Terminan de ver el museo a lo justo de tomar el autobús de vuelta, Rosi se sienta en el sillón cansada tanto física o mentalmente, está hecha polvo.
Lucas se coloca a su lado y no para de charlar, habla hasta por los codos. En el tiempo de ir hasta el barco se entera de la vida de ellos, se conocen desde pequeños, ya que viven muy cerca unos de otros. De que él tiene dos hermanas, una de cinco años y la otra de siete que le hacen la vida imposible. Que Julio ha roto con su novia y está deprimido, que los padres de Fernando se van a ir a trabajar a París y él se queda solo. Y que está muy contento de que Cris y Rosi estén juntos, que siempre ha estado loco por ella.
— Yo no estoy con Cris, él tiene novia, Leah creo que se llama— se sorprende de que Cris sienta algo por ella, no tenía ni idea, si apenas lo conoce, por eso dijo que nadie podía conocerla al estar colgada de Álex.
— ¿Leah? No, sólo son amigos— se sorprende Lucas.
Rosi vuelve la cabeza y mira a Cris, él la está observando para ver su reacción a las palabras de su amigo, avergonzada gira la cabeza al ver la forma en que la mira, otra cosa más de la que preocuparse.
—Hemos reservado el jacuzzi para las ocho, para relajarnos después de la caminata. ¿Os apuntáis?— les dice Fernando.
Un baño relajante en un jacuzzi es lo que Rosi necesita en este momento después de lo que ha pasado estos días, pero le da un poco de verguenza luego de conocer los sentimientos de Cris.
— También van a venir unas amigas— insiste Fernando al ver que Rosi duda.
— Si no quieres venir nadie te obliga— dice Cris molesto y se marcha.
Ella no entiende los cambios de humor de él de pronto es todo delicadeza y comprensión y en un chasquido de dedos, es como si no le importara nada o nadie.
— Vente Rosi, el agua estará caliente y la chicas que van a venir son muy simpáticas— me anima Lucas— Además a Cris no le vendría mal relajarse un rato lleva un tiempo que está insoportable.
— ¿A las ocho entonces?— cede Rosi por Cris.
Cuando llega a la habitación Cris se está duchando, aprovecha para hacer una llamada a sus padres para informarles que está bien, al terminar, él sale del baño. Rosi se pone colorada al verlo y baja la mirada.
— Me gustas Rosi— se acerca a ella y le levanta la barbilla para que lo mire— pero sé que no sientes lo mismo por mí, he esperado mucho tiempo, así que no me importa esperar más—la suelta.
—Cris, yo...— la calla poniendo su dedo índice en la boca.
— Te espero en el jacuzzi— se inclina y le da un fugaz beso en la comisura de los labios.
Rosi llega a la hora acordada y sólo está Cris y la encargada del jacuzzi.
— La reserva es para ocho personas— confirma la chica— ¿Los demás no van a venir?— pregunta.
— Se habrán retrasado por algo— dice Cris.
— La reserva es por una hora, ¿Por qué no entráis y aprovecháis el tiempo?— les aconseja.
— ¿Qué hacemos Rosi?— pregunta el chico tímidamente.
— Ya estamos perdiendo tiempo— contesta Rosi con una gran sonrisa en la cara.
El jacuzzi está al aire libre rodeado de velas encerradas en cajas transparentes para que la brisa no las apague, está al borde de la cubierta y se divisa el océano junto con las luces de la ciudad que van perdiéndose a la vez que el barco navega.
El agua está perfecta, ni demasiado fría ni demasiado caliente, se sientan cara a cara cada uno en un extremo.
—¿Quieres una?— le ofrece una copa de champagne de una botella.
— Uhmm— es la contestación de Rosi, está tan a gusto y relajada que hasta le cuesta hablar pero extiende la mano y la toma.
Las burbujas de la bebida le hacen cosquillas en la boca, la bebe tranquilamente saboreándola, cuando termina deja la copa y apoya la cabeza en el borde. Cris pulsa el botón y las burbujas empiezan a salir, Rosi se estira y su cuerpo flota mientras las burbujas lo recorren, él hace lo mismo y sus piernas se tocan, Cris tira de su tobillo y la atrae hacia él, ella no se resiste acabando sentada en sus rodillas, el retira de su cara un mechón de pelo y entreabre los labios acercándose a ella, entonces ella se separa de él con cara triste.
— Lo siento— dice Cris entre decepcionado y triste— me he dejado llevar.
Ella lo mira, su corazón late desbocado, desea besarlo, sentir sus labios, pero Álex aparece en su mente y el miedo y la desconfianza la hacen parar.
—¿Has preparado tú, ésto?—el lo niega con la cabeza.
—Imagino que nos han echo una encerrona, pero yo no sabía nada, seguro que después apareceran con una excusa de lo más increíble, apuesto por la que no ha sonado el despertador— intenta aligerar la situación y al ver la cara de Rosi se da cuenta ver que ha metido la pata.
— Nada de apuestas por un tiempo— le toma la mano por debajo del agua al ver que se siente mal por lo de la mención de una apuesta.
Al salir la brisa marina pone los vellos de punta a Rosi, Cris rápidamente la envuelve con su toalla y se la queda mirando, desea besarla con todo su alma.
— ¡Hola chicos!— Los amigos de él aparecen cuando ya han terminado de cambiarse, vienen acompañados de tres chicas.
— Lo sentimos— dice el parlanchín de Lucas— nos tumbamos un rato y el despertador no sonó.
Cris y Rosi sonríen con complicidad.
— ¿Qué os parece una batalla en el Láser Tag?— pregunta Yara una de las chicas, Rosi la conoce del instituto igual que a las otras dos jóvenes, Eva y Carol.
— ¿O ir al karaoke?— propone Lucas.
— Nooooo— decimos todos a la vez.
— Allí sólo van las familias y los que beben de más— apunta Eva.
— Entonces decidido— dice Julio— ¡A la guerraaaa!— pone el dedo cómo si fuera una pistola y hace cómo que nos dispara. Carol se lleva la mano al corazón cómo si le hubiera dado y le guiña un ojo.
— Paso, paso—corre hacia ella haciendo el tonto— necesita el boca a boca— Ella no se hecha para atrás y cuando llega a ella se agarra a él y lo besa en la boca. Parece que Julio va a olvidar pronto a su novia.
Editado: 07.12.2019