Antes de que comiencen a leer quiero decirles que este es un capítulo especial. Pues es la primera y última vez que Rhydian narrará un capítulo. Sin más que decir... disfrútenlo.
—No me ignores, no me ignores— grito la señora Alonzo tratando de llamar la atención de su marido, quien le daba la espalda fingiendo buscar las llaves del auto.
—¡Deja De gritarme, mujer! Yo soy el único aquí que puede gritar. Me paso la vida trabajando para mantener a un pendejo que seguro ni es mío y a la perra de su mamá.
—Ah, ahora resulta que yo soy la mala. ¿Pues si tanto nos odias por qué mierda no te vas y nos dejas solos? adelante, lárgate— la señora comenzó a lanzarle cosas al extraño hombre hasta que este salió de la casa azotando la puerta, permitiendo que la señora pudiera llorar en paz recargada a la pared.
—Odio los gritos— la voz del pequeño Tommy me hizo volver a su habitación. El pequeño abrazaba con fuerza a su raro juguete mutante que aprecia un oso pero yo estaba seguro de que no lo era.
—También yo— escribí en su pequeña pinzará usando mi magia para que Tommy lo viera.
—¿Tus padres fantasmas se gritaban mucho?— preguntó con inocencia esperando mi respuesta en el pisaron.
—Si, un poco— respondí —Pero no hablamos de eso ¿Qué quieres hacer, soñador?
—¿Puedes hacer feliz a mi mamá esta vez?— su petición me tomó por sorpresa.
—Claro que puedo, pero tal vez no dure mucho— respondí —Sígueme— usando toda mi concentración y una gran cantidad de poder logré crear a un clon visible el cual era como un reflejo mío, lo que yo hacía el también lo hacía. Así Tommy podría "verme" por unos minutos y lograría guiarlo hasta la sala.
Use mi magia para crear una ilusión en la mente de la mamá de Tommy. Estaría en su hogar Perfecto, con su marido Perfecto, viviendo que sueño que anhelaba tener cuando se casó. La ilusión no duraría más de dos horas, pero era lo único que podía hacer por ellos. La señora dejó de llorar, tranquilizando a Tommy, quien decidió ver caricaturas en la sala tranquilamente.
Le preparé un bocadillo y advirtiéndole que su mamá estaría confundida después de que la magia se fuera, tuve que dejarlo solo en esa casa para volver con Lily, pues temía que su extraño mal humor la obligara a hacer locuras antes de la cena de su padre.
Pero ni siquiera pude pasar la puerta, pues un horrendo recuerdo se apoderó de mi cabeza transportándome al pasado.
Eso ya me había pasado, desde que la sombra Emyr me había devuelto todos mis recuerdos, estos se apoderaban de mi, torturándome de una extraña manera, pues era como volver a vivirlo en carne y hueso, y lo peor, nadie escuchaba mis gritos, pues nadie en La Ciudad
podía verme o escucharme.
Por suerte para mi, el recuerdo que se iba formando no era tan terrible, pues Peth no estaba en ese.
Regresé a ese triste pueblo en el que intentė arreglar mi vida en el pasado.
Me encontraba en un pequeño orfanato, me dedicaba a contarles cuentos a los niños, solo ara eso era bueno, y me encantaba ver sus sonrisas, sus risas, me gustaba saber que en medio de tanta oscuridad ellos seguían sonriendo, sin perder la tan Preciado inocencia.
—¡Smash!— grite dando una palmada asustando a los niños, quienes me ponían atención con alegría —El hombre trato de matar al molesto conejo parlante, pero nuestro extraño amigo se las arregló para aparecer lejos del lugar y gritarle a nuestro héroe "¡Amable campesino, tu enojo me ha ofendido, pero tú perseverancia me ha impresionado, así que te entregare la rama!"— eso hizo que varios niños celebraran en silencio.
—Lo siento, niños, se acabó el tiempo, tienen que ir a dormir— dijo la señora Escouri, la encargada del lugar, haciendo que los niños se quejaran, pero obedecieron de igual forma.
—Oiga, Escouri, ya llené los papeles— le mencioné a la señora al ver que se iba al otro piso junto con los niños —Y ya hablé con Emyr, quiero adoptarlo, señora— dije, aunque en realidad no sabía cómo funcionaba ese raro sistema.
—Estas muy emocionado por esto ¿No?— dijo tomando mi papeleo y sonriéndome —Bueno, creo que está todo en orden. Si quieres puedes venir mañana a sacarlo.
—¿Es Enserio? ¿Como voy a dormir?— dije con gran emoción.
—Rhydian, cálmate— me dijo —Vete a tu casa, y regresa mañana temprano— trato de correrme.
—Está bien, está bien— dije sonriendo con alegría antes de irme a mi casa.
Emyr era el nombre de un lindo Niño huérfano con el cual me había encariñado, pues era muy especial, estaba lleno de sueños y esperanzas que quería hacer realidad, igual que con Tommy actualmente, pero Emyr necesitaba mi ayuda, necesitaba una familia real, y yo quería ser esa familia real.
Terriblemente mis planes no salieron como yo esperaba.
Al siguiente día volví al orfanato con un peluche de lagarto, el animal favorito de Emyr, y una maleta nueva.
Vi salir al adorable pequeño lleno de emoción del edificio, me abrazo con fuerza.
—No me mentiste, no me mentiste— dijo con gran cariño, estaba tan feliz, tan emocionado que tuve que devolverle el abrazo.
—Yo nunca miento, Emy— dije antes de cargarlo —Ahora vamos, te compré una maleta, ahí pones tus cosas que tienes dejado de la cama y nos vamos de viaje ¿Te parece?
—Si, quiero ver las montañas— mencionó bajándose y agarrando la maleta, tenía tanta energía positiva que me llenaba de felicidad.
—Disculpe— me habló un hombre de traje, era muy pálido y estaba completamente serio —¿Rhydian Abbot?
—Desgraciadamente, así es— dije cuando mencionó mi apellido.
—Estoy de acuerdo— dijo antes de sacar un pergamino de la nada —Rhydian Abbot, fue acusado de traición contra el reino.
—¿Disculpe?— dijo muy confundido.
—Alguien lo denunció diciendo que lo vio fraternizando con Hater Black Soul y eso, es traición.
—No, eso no es verdad— aseguré —¿como voy a ser amigo del espectro asesino? Solo he escuchado sus historias, nunca lo he visto— traté de defenderme.