Mis hijas no tuvieron piedad conmigo a la hora de culparme de lo ocurrido y, tras el entierro de su padre ambas abandonaron la casa en la que habían nacido y crecido.
#35601 en Otros
#11237 en Relatos cortos
#54163 en Novela romántica
#8776 en Chick lit
Editado: 26.06.2019