4. Pégale con la silla
Joshua
Sin ver a Clary salí corriendo en dirección de los gritos. Las peleas en el colegio eran poco comunes, pero quienes las habían presenciado juraban que eran entretenidas. En la mayoría de los casos no me hubiera interesado en asistir a ese ridículo espectáculo, pero en momentos así cualquier pretexto era bueno para alejarme de las gradas.
Llegué a la parte trasera del auditorio, era el único punto ciego de las cámaras de seguridad. No podía ver nada gracias a que había mucha gente frente a mí.
«Demonios, desearía ser más alto. O mínimo que la gente sea más pequeña».
Logré subirme a un bote de pintura que se encontraba cerca, me concentré en la pelea de insultos que ocurría entre Elizabeth, la capitana de las porristas, y Diane, la mejor amiga de Clary. No las conocía y no estaba interesado en hacerlo, pero una pequeña parte de mí me decía que les lanzara un libro a la cara si el motivo de la pelea era alguno de los jugadores del equipo de fútbol.
—¿Así que piensas dejar el equipo? ¿Hay algo que hagas bien? —río Elizabeth mirando despectivamente a Diane —. Exacto, no hay nada en lo que seas mejor que yo.
No entendía de lo que hablaban.
Diane la miró haciendo una mueca de superioridad, —Bueno, es que tus únicas actividades destacables son molestar chicas, coquetear hasta perder la dignidad y llorar cuando tus caprichos no se cumplen, tampoco es como que me interese ser
mejor que tú. —La rubia levantó los brazos en señal de victoria, giró su rostro para buscar a sus amigos entre la multitud.
Debo admitirlo, esa respuesta fue muy buena.
A lo lejos vi a Polo, Nathan y Andrew peleándose entre ellos. Lucían preocupados, los tres le hacían señas a su amiga para que fuera con ellos y se evitara problemas.
Me pareció patético como ninguno de los tres eran capaces de hacer algo coherente, eso confirmaba mi teoría de que eran tontos, y el más tonto era Polo.
—Lo dice la que llora cuando su mami le grita.
—¡Elizabeth no! —gritó Andrew con enojo al escuchar eso —.No te atrevas.
—Pero es la verdad, aquí todos sabemos que Ayleen es una pequeña que no soporta los gritos de su madre. —Se llevó una mano al pecho fingiendo lastima —.Es verdad, ni su madre la quiso y por eso la regaló con su madrina. —Lo último lo dijo con un falso tono de pena al mismo tiempo que miraba a Diane —.¿Por qué no les cuentas a todos lo que me dijiste el día en que te encontré llorando en la primaria? Estoy segura de que a todos les interesa saber cómo tus padres te dejaron con tu madrina y nunca volvieron por ti.
Un par de lágrimas escaparon de los ojos de Diane. Sin aviso previó la rubia le soltó un puñetazo a la cara de la chica cuyo delineado a veces llegaba a hacerla lucir como un mapache.
Todos los presentes soltaron un “uh” de fondo.
Los tres idiotas se miraron sorprendidos y enojados, me divertía ver a esos tres chicos peleando como si fueran unas neuronas viendo quien tomaba el mando.
Vi a Clary llegar preocupada, supongo que los gritos le hicieron saber que su amiga se encontraba involucrada en el pleito; Se acercó a donde sus tres tontos se estaban peleando, me imaginé que les estaba preguntando por lo sucedido. Cuando mi atención regresó a la pelea vi como de alguna forma Diane ya se encontraba sobre Elizabeth; Ambas gritaban pero solo una golpeaba, y la chica que iba ganando era la azabache.
Una de las amigas de la agresiva chica no dudaron en darle unas cuantas patadas a Diane disimuladamente.
Vi a Clary darle un zape a Polo y Andrew, se quitó el suéter del uniforme y se subió las medias. Sin llamar la atención se metió a la pelea, levantó su brazo para darle un golpe a Carolina, una de las chicas que estaba pateando a Diane.
—Idiota, te va a doler la… —un grito de ella interrumpió mi susurro —mano —.Aparentemente a la tonta de mi ex mejor amiga olvidó que no podía usar su mano derecha, si no era capaz de soportar el dolor de levantar su mochila, dudo que pudiera soportar darle un puñetazo a alguien en la cara.
Carolina empezó a rasguñar el rostro de Clary.
—¡Ganale a la oxigenada! —gritó Polo tratando de... ¿Animar a Clary?
Por Dios, ¿por qué ninguno de los tres se metían a detener la pelea? Me preocupaba la mano de Clary, a decir verdad me preocupaba toda ella. Me gustaría ser como uno de sus amigos y tener el valor de actuar ante situaciones así.
»¿Qué dices David? Hace unos segundos disfrutabas hacerla enojar y ahora te preocupa, ¡Qué rápido cambian tus emociones!«. Comenzaba a preocuparme que mi conciencia tomara la voz de mi mejor amigo, Jonathan.
La distracción que ese grito provocó les dio ventaja a Carolina y Elizabeth.
Todos los chismosos trataban de grabar en silencio para evitar llamar la atención de algún maestro.
Pude ver como un orangután se dirigía a donde Clary se encontraba tirada, el novio de la chica que le había rasguñado la nariz no se veía muy contento de que "su chica" no fuera respetada por cinco de los chicos más importantes del Casto College.
—Supongo que Emilio le destrozará el rostro a King —se burló un chico a mi lado —.Las peleas de chicas son demasiado geniales —le dijo a su amigo.
Lo miré de mala gana. —¿Sabes que lo más probable es que las involucradas reciban un castigo? —comenté con desagrado —.No le veo lo genial, sin contar que más de una terminará herida.