Rey Malvado

CAPITULO 3 LOCO, LOCO, LOCO

Los sueños jamás son para las personas pobres

Porque la realidad es demasiado aplastante

Ramsés termino la última sección esa tarde y fue a su oficina con la intención de enviar de regreso el portafolio de la chica que había osado desafiarlo y aun no se lo podía creer.

Era cierto que ni siquiera lo había abierto, así que ella tenía razón, la había juzgado y desechado sin ver su trabajo demostrando de su parte una total falta de etica profesional.

Tomo el portafolio y se fue a sentar en el sofá que estaba al frente de su escritorio y empezó a hojear el trabajo de aquella chica sin filtro, tan delgada y pálida siendo lo primero que capto su atención, no dudaba que se había quitado el pan de la boca para costear aquel portafolio y sería un malnacido completo si no lo entendiera.

Algunas de las fotos eran de paisajes, lugares turísticos de Milán pero la mayor parte de las fotos eran de personas y lo que más llamo su atención fue ver reflejada la pobreza extrema, en indigentes, niños de la calle y personas en cuyos ojos se podía notar el dolor, la soledad, la amargura de corazón que el tanto conocía, porque era quizás su propio reflejo.

"La miseria humana" era su tema, sus modelos, personas reales, y de nuevo se preguntó si era tan inocente como para imaginar que un estudio fotográfico contrataría a una persona sin experiencia.

Sin embargo podía ver estas fotos en una exposición en alguna galería porque esto contaba una historia y esa historia a él le tocaba de manera muy cercana y le afectaba.

Cerro el portafolio y siguió pensando que había tomado la decisión correcta, su mundo y el de esta chica parecía convergen en un punto oscuro y más valía no permitir que se cruzaran.

Horas despues ya despuntando la noche salio del estudio para irse y cuando estaba por entrar en su auto cuando recibió la llamada de Alessandro

- Es cierto que la rechazaste sin ver siquiera su portafolio-cuestiono de inmedia Alessandro.

- Ya lo vi, y sigo manteniendo mi decisión-bufo con fastidio Ramses.

Alessandro era su mejor amigo, casi un hermano pero su corazón generoso contrastaba con su oscuridad porque él creía que él podía tener derecho a la redención pero estaba tan equivocado.

-  No es buena, deja de enviarme tus obras de caridad, esa niña lo que necesita es ir a un centro de recuperación nutricional. ¿la has visto? Mis modelos están más llenas que ella, y su color es de una muerta.

Si otra persona que no fuera Alessaandro lo hubiera escuchado lo tacharia de ser el hombre mas insensible y cruel del mundo, pero conociendolo mas profundamente sabia que era parte de una fachada para protegerse el mismo de esos sentimientos que poseia y que insistia en no dejarlos gobernar su vida.

- Así que notaste lo delgada que esta-apunto Alessandro en tono empatico - ciertamente esta desnutrida y no es porque como las modelos que conoces sea anoréxica, te has puesto a pensar que en este mundo hay gente pobre que a veces si acaso se lleva un plato de comida a la boca, esa chica sin embargo así como su amiga son un ejemplo de desear superarse, Fiorella tiene un empleo a tiempo completo en una librería y por las noches estudio becada y tú eres tan egoísta que...-se detuvo tratando de dominar su enojo pero termino agregando con toda intencion- maldición Ramsés tu menos que nadie debería entenderlo.

Sin duda su amigo toco una parte de el muy sensible y quizás si no fuera Alessandro lo hubiera mandado de inmediato a la mierda pero él siempre era la voz de su conciencia y quien no tenía miedo de cantarle sus verdades en su cara sin temor y el agradecía su sinceridad y su amistad verdadera.

Dejo escapar un suspiro frustrado y señalo:

- Vi sus fotografías, son algunas buenas, pero no perfectas, tiene que aprender más sobre proyección, ángulo, la luz, en fin aún tiene potencial pero que necesita explotar mas, pero no seré yo quien le enseñe, definitivamente.

- Ramsés...-insistio Alessandro sumamente molesto con la testarudez y negativa de su amigo de ayudar a Fiorella.

Sin embargo Ramses tenia muy claro su desicion y categorigo puntualizo:

-  Alessandro nada de lo que digas me hará cambiar de opinión.

Del otro lado de la línea Alessandro decidió no insistir, conocía a su amigo y cuando decía que no, era no, ya el vería la forma de ayudar a esa chica.

- Okey, cambiando de tema ¿vienes a comer en casa?

- Pregunto ¿estará Pellina?-pregunto en tono molesto abriendo la portezuela de su auto y entrando en el auto.

- Ramsés...

Ramsés y Pellina simplemente eran como el Agua y el aceite, porque ambos tenían sus personalidades muy definidas. Pellina era muy diva y Ramsés odiaba a las divas.

- Dejémoslo para otro día, tengo un compromiso-descarto poniendo en marcha el auto.

- Está bien hombre misterioso, no insistiré y cuídate amigo enserio- no podía faltar su consejo.

Alessandro que conocía su mundo oscuro, siempre como su amigo estaría allí pendiente de él, hacía mucho había aceptado que no podría cambiar muchas cosas pero sin embargo seguía estando presente en su vida y no renunciaria a la esperanza que Ramses podia salvarse de su mundo oscuro.

 

Esa noche al llegar a su lujosa casa Ramses decidió que se quedaría.

Se bajo del coche y entro en la casa pensando que por esta noche no buscaría una vía de escape, que más que un escape representaba verse de cara con la muerte.

Subió a su habitación y se desvistió entrando al baño se dio un rápido duchazo y el recuerdo de unos ojos color miel vinieron a su mente y le hizo experimentar un sentimiento diferente.

Al salir del baño, con una toalla andada a la cintura y el cabello escurriendo agua, decidió realizar una llamada de la cual ya estaba casi seguro que se arrepentiría.



#18162 en Novela romántica

En el texto hay: jefe, asistente, ogros

Editado: 28.11.2022

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