de “Norab”. Luego de que unos hombres formales le quitaran la armadura, el rey le pone la capa real, el príncipe esta apunto de ser coronado, su padre dando las ultimas palabras extiende sus manos con la corona para ponerla sobre la cabeza de pedro. Pero en este mismo instante llegan unos bandidos todos vestidos de negro para arruinar el día y además con la intención de ¿Quién sabe que?