Me obligó a punta de amenazas hacia mis hijas para que le pasara las escrituras de varias propiedades a su nombre, también grandes cantidades de dinero a sus cuentas bancarias.
Celebro su triunfo revolcándose con dos mujeres en mi cama, mientras yo lloraba en una esquina de mi cuarto a causa de los golpes que recién me había propinado.
Después de haber sido una mujer muy segura de mi misma, él me convirtió en un guiñapo.
#31563 en Otros
#10096 en Relatos cortos
#47951 en Novela romántica
#7739 en Chick lit
Editado: 26.06.2019