Aprendemos a andar al caer. Si no caemos, nunca aprenderemos a andar.
(Robert T. Kiyosaki)
En este mundo siempre hay un riesgo, algo que nos detiene, quizás algunos lo conozcan como miedo. Pero otros no le temen al riesgo de caer porque aprendieron que nunca lograrán nada sin atreverse a tomar un riesgo. Ella debía elegir entre arriesgar algo o mantenerse en lo seguro. De hecho, toda la vida había apostado a lo seguro. No obstante, ahora que su corazón palpitaba apresuradamente, cuando se quedaba sin mucho tiempo, y no sabía que pasaría en el siguiente paso.
No hay plan.
Ni miedo a caer en su mirada.
Estaba decidida a verlo una vez más...
Aunque eso significará el fin.
Aun así, arriesgaría todo por alguien que le importa. Esa persona que siempre se mantuvo motivándola a saber quién era, en un mundo donde solo conocía lo que llamaban una vida normal, ¿qué tiene de especial ser normal? Ella prefería la aventura, caerse y volver a levantarse. Después de todo, a pesar de que perdió a demasiadas personas como su madre, su amigo y sus recuerdos que recién recupero.
Podía decir con sinceridad que amo cada momento donde vivió como Ronnie, la hada escarlata junto a sus nuevas relaciones y aventuras, conoció el mundo oculto entre las llameantes flamas: el infierno. El resplandeciente amanecer, el mundo de las hadas y disfruto del mundo humano entre tristezas y felicidad. Estaba segura de que cada momento preciado era un recuerdo sobre quién era realmente...
Podía ser un ángel o un demonio, camuflarse en el mundo humano, disfruto del tiempo, las estaciones, sus emociones de sus aventuras y desafíos. Amo cada instante, no le importaba ya si era bueno o malo. Sin embargo, no lamentaba nada.
Ronnie camino apresurada por los pasillos de la academia donde inicio todo, sus memorias y sus sentimientos por la muerte de su madre, descontrolaron el poder guardado del linaje de hada escarlata. A su lado su compañero de clase que sabia muchas cosas sobre ambos mundos, un mundo oculto a los ojos de todos, pero aun así no era un secreto para el humano.
- ¿Qué se supone que eres?
- ¿Quién soy yo? Justo ahora se te ocurre preguntar eso -argumento contestando con otra pregunta evadiendo el tema, se percató la joven de melena como las llamas del fuego. No obstante, antes de salir del edificio manifestó-. Solo un humano, un ser como otro, nada en particular que contar.
¿Solo un humano? Esa respuesta confundía aún más a la joven que se cuestionaba sobre quien más sabría de que los cuentos y leyendas que circulan como rumores, podrían tener cierta parte de veracidad más que solo otra historia más inventada.
- ¿Y ahora cuál es el plan? -indago
-No hay plan - afirmó simple.
Miro a su alrededor cautelosa de aquel ser que había desaparecido junto a la niebla y planeaba destruirla. ¿Esa sería su destino? ¿Morir?
No lo aceptaba. No se rendiría, no moriría aun...
Quería vivir un poco más después de todo aún era tan joven para morir. Pensó en Evans, preguntándose qué desearía él, ¿luchaste para vivir hasta el último minuto o te rendiste?
Hasta el final, aseguro en su mente.
Mientras ellos pensaban en como hallar a los demás: a la bruja y el demonio, Emma y Ezequiel; el lobo, Will: la sombra, Camille; la humana, Addison; al brujo y a su amiga, Toby junto a Bella. Los necesitaba a todos para poder contactar con el único demonio con suficiente poder como para ayudar abrir un portal al limbo. Necesitaba contactar con Oliver Shill, el demonio más poderoso después de Charlie.
- ¿Entonces vas a tomar el riego de traer a ese demonio?
-El riesgo tiene un alto precio, pero es la única forma de conectar con el limbo -respondió fijándose en que lo que haría sonaba una locura, y así era, arriesgaba todo al traer a aquel demonio al mundo humano. Pero según el libro del humano con poder de un demonio, humano, bruja, lobo y de un hado podrían abrir el portal hacia el limbo.
-Es todo o nada -advirtió frunciendo el ceño al ver que en su mente olivada el rostro de alguien.
- ¿Qué ocurre?
- No recuerdo el rostro de Charlie, se camufla en las sombras, algo ocurre en el limbo. Justo ahora... ya no sé qué sucedió, lo conozco sé que es así. Sin embargo, su rostro de mi memoria acaba de desaparecer como si alguien borrara su existencia.
Ambos se miraron conociendo que solo existía un poder otorgado por los ángeles que borraba su existencia por completo, como si nunca estuviera vivo o nunca respiro entre los vivos: el poder del ángel de la muerte. Entonces, supieron al fin que ya había un nuevo ser denominado ángel de la muerte que buscaba el final de la existencia del hada escarlata.
-Es la única explicación, lógica
***
Al mismo tiempo que ellos rastreaban a la bruja y a los demás con un poder que aprendió, los otros buscaban como sanar la herida de Ezequiel y Camille que poco a poco desaparecía.
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Editado: 22.10.2021