Resiliencia

Capítulo 28. Celos

Alejandro

Los planos del centro empresarial descansan sobre la mesa de trabajo, hago una ultima revisión junto a uno de los trabajadores y damos los últimos toques a nuestra propuesta hasta quedar totalmente satisfechos. 

Escribo a Victoria para avisarle que voy rumbo al bar y palpo con mi mano la pequeña caja que reposa en el bolsillo de mi pantalón. No soy  perfecto, ni un dechado de virtudes, pero  soy un hombre honesto y a pesar de mi orgullo y de mi terquedad soy lo suficientemente humilde e inteligente para reconocer mis errores, si no estas dispuesto a revaluarte y cambiar te niegas a aprender de tus fallos.

No estoy dispuesto a perder a  Victoria, ya una vez perdí a Fiorella y tal como ella me advirtió  no muchos cuentan con la suerte de toparse dos veces con  el amor. Ni siquiera el éxito internacional puede equipararse a dicho sentimiento. No soy tonto y es obvio que la invitación de Julieth puede ser una excusa de ella para acercarse a  mi, por eso fui muy  claro con Julieth y decidí dejar en manos de Victoria si me postulaba o no, pero con la condición de que si era elegido viajaría a Australia conmigo.

No deseo alternar entre Victoria y otras mujeres, Julieth es muy hermosa pero no soy un hombre inestable, que en pro de reforzar mi masculinidad necesito  andar con varias mujeres ni tampoco un hombre débil que  sucumbe ante ante cualquier escote o un par de piernas.

El flirteo de Julieth ha sido una constante y ha tratado de hacerme varias encerrona pero  desprecio la traición mas aún  cuando la sufrí en carne propia y sé  todo el dolor que causa, por ello no estoy dispuesto a caer en sus intentos de seducción.

Mi noviazgo con Victoria va viento en popa y aunque al principio tuve miedo de fallarle cuidar de ella me llena de satisfacción, además de que tengo el apoyo y la asesoría de Julián. 
Al llegar al bar busco a Victoria, después de varios minutos de búsqueda desisto y uno de sus empleados me informa que está en su oficina, me dirijo a la parte trasera del bar cuando escucho un quejido y hallo a Victoria semirecostada en un sofá y a Sergio con el rostro muy cerca de ella, al verlos juntos siento la sangre hervir y no puedo soltar mi enojo con un “siento interrumpirlos” y salir azotando la puerta. Cruzo el bar rápidamente dispuesto a no ceder ante el enojo para evitar devolverme y darle una lección a ese par. Siento pasos detrás de mi pero no detengo mi marcha hasta que escucho a Victoria gritar mi nombre.

—¿Qué  quieres,  Victoria?, decirme que miré  mal y es un malentendido —espeto enojado— o que sorpresivamente te acabas de dar cuenta que amas a tu ex.

—Me dió un mareo, seguramente, fue un bajón de azúcar  y Sergio solo me ayudó a recostarme en el sofá.

—¿En serio, piensas que voy a creer una excusa tan trillada? —pregunto con sarcasmo.

—Sí, porque me conoces, sabes que no sería capaz.

—Eso pensé de Fiorella  y terminó engañandome con otro hombre  y convirtiéndome en el hazmerreir al casarse al poco tiempo él. 

—No soy Fiorella y creí que habían arreglado sus diferencias.

—Comprender sus razones y reconocer que yo también contribui al fin de nuestra relación no borra el dolor y las cicatrices que deja la infidelidad. 

—Lo sé  y por eso tienes que creerme, te juro que no miento.

—Mejor hablamos mañana cuando tenga la cabeza despejada, no quiero decir algo de lo que pueda arrepentirme después  —camino hacia mí coche, lo abordó y salgo disparado rápidamente,  necesito colocar la mayor distancia entre Victoria y yo con la mente llena de recuerdos dolorosos y el peso de la caja que aún reposa en mi bolsillo.

El trayecto a casa se me hace largo y en cuanto aparco entro en busca del minibar pero desisto, el licor no es un buen  consejero, me siento en la oscuridad y luego de un par de horas repasando las palabras y expresiones del rostro de Victoria decido irme a dormir. Horas después siento el ruido lejano de un timbre hasta que mi somnoliento cerebro deduce que alguien toca mi puerta, sopeso no levantarme y seguir tirado en la cama, pero el insistente sonar del timbre hace que me levante. Abro la puerta y me encuentro a una molesta Victoria. El enojo plasmado en su rostro.

—Vine a hablar y me vas escuchar.

—Estoy muy ocupado, Victoria.

—Lastima, porque no voy a marcharme hasta que me escuches.

—Sigue —me aparto a un lado de la puerta y la dejo pasar, Victoria camina hacia la sala y toma asiento en uno de los sillones.

—No vine a implorar tu perdón, porque no te he fallado, ni vengo a rogar que me creas, las cosas sucedieron tal como te las conté ayer, Sergio vino al bar a a pedirme que reconsiderara mi decisión y regresara con él, le dije que era imposible porque estaba enamorada de ti, en medio de nuestra conversación sufrí un bajón de azúcar y perdí  el equilibrio, si me crees o no es problema tuyo, he pasado por mucho Alejandro y lastimosamente amar a los hombres lo único que  me ha traído es un corazón roto, pensé que contigo sería diferente pero me has demostrado que no estás a la altura igual que ellos, pero si en el pasado me dejé  destrozar por la traición esta vez no me hundire por ti, me cansé de que me asignen el papel de la bruja mala, de la villana de la historia y de guardar silencio mientras los demás juegan a ser víctimas. No soy responsable de la  muerte de Erick, de Camila y su bebe, no soy responsable de la cobardía de Sergio, ni  de las heridas que cargues aún  por la infidelidad de Fiorella, tú  falta de fé en mí define tus miedos, no la mujer que soy. Te amo pero te olvidaré y pasaras a ser solo un escollo en el camino, llevo años regodeandome en el dolor sin entender que cada batalla te hace mas fuerte o te amilana y el resultado no depende de las situaciones adversas que vives sino de la actitud con que las asumes, los gigantes pueden caer fácilmente en las manos de un jovencito si deja que Dios pelee por él y deja de desgastarse en escuchar las voces que le señalan. No necesito tu aprobación ni la de los demás. Soy libre, los presos son otros. Adiós, Alejandro. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.