Riffs de Amor

Armonía

 

 

 

La adrenalina recorre el cuerpo de Liam al pisar el escenario. Los focos lo iluminan y el rugido del público lo hace sentir vivo. Busca con la mirada a Erik, el baterista, y le indica con un gesto que es el momento de que marque el inicio.

Los acordes de la guitarra retumban y Liam se sumerge en la música, dejándose llevar por la pasión del rock que lo consume.

Liam deja escapar la primera estrofa con una voz intensa y llena de pasión, capaz de evocar una amplia gama de emociones en aquellos que lo escuchan.

Cada frase que sale de sus labios es como una chispa de energía que ilumina el escenario. Sus devotas fans se encuentran en primera fila, gritando su adoración por el grupo.

De pie frente a ellas, Liam las saludó con un suave guiño. El sencillo pero dulce gesto de Liam fue visto como una señal de coqueteo, lo que provocó que soltaran un grito más fuerte, emocionando así a toda la banda.

Liam no solo era un vocalista talentoso, sino también un artista que transmitía su amor por la música a través de cada nota que tocaba. Por ende, casi terminando la presentación, notó como casi la mitad del público se había desconectado de la música en vivo.

Liam dio dos pasos atrás y miró a Diego, quien dirigía las guitarras. Él, desde su eléctrica, sabía qué estaba sucediendo. Liam solo se giraba cuando sentía vacío el escenario.
Diego alzó uno de sus hombros, indicando a Liam que con él no era lo que fuera que estuviera pasando. Erik estaba entregado en la batería, con el alma puesta en cada golpe, así que volvió su atención al público.

Las chicas se enloquecieron nuevamente al tenerle cerca. Más él sintió que definitivamente, algo faltaba.

Se agachó un poco, pasó su mano tocando la de las jóvenes y volvió junto a su banda.

Desprevenido, se inclinó a un costado de Emily, sintiendo la calidez del pequeño roce de su piel con la de ella, y la suavidad de su pelo con notas de vainilla.

En ese momento, Liam se sintió momentáneamente distraído por algo que no era la música, pero rápidamente retornó a concentrarse cuando el compás de la canción lo envolvió. Dirigió su mirada hacia la teclista y, acercándose a ella, comenzó a cantarle al oído. La cercanía le resultó cómoda y natural, y la energía de la música pareció fluir entre los dos.

Entrégame tus labios rotos, los quiero besar
Los quiero curar
Los voy a cuidar con todo mi amor. (ZOE.)

Escuchar en el eco de su interior, resonar la voz del cantante a su oído, fue suficiente para que la efímera Emily, regresara con sorpresa al momento presente.

El muy audaz, acertó el compás preciso de la canción para que ella despertara.

Emily era tranquila, pero no tonta, así que comprendía que Liam, había actuado calculadamente.

Lo había descifrado bien durante el tiempo que llevaba  compartido con la banda. Sabía que la pasión de este joven por la música, lo llevaba hacer cualquier cosa en el escenario por no dar un mal show.

Emily, lo observo con sorpresa, con sus ojos abiertos de par en par mientras su corazón latía con fuerza. Se dio cuenta de que por inercia y gracias a Dios, había continuado deslizando sus dedos sobre el teclado.

 

El vocalista en su cabeza no podía creer que quien estaba desconectada, fuese ella. Liam, la tenía como la más precisa de toda la banda, tanto, que era por la única que no se preocupaba si asistía a los ensayos o no.

Su técnica era precisa, lo que causaba una gran admiración en el cante hacia ella.

Liam se remontó a aquel día de audiciones, en el que buscaban al integrante que les faltaba. Después de una hora de conciertos mediocres, decidió girar su silla y cerrar los ojos, para así guiarse por el talento del intérprete, alejándose de cualquier distracción.

Fue entonces cuando una melodía hermosa y emotiva lo hizo abrir los ojos y girarse para descubrir quién la estaba tocando. Para su sorpresa, era una mujer, y no cualquier mujer, sino una que creaba sonidos celestiales con su teclado. Aunque en retrospectiva, no podía imaginar a nadie más que una mujer como ella, creando una melodía tan sublime.

Desde entonces Liam, consciente de la delicadeza de la situación, se esforzaba por mantener cierta distancia con Emily en comparación con sus compañeros de banda.

Temía que su presión pudiera abrumarla y alejarla de la banda, dejándolos sin la habilidad única que ella aportaba. Por ello, intentó no presionarla en exceso y esperaba que ella no se sintiera acosada en medio de cuatro músicos de rock.

Temía que la dulzura de Emily pudiera desaparecer en el tumulto y el ajetreo de la banda, por lo que prefería mantenerse cauto en su trato con ella.

 

La química entre Liam y Emily era palpable y la audiencia lo percibía, pues estos gritaban de emoción, suponiendo un romance entre el vocalista y la hermosa chica. Más desconocían lo que ocurría verdaderamente tras bastidores.

Liam sintió una extraña emoción en su cuerpo después de esa intensa mirada con Emily. Aunque sabía que no tenía tiempo para distracciones, se encontró girando la cabeza varias veces para buscar los ojos claros de la teclista y escuchar su dulce voz en armonía con la suya.




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