— ¿Pero él no estaba en Grecia con su madre?— desde que vió el nombre de Cris en el móvil su ordenado mundo que tanto le está costando conseguir se ha tambaleado.
— ¿De verdad no sabes que él está aquí desde el curso pasado?— Álex la mira incrédulo, no se puede creer que Rosi no haya visto a Cris por el campus en todo este tiempo y le extraña aún más que Estrella no se lo haya dicho a su mejor amiga.
— Que no, Álex, lo último que supe de él es que se había mudado a vivir con su madre— le contesta furiosa, no está enfadada con él, sino con ella misma al perder un año de su vida pensando en Cris y él todo el tiempo pasando de ella— Lo que sé seguro es que no voy a estudiar con él, mañana hablo con el profesor Menéndez y le pido que me cambie de tutor— Rosi da un trago a su refresco alterada.
— ¿Y si no se puede?— Álex intenta disimular el mal cuerpo que se le ha puesto al saber quién es el tutor de Rosi, hasta se le han quitado las ganas de comer.
— Si no puede ser, pues nada, ya buscaré una solución— encoje los hombros resignada pensando en la mala suerte que tiene, con todos los tutores que tiene que haber en el proyecto y le tiene que tocar él.
— Si quieres te ayudo con la asignatura— se ofrece.
— ¿Tu sabes de Matemáticas Financieras?— se sorprende Rosi.
— No, pero las matemáticas son todas parecidas, me dejas el temario y le doy un vistazo.
— Álex— pone su mano sobre la del chico que la tiene apoyada sobre la mesa— Te lo agradezco de corazón, de verdad, ¡Pero si has suspendido matemáticas desde que te conozco!— no puede evitar sonreír al recordar lo mal que se le dan los números, su intento de ayuda le produce ternura.
— No soy tan malo, ahora voy mucho mejor, si no le preguntaré a un amigo mío que está en tu carrera, Ernesto Manzano, ¿No lo conoces?— Rosi niega con la cabeza— Y sino buscaremos un profesor particular— Álex busca soluciones con tal de evitar que Cris y Rosi se vean otra vez.
— Voy a llamar al profesor— Rosi saca el teléfono del bolso impaciente— no voy a estar dándole vueltas hasta mañana, quiero zanjarlo ya.
— ¿Y qué le vas a decir?— la detiene el chico— Profesor, Cris se portó cómo un capullo conmigo y no quiero que me dé clases, gracias.
— ¿Y qué hago Álex?— le dice alterada— Dime, venga, dame una solución.
— Cómo última opción podrías estudiar con él— en su interior ruega para que eso no suceda, pero quiere lo mejor para Rosi y si tiene que ser con Cris que así sea, él no será quién lo impida.
— ¿Estás loco?— suelta la mano de Álex.
— Vamos, no seas tan melodramática— el chico sabe que lo que va a decir va a ir en contra de su relación, todo sea para ayudarla— Necesitas ayuda, él puede dártela, piensa por una vez detenidamente— Rosi hecha fuego por la mirada— ¿Qué hay de malo?
— ¿Y tú me preguntas eso?— se levanta para marcharse.
— Rosi, espera— Álex va detrás de ella que sale del restaurante a paso rápido— ¿De qué tienes miedo?— la agarra del brazo para detenerla.
— Yo no tengo miedo— ella se suelta y camina hasta el coche, Álex la alcanza fácilmente y se coloca delante de ella.
— Pues yo sí, no quiero perderte— la toma de la cintura y la acerca a él— Y él lo está consiguiendo sin mover un dedo— le acaricia la mejilla— Eres fuerte, inteligente, honesta...— Rosi sin poder contenerse lo interrumpe con un beso— y muy guapa— jadea al terminar el beso mientras acaricia su espalda— No te escondas, si tienes que estudiar con él, hazlo, tu puedes con él y con todo lo que te propongas— Álex devuelve el beso a Rosi con pasión, introduciéndose en su interior reclamándola cómo suya.
— De todas maneras hablaré con Meléndez— apoya la cabeza en el hombro del chico cuando terminan de besarse— si puedo cambiar de tutor lo haré.
Rosi entra en la biblioteca a paso lento cómo si algo la estuviera reteniendo, cada paso que da hacia Cris le cuesta más trabajo, ha estado a punto de volverse en dos ocasiones aunque sabe que va a seguir, no va a decepcionar al profesor Meléndez, ni a Álex, ni a sus padres. ¡Oh, si! Sus padres saben lo del proyecto Auxilium, Ramiro se lo dijo a su padre en el trabajo y aunque a Antonio no le hace mucha gracia que sea Cris quién le ayude sabe que es una gran oportunidad para que su hija mejore y apruebe.
—¡Mierda!— Dice entre dientes, su corazón late tan fuerte al verlo sentado en una de las largas mesas de la biblioteca que piensa que pueden escucharlo. Con un último esfuerzo toma aire y se dirige resuelta a su destino.
— Buenas tardes— dice Rosi secamente sentándose enfrente de él.
— Hola Rosi— sonríe al saludarla— Bueno, empezaremos repasando las nociones básicas para ver cómo las manejas— le dice al ver la expresión de Rosi.
— Quiero que sepas que le dije a Meléndez que me cambiara de tutor— la voz de Rosi es fría e impersonal— No ha podido ser, así que serás mi tutor.
— Yo también se lo pedí— contesta con igual voz— y era esto o perder la oportunidad de conseguir la beca que deseo. Entonces si ya está todo claro, empezemos, no quiero estar más tiempo aquí que el que nos corresponde— abre en libro y se lo coloca de mala manera a Rosi delante— Actividades 3,5,6,7,10, 15 y 23 cuando termines me avisas— Cris enchufa sus cascos al móvil y se los coloca.
— Ya están— le devuelve el libro con las actividades resueltas después de pasar bastante tiempo, no consigue concentrarse teniendo a Cris enfrente, el movimiento sutil de su pierna siguiendo el ritmo de la música que está escuchando, las miradas para comprobar cómo va Rosi, su perfume... cada vez que lo aspira los números y la biblioteca desaparecen y está de nuevo en el crucero bajo el sol. Él las toma sin decir palabra y sin quitarse los cascos las va corrigiendo y asintiendo a la vez.
— Bien, algún fallo tonto pero tienes una buena base para empezar— se cuelga los cascos en el cuello— ¿Alguna pregunta?— ella niega con la cabeza sin mirarle a los ojos temiendo mostrar sus sentimientos — Ahora vamos con algo más difícil— le entrega unas fichas.
Editado: 07.12.2019