Querido desconocido, no alcanzaste el cielo.
Quítate del medio, no mereces mis miedos.
Traza una línea entre los que te desprecian, mientras yo levanto vuelo.
Porque sólo me mantengo fuerte y cosecho, no todo se trata de riego.
Tan sólo brilla, despeja el cielo de tu mente.
No flotes, tan sólo vuela, enciende un vela, quema una pena.
Vuela hacia donde lo oscuro no supere tu energía.
Vuela hacia donde abunden las alegrías y perezcan las agonías.
Se mantiene flotando en el aire, mientras no piensa en alcanzar el cielo.
Ya te dije, querido, el cielo nunca tuvo techo, pero no pudiste verlo.
Ni siquiera cuando me quemo, son escasas las tristezas que siento.
No me perturba ningún sentimiento, sólo la bondad que traigo en el pecho.
Mi alma se niega a seguir viviendo de anhelos.
Quiere vivir sembrando desprecios, cosechar respeto nunca se ha hecho.
Siempre vivió temblando en acecho por cosas de un karma que lo ha deshecho.
Ahora se queda llorando en silencio, pagando por pecados que él mismo encontró en su sendero.
Mi pecho se infla en deseo, buscando un anhelo que sea verdadero.
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Editado: 01.11.2020