—No voy a casarme– dijo Loki por millonésima vez ese día, pero nadie parecía prestarle atención.
—¿Por qué no en la playa?– dijo Wanda.
—No lo creo el Cap no es del tipo de una boda en la playa– decía Hill.
—Creo que algo discreto– dijo Natasha.
—Pero por supuesto que no– dijo Tony —Es el Capitán América quien se casa. En cuanto la prensa se entere...
—No creo que sea conveniente que la prensa lo sepa.– dijo Pepper.
—Suerte con eso. Además, alguien se ha puesto a pensar en aquella agente rubia odiosa, sobrina de Peggy.
María, Nat y Wanda parecían claramente incomodas y eso si llamo la atención del Dios del Engaño, que sintió una pequeña y efímera molestia en el vientre. Tanto estrés en su cuerpo no era bueno para su bebé. Pero no podía dejar de pensar en las cosas que Steve podría estar haciendo fuera de la torre... Antes no lo hubiera pensado, pero dado el actual comportamiento, lujurioso y posesivo que tenía con él.
Quiso apartar esas ideas de su mente, después de todo, no sentía nada más allá que atracción física por ese idiota. En cuanto su hijo naciera, se le pasaría, todo era debido a su maldito reloj biológico que lo obligaba a buscar tener un bebé. Eso era todo.
—Sharon está enamorada de Rogers– dijo Tony mirando a Loki.
—Ella debe entender que Steve ahora está obligado a estar con Lo...– Wanda se quedó callada cuando un frío crudo se sintió en el lugar.
Todos miraron a Loki que era el epicentro del frío.
—Escúchenme bien. NO VOY A CASARME CON NADIE. NO HAY NADA ENTRE ROGERS Y YO Y SI CUALQUIER TIPEJA QUIERE QUEDARSELO POR MI ESTA PERFECTO. ES MÁS, YO MISMO SE LO EMPACO DE REGALO. Espero haber sido lo suficientemente claro.
Salió del salón airadamente, pero se sentía mal. Las punzadas en su vientre seguían allí y las malditas hormonas lo estaban desquiciando. Su hijo no era ningún grillete en el cuello de Steve Rogers, no lo necesitaba para nada. Era poderoso, arrebatadoramente atractivo, rico... oh claro muy rico. La fortuna que heredó de sus padres, era tremenda, un planeta lleno de ese metal brillante y dorado que los midgardianos valoraban tanto, montañas repletas de diamantes que en su mundo no eran nada, aquí en Midgard eran muy costosas. Preciosas las llamaba Stark. Piedras preciosas... o algo así.
Así que aun en su exilio, podía conjurar todo eso que en Jotunheim no era más que basura y criar a su hijo sin problema alguno. Así que ese maldito héroe de pacotilla podía irse a...
De nuevo el dolor en su vientre le golpeó con más fuerza y perdió el sentido.
La ansiedad lo carcomía, no podía solo estar allí sentado sin noticias de Loki y su hijo. De ninguna manera iba a perderlos. ¿Y si había sido su culpa? Tal vez fue muy rudo con Loki... pero es que no podía evitarlo. Tan solo tenerlo cerca, cuando su aroma inundaba sus fosas nasales, estaba perdido. Quería follárselo y besarlo y comérselo a besos y morderlo, marcarlo y que nadie más lo viera... Bueno, en síntesis, lo quería tener solo para él.
Y no era que esta obsesión le hubiera brotado de la noche a la mañana, desde que Loki intentó matarlos algo raro le pasó, desde que esos ojos verdes lo habían mirado esa sensación de que le pertenecía se le quedó grabada. Trato de sacársela desde luego, con Sharon, mirando a Tony más de lo políticamente correcto. Pero era imposible. Pero cuando lo entregaron a su cuidado, los ojos y cuerpo de Loki lo perseguían en sueños. Un día, sencillamente sucumbió a sus más bajos deseos.
No estaba arrepentido, prueba de ello era su hijo. Quería al bebé. Lo amaba era su hijo. Pero su llegada le daba el motivo perfecto para tener para siempre a Loki.
Cuando el Doctor Banner salió el rubio se puso de pie como un resorte.
—¿Como esta?
—Bien. Está estable en estos momentos, pero...
—¿Pero qué?– intervino Thor.
—Recomiendo que esté en cama por unos días, solo para estar seguro de que no hay riesgo de perder al bebé.
—¿Puedo verlo?– preguntó Thor ganándose una mirada molesta de Steve.
—Desde luego.– el rubio Dios se adelantó, mientras Banner interceptaba al Capitán.
—Steve. Loki no quiere verte. En este momento es muy importante que esté tranquilo y no haya nada que lo altere. Aún está muy fresco lo que dijeron hace rato y aunque no fue tu culpa...
—¿Que le dijeron?
Banner se rasco la nuca. No sabía cómo iba a reaccionar el Capitán.
—JARVIS– llamo el rubio a la I.A. —Muéstrame los videos de esta tarde, por favor.
Jarvis obedeció y en ese momento estaba tan furioso, tanto con Tony como con Wanda y los demás de añadidura. No era posible tanta estupidez.
Con rapidez reunió a todos los involucrados de esa conversación y a todos los miembros del equipo. Todos esperaban lo que sea que haya sido tan importante que el rubio no pudo esperar hasta una hora más normal, puesto que eran las 4 de la mañana. Todos excepto Tony que sabía ya que Jarvis le informó de inmediato que el Capitán había solicitado ver los videos de esa tarde.
—¿Y bien? ¿Qué ocurre?– preguntó Fury.
—Los hice venir por un motivo en particular.– Steve se veía tan tranquilo, pero Tony estaba tenso, esa paz no le gustaba —Hoy mismo quería dejar en claro una cosa muy importante. Voy a casarme con Loki, porque lo quiero que esté esperando un hijo mío es un plus.