Solo, fuera de la oficina del director, Harry Styles agarraba el mostrador de su cómoda un poco inclinado hacia adelante, mientras se esforzaba por respirar. Su excitación nunca había estado fuera de control. El sudor corría en su piel al lado de su cara recordando la escena que acababa de dejar.
_________ Cooper. Su hermoso oscuro cabello, ojos marrones de secretaria. Sus curvas jugosas siempre lo habían tentado. Y ella había venido aquí para ser castigada. Sabía por su archivo que esta era su primera vez aquí y sus reacciones confirmaron que no era algo que había hecho hasta ahora. Oh... Ella era una sumisa de cuna. Eso era evidente. Algunos incluso la podrían llamar una puta para el dolor. Él no lo haría. Fue simplemente hermoso y sería perfecta a sus inclinaciones.
Harry no seguía todas las reglas del BDSM: Cadenas, cuero, pinzas, la negación del placer, él podía dar o tomar…él simplemente no les hacía caso…, pero a la hora de con un látigo, con una paleta, azotes o latigazos en un trasero delicioso, no había nada mejor. Le gustaba estar a cargo y le gustaba dominar. Principalmente, se enamoró de la pasión de una mujer que grita con el dolor momentáneo de su disciplina, era un placer tan divino que era adicto sin remedio.
La dulce _________ llorando casi lo llevó a rasgarse el pantalón y quiso joderla hasta que no se pudiera mover. Pero ahora no era el momento ni el lugar. Ella había ido a El Calabozo por esto, las mujeres no podían joder aquí. Esto era similar a la prostitución para su gusto.
Ahora, si él y _________ hubieran venido aquí y hubieran alquilado una habitación de juegos... Sería otra historia. Harry se quitó el cuello de sacerdote que lo estaba ahogando y prometió que en un futuro próximo vendrían aquí juntos y él le mostraría todos los placeres que ofrecía El Calabozo.
Se sentó y se quejó del dolor por la presión que hacían sus pantalones a su pene. Y no fue suficiente presión. Tenía que salir de la habitación rápidamente antes de que ella viera la gran erección en sus pantalones. Él estaba tan duro que le costó ponerse sus pantalones.
—Oye, viejo.
Harry levantó la vista para ver a su mejor amigo Louis.
Como de costumbre el hombre parecía que había peinando su cabello castaño con un batidor de huevos, pero esto no impedía que las mujeres lo desearan. De hecho, el nivel de atracción era más cuando se enteraban que era dueño del Calabozo. Pobre tipo. En realidad no le gustaba eso. Era muy difícil para él encontrar una mujer que significara algo para él.
—¿Estás bien? —Louis preguntó cuando Harry le lanzó una mirada indecisa— Estás pálido y febril.
—Estoy bien. No estoy enfermo.
—¿Sesión difícil?
-—Sí, se puede decir... La conozco, ella no sabe quién soy.
Enmascarados o no, él sabía que era ________ al instante. Se pregunta si debería sentirse insultado porque no lo hubiera reconocido. Cuando ella se inclinó sobre el banco de azotes, el tatuaje en su espalda había revelado su identidad. De vez en cuando, había visto el ala entrelazada con hojas de hiedra y el celta cuando se le subía la camisa mientras ella archivada los documentos. Ambos eran femeninos y distintivos. Nunca había visto nada igual. No cabía duda de quién era el tatuaje.
—Y tú la deseas...
—Wow, eres psíquico. —Él suspiró— Lo siento hombre. Sí, lo hago. Lo he hecho por mucho tiempo. ¿Podrías?... ¿Me puede decir si ella volverá otra vez?
—Por supuesto. Eres uno de los mejores. Te lo diré cada vez que ella…. ya sabes, todo el tiempo que tú sigas actuando. Sé que tienes un trabajo de tiempo completo en el "mundo real."
Harry se echó a reír cuando Louis puso comillas en el "mundo real". Él trataba con un montón de m.ierda en el club, pero la gente le gustaba mucho cuando hacia latir al negocio.
—El mundo real puede ser aburrido. —Respondió haciendo énfasis con los dedos a su amigo— Las mujeres no me dejan acercarme para abofetearlas.
Ahora tenía una idea del lunes, _________ iba a cumplir con sus rodillas dobladas, sobre su escritorio y por último con su pene. Si a ella le gustaba su culo caliente definitivamente él se presentaba como voluntario para el trabajo y no iba aceptar un no por respuesta. Ella era suya.
_________ se revolvió inquieta en la silla, deseando aun poder sentir el aguijón dulce que había experimentado la noche del viernes y todo el sábado. Llegado el domingo, sólo había un vago rastro del dolor por la mañana, pero había ido a almorzar y se perdió. Dios mío, ¿qué estaba mal con ella?
Valientemente, se arrastró hasta su trabajo, haciendo los informes semanales para su jefe, Harry Styles, atendiendo a todo lo que él necesitara durante todo el día. Harry, que era el vicepresidente de publicidad de la pequeña empresa donde trabajaban, parecía raro aquel día. De hecho, el Señor Inaccesible, como muchas veces pensaban de él, no estaba actuando tan inaccesible como era su costumbre.
—_________, ¿puedes venir aquí? —Él la llamó por la puerta abierta de su oficina faltando un minuto para las cinco. Ella puso los ojos en blanco. Claro, él quería verla justo a la hora de salir. Bueno, no era como si tuviese grandes planes. No había nada más allá de una película, un baño de espuma, y su novio a pilas en el orden del día.
Colocó el bolso en el cajón del escritorio y apagó la luz de su mesa. Harry estaba de pie cerca de la puerta cuando ella entró en su oficina. Miró hacia él confusa. Una extraña tensión parecía sobrevolar a través de la sala, uniéndolo a su comportamiento poco común de hoy, ella se preguntaba si estaba a punto de ser despedida. O tal vez, él iba a ser trasladado, y esperó hasta ahora para contárselo.
Inquieta con la visión de su mesa limpia, que generalmente estaba llena de pilas de papeles, ella decidió que lo segundo sería lo correcto. Entonces ¿por qué estaba tan tenso ahora? Tenía miedo que de que ella fuera despedida. Él tenía reputación de ser un demonio para trabajar, pero en realidad, a ella le gustaba su dominio. Él nunca fue serio. Él era solo… demandante. Y exigente.
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Editado: 22.09.2022