Se que le abrí las puertas de mi casa acosta de una pelea con mi esposo, quien estaba renuente a luego de una acusación semejante a permitir que conviviera con nuestras hijas y sin embargo, finalmente acepto que se quedará por darme gusto.
Fijo como limite unos días al cabo de los cuales tendría que marcharse. Y aunque acepte de mala gana en mi mente ya ideaba un plan para que Nathaniel no se tuviera que ir, para que no me abandonará.
¿Que tan ciega puede ser una mujer?
#33192 en Otros
#10556 en Relatos cortos
#50329 en Novela romántica
#8214 en Chick lit
Editado: 26.06.2019